El Juli la arma gorda
Sevilla vivi¨® ayer durante la lidia del primero de la tarde uno de esos episodios que engrandecen la tauromaquia: un torero en plenitud que, al final, sali¨® a hombros como gran triunfador, un toro dulce y noble, una faena emocionant¨ªsima, un presidente valiente y serio, muy serio, y un p¨²blico embravecido, que rugi¨® de emoci¨®n, primero, y de enojo, despu¨¦s, cuando el us¨ªa se neg¨® en redondo a conceder la segunda oreja al protagonista de tan interesante suceso.
Juli¨¢n L¨®pez El Juli se hace llamar en los carteles y es torero de post¨ªn, y lleg¨® a Sevilla a decir que es maestro en saz¨®n y catedr¨¢tico de la t¨¦cnica y el temple. Y le toc¨® un toro guapo, noble y dulce como el alm¨ªbar que embest¨ªa con m¨²sica celestial en el empuje. Lo recibi¨® El Juli con magn¨ªficos lances a la ver¨®nica, el toro embarcado en los vuelos del capote, un verdadero canto a la creaci¨®n art¨ªstica. Como por ensue?o se hizo presente el toreo en todo su esplendor. Comenz¨® la faena de muleta por ayudados lent¨ªsimos, y continu¨® con una tanda de derechazos hondos, sinti¨¦ndose torero por los cuatro costados; y sin soluci¨®n de continuidad se cambi¨® la franela a la izquierda y el natural brot¨® largo e inmenso. Hubo dos tandas m¨¢s con la derecha, y un circular, y otro invertido, un compendio de t¨¦cnica, oficio, temple y mando. El toro segu¨ªa embistiendo con dulzura, ayuno, quiz¨¢, de fiereza y codicia, como prefieren las figuras de hoy. Con la izquierda baj¨® el diapas¨®n de la calidad, hubo menos ligaz¨®n, los pases resultaron despegados y la emoci¨®n no fue la misma. Unos preciosos recortes finales y un airoso molinete dieron paso a una estocada algo trasera, perdiendo la muleta en el encuentro. El toro tuvo una muerte espectacular y los tendidos se poblaron de pa?uelos.
Ventorrillo / El Juli, Castella, Perera
Toros de El Ventorrillo, bien presentados, mansones, blandos y sosos,
a excepci¨®n del primero y cuarto, muy nobles.
El Juli: estocada perdiendo la muleta (oreja); estocada ca¨ªda (dos orejas). Sali¨® a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe.
Sebasti¨¢n Castella: estocada ca¨ªda (silencio); estocada ca¨ªda (silencio).
Miguel ?ngel Perera: pinchazo y estocada (silencio); pinchazo y media estocada (silencio).
Plaza de La Maestranza, 16 de abril. Novena corrida de abono. Lleno.
Sevilla vivi¨® uno de esos episodios que engrandecen la tauromaquia
Se unieron un torero en plenitud, un toro noble y un presidente serio
Y se arm¨® gorda, muy gorda... El presidente, Francisco Teja, concedi¨® la primera oreja, se guard¨® el pa?uelo y se mantuvo en sus trece a pesar del griter¨ªo ensordecedor del respetable que no entend¨ªa tan dr¨¢stica decisi¨®n. El Juli fue obligado a dar dos vueltas al ruedo y la bronca que se gan¨® el se?or Teja fue de las que hacen ¨¦poca.
?Y? Pues, que muy bien. El presidente consider¨® que la gran faena de El Juli no hab¨ªa sido perfecta, que no lo fue. Adem¨¢s, elev¨® el nivel de exigencia de esta plaza, que est¨¢ por los suelos; y tercero, ?viva la pol¨¦mica! Ojal¨¢ cada tarde hubiera motivo para mentarle la familia a quien preside, porque ser¨ªa la expresi¨®n de que esta fiesta est¨¢ viva y no mortecina y l¨¢nguida. Ning¨²n principio se hubiera conculcado si el torero pasea las dos orejas, pero La Maestranza es desde ayer m¨¢s prestigiosa gracias a un presidente valiente.
Y lleg¨® el cuarto, otro toro noble y dulz¨®n que viene a corroborar una tarde de gloria. Lo tore¨® El Juli maravillosamente a la ver¨®nica, se qued¨® sin picar porque no le acompa?an las fuerzas, permiti¨® un lucido tercio de banderillas, y lleg¨® al tercio final para que el torero coronara su gesta. Por bajo comenz¨®, henchido de elegancia, y el toreo con la derecha derroch¨® temple y ligaz¨®n; tanto, que algunos muletazos resultaron sencillamente extraordinarios. Otra vez la mano izquierda no fue buena, hasta que le cogi¨® el aire y algunos naturales remontaron el vuelo. El toro tard¨® en morir, pero el presidente no lo dud¨®: sac¨® los dos pa?uelos de manera casi simult¨¢nea para confirmar que premiaba el conjunto de una tarde completa. Pero, ?fue de dos orejas esta segunda faena? Pues tambi¨¦n admite dudas.
Le acompa?aron Castella y Perera, que no tuvieron toros ni ¨¢nimo para superar el suceso del d¨ªa. Se les vio torpes y cariacontecidos. Cuando se hace presente el toreo, con la viva pol¨¦mica incluida, es muy dif¨ªcil que el cuerpo entre en caja...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.