La sentencia de un tribunal imposible
El Estatuto de Catalu?a, limpiado de impurezas inconstitucionales en el Congreso de los Diputados durante una indigesta tramitaci¨®n parlamentaria, ha metido al Tribunal Constitucional en un t¨²nel sin salida. La votaci¨®n de ayer, en la quinta deliberaci¨®n para resolver el recurso que present¨® el PP hace tres a?os, demostr¨® la impotencia de 10 magistrados para aprobar esta sentencia. El texto de la ponente, la magistrada progresista Elisa P¨¦rez Vera, corregido, enmendado, mejorado y matizado hasta la extenuaci¨®n, s¨®lo sum¨® ayer cuatro de los 10 votos posibles. Seis magistrados est¨¢n en contra, pero esos seis no est¨¢n de acuerdo entre s¨ª. El resultado de este jerogl¨ªfico imposible es un Constitucional dividido en tres partes ante una sentencia que marcar¨¢ para siempre su historia.
Desde que el Partido Popular present¨® su recurso de inconstitucionalidad contra la mitad de los art¨ªculos del Estatuto catal¨¢n, un texto aprobado en el Parlamento aut¨®nomo, por el Congreso de los Diputados y por la ciudadan¨ªa de Catalu?a en refer¨¦ndum, el alto tribunal ha sido zarandeado sin piedad por PP y PSOE, para arrimar la futura sentencia a sus intereses.
Abri¨® el fuego el PP con una recusaci¨®n que prosper¨® y que quit¨® de en medio a un magistrado, Pablo P¨¦rez Tremps, cuyo pecado consist¨ªa en haber elaborado un informe sobre las relaciones entre autonom¨ªas y organismos europeos que le encarg¨® el Gobierno de CiU mucho tiempo antes de que el Ejecutivo de PSC-ERC e ICV elaborase el texto del Estatuto. Con P¨¦rez Tremps fuera de juego, el PP se garantizaba una mayor¨ªa conservadora en el pleno (seis magistrados frente a cinco) que deb¨ªa dirimir su recurso contra el Estatuto. En esas, la desgraciada muerte del magistrado conservador Roberto Garc¨ªa-Calvo como consecuencia de un infarto provoc¨® que se igualaran de nuevo las fuerzas entre progresistas y conservadores (cinco a cinco).
La patata caliente ha quemado las dos manos del Constitucional. Ahora mismo hay cuatro magistrados que ten¨ªan que haber cesado en diciembre de 2007, pero tienen prorrogado su mandato porque los principales partidos no se ponen de acuerdo para nombrar a los sustitutos. Esa renovaci¨®n cambiar¨ªa la mayor¨ªa a favor de los progresistas. En septiembre de 2008, cuando se inici¨® el proceso de nombramiento, el PP propuso s¨®lo a dos candidatos. Proced¨ªan del Consejo General del Poder Judicial, donde ambos, uno como presidente y el otro como portavoz, hicieron campa?a furibunda contra el Estatuto de Catalu?a. El PSOE, por su parte, propuso a una decena de candidatos entre todas las comunidades aut¨®nomas, alguno tambi¨¦n cuestionado por su falta de experiencia. Mientras, la ponente de la sentencia ha elaborado varios borradores que se han discutido durante meses sin reunir al menos cinco votos. En esta situaci¨®n, con cuatro magistrados en pr¨®rroga, una vacante por fallecimiento sin cubrir y un magistrado progresista empe?ado en endurecer la sentencia en contra del Estatuto, el Tribunal Constitucional ha ca¨ªdo en un pozo tan profundo que no llega ninguna luz.
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