Una nueva (y adulta) versi¨®n de Rimbaud
Hace dos a?os, dos libreros parisinos encontraron en un mercado de antig¨¹edades franc¨¦s un lote de papelotes, documentos, cartas viejas y postales del siglo XIX. Entre estas ¨²ltimas, hallaron una que llam¨® la atenci¨®n de su olfato: mostraba a seis hombres y una mujer, todos europeos, sentados en un porche, en torno a dos mesas. La foto hab¨ªa sido tomada en alg¨²n momento entre 1880 y 1890. El reverso de la postal daba pistas interesantes sobre un lugar preciso: Hotel del Universo. El hotel en cuesti¨®n se encontraba en Aden, Abisinia (actual Yemen). Fue entonces cuando el olfato de "cazadores de tesoros" de los dos libreros, como ellos mismos se defin¨ªan ayer en el peri¨®dico Le Figaro, se aguz¨® a¨²n m¨¢s.
Ese hotel era el que utilizaba, a finales de su vida, el por entonces ex poeta Arthur Rimbaud, nacido en 1854 y reconvertido a los 20 a?os, tras su tormentosa relaci¨®n amorosa con Paul Verlaine con disparos de por medio, en traficante de armas en ?frica. Los dos libreros, Alban Causs¨¦ y Jacques Desse, se hicieron con el lote (no han especificado todav¨ªa por cu¨¢nto) con la intenci¨®n de investigar m¨¢s. Tras las primeras pesquisas, ense?aron el hallazgo a un experto, Jean Jacques Lefr¨¨re, bi¨®grafo del autor de Una temporada en el infierno, que les confirm¨® lo que su intuici¨®n les hab¨ªa soplado: el primer hombre por la derecha era Rimbaud. As¨ª, la postal se convierte en la ¨²nica fotograf¨ªa que muestra al poeta adulto, m¨¢s all¨¢ del famoso retrato de juventud reproducido en todas las antolog¨ªas y manuales de literatura del mundo y de otras tomadas con m¨¢s edad pero que no ense?an su cara con la suficiente nitidez.
Tampoco es que en la postal, tomada de lejos, en medio de un grupo, se le vea muy claramente. Pero seg¨²n Lefr¨¨re, algunos rasgos inconfundibles del rostro de ese hombre no dejan lugar a dudas. La l¨ªnea algo irregular del arranque del pelo, la forma de los labios demuestran que el tipo sentado, con bigotito y cara de hast¨ªo, es Rimbaud que mira desde la eternidad con "esos ojos hirientes a fuerza de claros", seg¨²n afirm¨® un amigo de juventud, de cuando jugaba a destruirse junto a Verlaine.
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