Puro goleador

Uno de los goleadores de la Liga simplifica el camino hacia el arco contrario. David Villa (Tuilla, Asturias; 1981) ha marcado 16 de sus 20 tantos al primer toque, sin contar los dos de penalti, que no entrar¨ªan en esa categor¨ªa. Al delantero del Valencia le gusta resolver r¨¢pido, como le viene, la mejor manera de sorprender al portero. En esa onda, Nilmar y Pandiani han convertido ocho de sus 10 goles sin tocar m¨¢s que una sola vez la pelota e Ibrahimovic 11 de 15. Hasta aqu¨ª los rematadores instintivos.

En el otro extremo est¨¢n los atacantes barrocos que acompa?an de arabescos sus aproximaciones a la porter¨ªa. Ag¨¹ero ser¨ªa el ejemplo m¨¢s exagerado: s¨®lo uno de sus 10 tantos ha sido de remate directo. Despu¨¦s, Cristiano Ronaldo, seis de 19, e Higuain, nueve de 24. Messi estar¨ªa en un punto intermedio: 12 de 27. El argentino sirve para todo: para adornarse y para abreviar.

Butrague?o: "Marcar de primeras requiere una capacidad t¨¦cnica muy alta"

Ante los datos, la primera reacci¨®n de Villa es de sorpresa. No sab¨ªa que encabezara esa clasificaci¨®n pese a ser uno de esos arietes con todos sus goles en la cabeza: contra qu¨¦ rival, en qu¨¦ circunstancias, c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde. "Es algo instintivo que va saliendo y que depende de cada partido", dice El Guaje, en la l¨ªnea de Torpedo M¨¹ller, el artillero alem¨¢n de los setenta del siglo pasado, que dijo: "Cuando piensas, ya es tarde". Pero Villa tiene referentes m¨¢s cercanos: Morientes, con quien coincidi¨® tres cursos en el Valencia y a quien vio disparar de todas las maneras posibles y desde todos los ¨¢ngulos del ¨¢rea.

"Intento entrar al primer palo para rematar los centros desde la banda", a?ade Villa, consciente de sus virtudes: la velocidad y el desmarque de ruptura, sin olvidar que es mucho m¨¢s que un cazagoles: "No s¨®lo me gusta rematar de primeras. Tambi¨¦n fabricarme jugadas y combinar con mis compa?eros. O encontrar espacios en las bandas y dar yo el pase de gol".

Las cifras de Villa remiten al everest de Hugo S¨¢nchez (M¨¦xico DF, 1958) en el Madrid en la temporada 1989-90: 38 goles. Salvo seis de falta directa y cuatro de penalti, los 28 restantes fueron primeros toques al bal¨®n con la cabeza (11), el pie derecho (ocho) o el izquierdo (nueve), se?al de que, m¨¢s que un delantero, era un metralleta capaz de percutir con cualquier parte del cuerpo.

"?Qu¨¦ tienen en com¨²n?", se pregunta Emilio Butrague?o, compa?ero de Hugo S¨¢nchez en la delantera madridista de los ochenta: "La voracidad por el gol. Los dos saben en cada momento d¨®nde est¨¢ la porter¨ªa y los defensas. Resolver a un toque requiere una capacidad t¨¦cnica muy alta. Futbol¨ªsticamente, son distintos. Villa abarca todo el frente de ataque y puede jugar como segundo delantero, como en la selecci¨®n espa?ola con Torres. Es complet¨ªsimo. Hugo ten¨ªa movilidad, pero dentro del ¨¢rea. Siempre de primer delantero. De segundo estaba yo u otro compa?ero. Hugo fue el ideal para nosotros porque ten¨ªamos muchos recursos ofensivos. Hac¨ªa muy bien la pared, que es lo es a m¨ª m¨¢s me gustaba, y era muy t¨¦cnico: no para regatear, sino en los controles y en el golpeo del bal¨®n. Siendo zurdo, sab¨ªa terminar con la derecha, con la que era demoledor, e iba muy bien de cabeza".

"Son grandes goleadores, cada uno en su estilo", abunda el ex centrocampista Mart¨ªn V¨¢zquez, tambi¨¦n compa?ero de Hugo S¨¢nchez en aquella ¨¦poca dorada en el Bernab¨¦u; "Villa arma el disparo muy r¨¢pido con la derecha. Necesita muy poco espacio. Es complet¨ªsimo, aunque quiz¨¢ Hugo ten¨ªa un abanico de remates m¨¢s amplio". En efecto, la mirilla de Villa se concentra mucho m¨¢s en la pierna derecha (13 goles, dos de ellos de penalti) que en la izquierda (cuatro) y la cabeza (tres). "Los grandes jugadores tienen grandes equipos detr¨¢s", subraya Mart¨ªn V¨¢zquez, en recuerdo de la n¨®mina de pasadores de la que dispuso el mexicano: M¨ªchel, Gordillo, Schuster, Butrague?o y el propio Mart¨ªn V¨¢zquez. Tampoco est¨¢ Villa mal servido en ese terreno. Entre sus asistentes, Pablo le ha surtido en cinco goles, Silva en cuatro y Mata en tres.