Corrupci¨®n a la sombra del poder

En un primer vistazo, pocos le hubieran reconocido. Andaba lentamente, con los ojos enrojecidos, despeinado, cabizbajo. Atr¨¢s quedaba la sede de la Audiencia Nacional, el despacho de Garz¨®n, horas de declaraci¨®n. En su camino, su mirada se cruz¨® con la de un amigo que hab¨ªa acudido a darle ¨¢nimos. Francisco Correa, esposado, escoltado por la polic¨ªa y a pocos metros del furg¨®n que le iba a transportar a su celda de la c¨¢rcel de Soto del Real, lo solt¨® entonces como quien se deja caer: "Estoy bien jodido". Hac¨ªa a?os, casi d¨¦cadas, que no lo admit¨ªa. Posiblemente desde aquellos d¨ªas de 1993 en que andaba tambi¨¦n cabizbajo, deprimido, buscando fortuna. Una ¨¦poca en la que, despu¨¦s de varios intentos fallidos, Correa, agente de viajes, se acerc¨® al poder. Primero al PSOE, donde fracas¨®; luego al PP, una formaci¨®n que en aquel momento viv¨ªa horas bajas despu¨¦s de la segunda derrota electoral de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar frente a Felipe Gonz¨¢lez. Ah¨ª tuvo m¨¢s suerte. Empezaba su historia.

El propio Correa cuenta que estaba arruinado y el PP, donde le acogieron Cascos y B¨¢rcenas, le permiti¨® hacerse rico

Correa es un conseguidor. Apenas invierte, vende sus contactos al mejor postor y compra pol¨ªticos

El Gobierno de Aguirre ha utilizado mucho la red de Correa. Hasta para montar el Bel¨¦n, que la presidenta supervisa

Ayudado por su "amiguito del alma" Camps, la empresa de 'El Bigotes' acumula contratos p¨²blicos

El ex director de Canal 9 facilit¨® a la trama un contrato de la visita del Papa. Correa sac¨® de tajada un mill¨®n de euros

Seg¨²n su propia declaraci¨®n, conoci¨® a Elvira Aznar, hermana del presidente del PP. En G¨¦nova entra en contacto con quienes le abrir¨ªan las puertas: Luis B¨¢rcenas, entonces gerente, m¨¢s tarde tesorero, fiel a Correa durante casi diez a?os, y Francisco ?lvarez Cascos, secretario general. Los pol¨ªticos viajan sin parar: convenciones, reuniones, visitas... el agente de viajes empieza a hacer dinero. Sabe que puede haber mucho m¨¢s, y ofrece precios muy ventajosos. Correa descubre enseguida que un partido, que vive en un 90% de fondos p¨²blicos, funciona como una empresa: contrata con quien quiere, sin concurso, sin publicidad. Lo importante es llevarse bien con quien decide. Y ¨¦l es un maestro en eso. Ah¨ª empieza su conocida generosidad. Regalos, agasajos de todo tipo y viajes gratis. Hac¨ªa que los pol¨ªticos hicieran viajes de familia, de novios, de placer, con su agencia y luego se negaba a cobrarles. As¨ª les ten¨ªa en el bote. Pero lo apuntaba todo en su contabilidad B, la que le ha perdido.

Su especialidad: los relojes. Cuentan en el PP cu¨¢l era su t¨¦cnica. "Te invitaba a comer y al final te dejaba una bolsa roja encima de la mesa. '?brela en casa', dec¨ªa". La red se lleg¨® a gastar, seg¨²n el sumario, 140.000 euros s¨®lo en 33 relojes de lujo de la joyer¨ªa Su¨¢rez para agradecer favores o pedirlos. Entre ellos la estrella, un Patek Philippe oro de 9.000 euros. Sus clientes no son millonarios, son pol¨ªticos caprichosos con sueldos p¨²blicos y gastos de ricos, y Correa lo sabe. Como Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda. "Era un apasionado de los relojes; un apasionado no, un descerebrado", cont¨® al juez el ex concejal Juan Jos¨¦ Moreno, que explic¨® que Ortega ten¨ªa un armario en su casa "absolutamente bestial" lleno de relojes. Al menos media docena de ellos regalados por Correa.

