"Fuimos a Madrid para pasar por encima de la movida"
La ¨²ltima gira como 'ilegal' de Jorge Mart¨ªnez llega a Santiago
"Siempre fuimos trabajadores, aunque desde fuera pareciese que s¨®lo est¨¢bamos de borrachera". El placer de entrevistar a Jorge Mart¨ªnez en una pulper¨ªa, entre orujos e infusiones, viene marcado por la agenda. "Este a?o hemos conseguido hacer las cosas por orden, no todas a la vez", presume el cantante y guitarrista de Los Ilegales, de 55 a?os.
La despedida del grupo asturiano -la gira Adi¨®s amiguitos, con parada en Benic¨¤ssim, llega hoy a la santiaguesa Capitol-, despu¨¦s de la edici¨®n en 2009 del exhaustivo 126 canciones ilegales (Pop-Up), es la puerta de entrada del proyecto que empieza. Como Jorge Ilegal y los Magn¨ªficos, el autor de Heil, Hitler! quiso dignificar el viejo repertorio de las orquestas de pueblo con las que se cri¨®. Un viaje en el tiempo con tangos y boleros, de Toda una vida a B¨¦same mucho, Adriano Celentano o Elvis Presley.
"?Tino Casal y Nacho Vegas? Para divertirme bailando, Los Bravos"
Tres d¨¦cadas despu¨¦s de prodigios como Yo soy quien esp¨ªa los juegos de los ni?os -el power pop lleg¨® a Madrid desde Asturias, con la reconversi¨®n industrial-, el m¨²sico avilesino intent¨® llevar al estudio "el esp¨ªritu de viejas canciones que nunca se grabaron bien por falta de medios". "Caminos abandonados hace tanto tiempo que hoy hasta pasan por nuevos".
El Trouble de Elvis ser¨¢, presumiblemente, la ¨²nica concesi¨®n a Los Magn¨ªficos que hagan en su concierto gallego. Es el cancionero de Ilegales el que todav¨ªa llena las salas. El mismo repertorio con el que volver¨¢n a Chile y Colombia -"Am¨¦rica es A y Europa es B, ya lo dijo Keith Richards"- nunca fue centro de la movida, ni siquiera del revival, pero a Mart¨ªnez le sigue importando poco: "Nosotros fuimos a Madrid con el ¨¢nimo de pasar por encima de la movida y hacernos fuertes en la m¨²sica. No intentamos hacer amigos y ahora es l¨®gico que no nos consideren parte de nada, aunque nos admiren en silencio". Sus opiniones contundentes, entre la amenaza y la bronca, conservan el patr¨®n musical. "Ni Tino Casal ni Nacho Vegas; para divertirme bailando me quedo con Los Bravos, y para letras, El Sobrino del Diablo". Sigue sin leer Rock de Lux -"el CD que regala no es escuchable"-, coleccionando guitarras y escuchando soul, jazz, rythm'n'blues y nueva ola, "especialmente Code Blue o Joe Jackson".
"No opino sobre m¨ª y mi circunstancia", dice, preguntado por su obstinaci¨®n en parecer un soci¨®pata. Sobre sus otros registros l¨ªricos, entre Soy un macarra y La casa del misterio, hay menos literatura: "A veces me arrepiento de haber pasado tanto tiempo follando o en los bares, pero sigo devorando cl¨¢sicos. De Virgilio a Nietzsche o Quevedo, un famoso grand punk del Siglo de Oro".
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