Juego de mediocentros
Forl¨ªn y Baena presionan al tiempo que Busquets desgasta sin acierto la salida de la pelota
Fiel reflejo del encuentro, los mediocentros, pieza t¨¢ctica por excelencia, se desfondaron en el esfuerzo, en las ayudas y las coberturas, en la brega por gobernar su parcela. Baena y Forl¨ªn, por parte del Espanyol; Busquets, por parte del Barcelona. Mismo puesto y distintos mundos. "Ser¨¢ un partido de contacto", predijo antes del derby Pep Guardiola, el t¨¦cnico azulgrana. No se equivoc¨®. Los mediocentros absorbieron el papel protagonista tanto en la escasa creaci¨®n del juego como en la encarnizada batalla.
En una decisi¨®n un tanto sorprendente, Mauricio Pochettino, el entrenador blanquiazul, decidi¨® dar cabida a Forl¨ªn en detrimento de Mois¨¦s Hurtado, uno de los capitanes del Espanyol y que no se hab¨ªa perdido una sola titularidad en la temporada siempre y cuando no estuviera lesionado. Quiso potenciar, en definitiva, el aspecto defensivo en la l¨ªnea medular. A su lado se despleg¨® Baena, canterano que se ha ganado el puesto y la confianza a base de entrega y sudor, de mantener al equipo con su m¨²sculo.
Alves fue insultado con t¨¦rminos racistas por un sector del p¨²blico
A pocos metros y al otro lado del campo, se exprim¨ªa Busquets, que ha arrebatado la demarcaci¨®n a Tour¨¦ quiz¨¢ porque da m¨¢s sentido al juego con el toque y no mediante la conducci¨®n. "El mediocentro del Barcelona no s¨®lo es f¨ªsico, sino que tambi¨¦n tiene t¨¦cnica", hab¨ªa sostenido en la v¨ªspera Guardiola. Busquets cumple el perfil. Pero anoche se qued¨® sin ingenio, sin espacio ni tiempo para ejecutar su f¨²tbol. ?xito del Espanyol.
"?Dale, dale, dale!", vociferaba Pochettino con persistencia desde el ¨¢rea t¨¦cnica al tiempo que se frotaba la cara, se repeinaba o instru¨ªa al Espanyol con infinidad de aspavientos. Entonces, Forl¨ªn y Baena avanzaban unos pasos su posici¨®n, arrastraban la l¨ªnea al campo ajeno y reduc¨ªan la capacidad arquitect¨®nica adversaria. Xavi no recib¨ªa porque se tapaban los pasillos interiores, Tour¨¦ no se ofrec¨ªa y Busquets, sin m¨¢s remedio, se refugiaba en la l¨ªnea de los centrales para buscar otra v¨ªa de salida. No result¨® la apuesta porque Verd¨² le persegu¨ªa y no le permit¨ªa ni recibir ni girarse. Incluso perdi¨® Busquets dos balones muy comprometidos que a punto estuvieron de costar un serio disgusto al Bar?a: en el primero, Verd¨² no supo finalizar la jugada; en el segundo, Baena no acert¨® en la definici¨®n, delante de Vald¨¦s.
El asfixiante atosigo, la eficiente reducci¨®n de espacios y los m¨²ltiples achiques se tradujeron en clave t¨¢ctica. El peligro se origin¨® desde la presi¨®n y no desde la creaci¨®n. Baena y Forl¨ªn, que se intercambiaron con acierto las parejas de baile (Xavi y Tour¨¦) representaron el juego. Baena remat¨® un contragolpe con la cabeza y el bal¨®n salud¨® al poste por fuera. Forl¨ªn prob¨® un disparo desde fuera del ¨¢rea, sin direcci¨®n alguna. Y Busquets, descolocado, con m¨¢s pie que sus rivales pero menos huecos, recibi¨® un sinf¨ªn de patadas. Acostumbrado a exagerar el contacto, Cornell¨¤-El Prat le vilipendi¨® en numerosas ocasiones, pero no le convirti¨® en el centro de sus cr¨ªticas, papel destinado a Alves, que fue insultado en t¨¦rminos racistas.
Guardiola, intervencionista por naturaleza, decidi¨® situar a Xavi junto a Busquets para crear m¨¢s f¨²tbol. Dur¨® poco. Hasta que Alves enfil¨® el t¨²nel de vestuarios, desquiciado hasta el punto de que vio la cartulina roja por dos entradas a destiempo. Forl¨ªn y Baena recobraron entonces el poder. Pero les falt¨® pie para lanzar al Espanyol. Al Bar?a, huecos.
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