Don Vito -as¨ª pide que le llamen sus empleados- agasaja a sus clientes, y al poco tiempo logra el gran salto. "B¨¢rcenas me dijo: '?Vosotros ser¨¦is capaces de organizar un mitin pol¨ªtico?", explica Correa al juez. "Nunca lo hemos hecho, pero creo que s¨ª", contesta. En poco tiempo, era como un dirigente m¨¢s. Viajaba con Aznar a todas partes, organizaba las campa?as electorales, se comportaba como un miembro de la c¨²pula e incluso trataba con altaner¨ªa a algunos de los pol¨ªticos de verdad -todos los periodistas que segu¨ªan al PP recuerdan su aire chulesco-. Ahora todos insisten en que apenas le conoc¨ªan. Pero los periodistas, todos, dan fe de que estaba en todas partes, imposible de olvidar con su melena engominada.

La red se expande: el PP llega a La Moncloa

El PP gana las elecciones de 1996, y el imperio Correa empieza a crecer. Sus contratos se multiplican. Cuando llega la mayor¨ªa absoluta de 2000, las cosas mejoran a¨²n m¨¢s. "Una de las cuentas que ten¨ªamos entonces era la de AENA, porque Paco Cascos, con el que yo ten¨ªa cierta relaci¨®n, me la dio. Era muy importante, se hac¨ªan Fitur y un mont¨®n de eventos", explica al juez. Tres empresas de la red, TCM, Special Events y Pasadena Viajes, facturaron 2,2 millones de euros a AENA entre 2000 y 2003, con Cascos de ministro.

Como ¨¦l mismo reconoce, su especialidad son "las relaciones con pol¨ªticos". Desde que el partido llega al Gobierno ya no s¨®lo hac¨ªa todo en el PP nacional -eso es mucho negocio en una formaci¨®n pol¨ªtica que maneja actualmente un presupuesto oficial de 90 millones de euros anuales-, tambi¨¦n logra expandirse. Tiene el apoyo de B¨¢rcenas y del equipo de organizaci¨®n, la sexta planta de G¨¦nova, un ¨¢rea clave por la que han pasado casi todos los dirigentes importantes del partido, desde Javier Arenas hasta el propio Mariano Rajoy, que fue vicesecretario de organizaci¨®n y jefe de las campa?as de Aznar en 1996 y 2000. Lo hace todo en Galicia, donde entabla amistad con Pablo Crespo, entonces secretario de organizaci¨®n del PP gallego y despu¨¦s su mano derecha, ahora encarcelado con ¨¦l. Y empieza a trabajar para el PP de Madrid, de Castilla y Le¨®n...

Pero no basta. El jefe quiere crecer. Y sabe que el dinero de verdad est¨¢ en los ayuntamientos y las comunidades. No ha perdido el tiempo. En los m¨ªtines, mientras otros pasan el rato aburridos, ¨¦l hace amigos. Y entre ellos, uno muy importante: Alejandro Agag. El propio Correa lo explica muy claro: "A los m¨ªtines van las bases del partido. En los polideportivos, en las plazas de toros, yo empec¨¦ a conocer a gente joven, de Nuevas Generaciones, e iniciamos una amistad con muchos de ellos que luego fueron alcaldes, y otros fueron ministros, y otro se fue a Europa, y otro se cas¨® con la hija del presidente [Agag se cas¨® en 2002 con Ana Aznar, y Correa, muy amigo del yern¨ªsimo, fue uno de los 20 testigos del matrimonio]". "Fuimos creciendo poco a poco", explica. Nunca, en los m¨¢s de 60.000 folios del sumario, Don Vito deja tan clara una evidencia que no escapa a ninguno de los dirigentes del PP: la red corrupta de G¨¹rtel fue creciendo con el partido. El ¨¦xito de Aznar era el ¨¦xito de Correa.

Su relaci¨®n con la familia del presidente es intensa. Fue Agag quien le convenci¨®, explica, para que pusiera a su ayudante, ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, a llevar los actos de Aznar. "?lvaro es el sobrino de Pajares. Y entonces me dijo Alejandro, ponle para que lleve los actos del presidente, y yo le dije, ?pero t¨² est¨¢s loco?, uno que viene del mundo de Pajares... Bueno, pues lo pusimos y Ana Botella se enamor¨® de ¨¦l, en el buen sentido, le encant¨®, y empez¨® a trabajar con ¨¦l y tuvo un ¨¦xito tremendo".

Los para¨ªsos fiscales

Pero no basta. Nunca basta. Correa quer¨ªa hacerse millonario. Y lo logr¨®. S¨®lo en Suiza se han detectado 21 millones de euros de la red. Pero para llegar hasta ah¨ª no son suficientes los actos pol¨ªticos, con ser un gran negocio. "Nadie se hace tan rico con las traseras (los escenarios de los m¨ªtines)", explica un presidente auton¨®mico, "el dinero est¨¢ en el ladrillo, lo sabe todo el mundo, y ah¨ª es donde hay que buscarlo", concluye.

Correa tambi¨¦n lo ve claro. Quiere hacerlo, pero, seg¨²n su particular estilo, todo con empresas patrimoniales, siempre sin poner su nombre -para eso ya tiene a su testaferro favorito, su primo Antoine S¨¢nchez-, y otras en para¨ªsos fiscales para ocultar el dinero de su gran negocio: las comisiones. Correa es un conseguidor. No invierte apenas, gasta mucho en favores, regalos y sobornos, y vende sus contactos al mejor postor. ?l conoce a los pol¨ªticos. A veces les monta actos gratis a cambio de favores, otras hace de gancho y otras les presiona o directamente les paga para que den concesiones o licencias o recalificaciones a las empresas que entran en contacto con ¨¦l. Sobre todo Constructora Hisp¨¢nica y Teconsa. El caso de esta ¨²ltima empresa con la variante de Olleros de Alba es paradigm¨¢tico. En el registro de la red ha aparecido el detalle perfecto de c¨®mo funciona la corrupci¨®n. Teconsa se lleva la obra, y el 3% va en comisiones para Correa, el conseguidor. 120.000 euros s¨®lo en una operaci¨®n peque?a. Claro que toca repartir. Y eso a Don Vito nunca le import¨®. En la contabilidad B de la trama figuran las iniciales de los que compart¨ªan esa tarta. TO (que aparece tambi¨¦n como TOTI), J, G, L... Algunos coinciden con las iniciales de los miembros del Gobierno de Castilla y Le¨®n que adjudicaron la obra. Entre ellos, el entonces consejero de Fomento y hoy presidente de las Cortes, Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Santiago, conocido por sus amigos como Toti. ?l niega todo.

Correa quiere expandirse, multiplicar su red, crear sociedades pantalla. Pero necesita a alguien que sepa c¨®mo hacerlo. Don Vito ya no es un don nadie. La gente sabe c¨®mo se mueve con Aznar y su entorno, ¨¦l se hace notar, presume de amistades. Todo el mundo le ha visto de impecable chaqu¨¦ en la boda de la hija de Aznar en El Escorial, con Tony Blair y Silvio Berlusconi, testigos como ¨¦l. Es amigo de Agag, hace todos los actos del presidente... Correa es ya en s¨ª un gran negocio. Y a ¨¦l se asocia un peso pesado, Luis de Miguel. Y despu¨¦s, cuando rompen, llega Jos¨¦ Ram¨®n Blanco Bal¨ªn, que fue vicepresidente de Repsol, la segunda empresa de Espa?a. Otro gran amigo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, inspector de Hacienda como ¨¦l. De Miguel se demuestra r¨¢pidamente como un genio del camuflaje. Crea y destruye empresas, coloca testaferros... Y Blanco Bal¨ªn remata su trabajo. "Cuando la polic¨ªa registr¨® el despacho de Ram¨®n Blanco, yo entr¨¦ en un infierno, es mi administrador, ?sabes?", le explica Correa a un socio en una conversaci¨®n intervenida.

Agag no est¨¢, de momento, entre los imputados, aunque en la contabilidad B hallada al contable de la trama, Jos¨¦ Luis Izquierdo, figura una casilla vac¨ªa de Excel y anotaciones sobre Agag referidas a pagos de viajes gratis total. Agag fue socio y muy amigo de Jacobo Gordon, otro de los delfines de Correa. "?Pagas alquiler de oficina?", pregunta Correa a Gordon el 20 de enero de 2009. "No, lo paga Alejandro". En su declaraci¨®n ante el juez Pedreira, Correa se?ala que conoci¨® a Gordon a trav¨¦s de Agag. Los dos viv¨ªan entonces en Londres.

Responsabilidad 'in vigilando' de media c¨²pula

Correa se enriquece a la vista de todos. No disimula. Y algunos de sus amigos en G¨¦nova, tambi¨¦n. Los compa?eros de B¨¢rcenas dicen ahora que a todos les llamaban la atenci¨®n los viajes, los safaris de superlujo, el esqu¨ª extremo saltando desde un helic¨®ptero, en alguien que no era m¨¢s que un funcionario del partido. Pero nadie hizo nada. Al menos por responsabilidad in vigilando, la trama afecta a m¨¢s de la mitad de la c¨²pula actual del PP. De hecho, todos aparecen, de una u otra manera, en el sumario, aunque a nadie se le imputa ning¨²n acto il¨ªcito. Javier Arenas y Ana Mato dirig¨ªan el equipo de organizaci¨®n. Rajoy se encargaba de las campa?as de Aznar. P¨ªo Garc¨ªa Escudero fue jefe del PP de Madrid cuando todo se hac¨ªa con Correa, que le regal¨® un reloj, aunque ¨¦l asegura que lo devolvi¨®. Era adem¨¢s el presidente de Fundescam, que, seg¨²n la contabilidad de la red hallada en los registros policiales, pag¨® parte de la campa?a de Esperanza Aguirre en 2003, algo ilegal. Fundescam recib¨ªa dinero de empresarios, entre ellos Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, presidente de la CEOE, que se ha visto beneficiado por cambios de leyes madrile?as para sus concesiones de transportes p¨²blicos. Te¨®ricamente deb¨ªa gastarlo en cursos. Pero el sumario apunta a que lo gastaba en campa?as electorales. Presunto delito electoral, porque la financiaci¨®n ilegal no existe como tal.

Dolores de Cospedal, la actual secretaria general, lo ha explicado de manera sui g¨¦neris. Sostuvo ante I?aki Gabilondo, en CNN+, que mientras estaban en el Gobierno, el PP "descuid¨® el partido". Una acusaci¨®n directa para ?lvarez Cascos y el propio Arenas, que fueron secretarios generales mientras Aznar gobernaba.

Un ex ministro de ese Ejecutivo tiene una explicaci¨®n mucho m¨¢s dura. "El PP, como el PSOE, est¨¢ pensado para gobernar. Y nunca lo hab¨ªa hecho hasta 1996. Cuando se llega ah¨ª, todo el mundo quiere estar en el Gobierno, tocar poder, ver c¨®mo es eso. Entre los que no lo consiguen y se quedan en el partido como gente en la sombra, algunos se frustran r¨¢pido, empiezan a sentir envidias, y, ya que no tienen poder, es f¨¢cil que empiecen a pensar en conseguir otro tipo de cosas. Y si ah¨ª hay un listo, y Correa lo es, sabe que son f¨¢ciles de corromper".

El PP pierde las elecciones: empiezan los problemas

La red est¨¢ en la cima en 2004. Cada vez tiene amigos m¨¢s importantes, el PP va a volver a ganar, el negocio es seguro.

Pero, contra todo pron¨®stico, Rajoy cae derrotado en las elecciones de 2004. Y con la derrota vienen los problemas. Los partidos en la oposici¨®n tienen mucho menos dinero, y sobre todo tienen muchos menos favores para repartir. Correa empieza a ponerse nervioso. Hay que alimentar a la fiera como sea. Y empieza a cometer errores. O desde G¨¦nova empiezan a cuidar un poco m¨¢s el corral.

Rompe con Agag -"dejamos de ser amigos hace seis a?os", le explica al juez, esto es, en 2003-2004- y se va de la lengua, como casi siempre, pero esta vez hab¨ªa alguien mirando. En G¨¦nova deciden cortarle el grifo. Hay denuncias de que se est¨¢ aprovechando de sus contactos en el PP para hablar en nombre del partido pidiendo recalificaciones y favores en ayuntamientos de la sierra de Madrid. La c¨²pula, ya dirigida por Rajoy, que nunca se ha encargado de los asuntos del dinero, seg¨²n confesi¨®n propia, decide romper con ellos. Aunque a nadie se le pasa por la cabeza denunciarlos a la polic¨ªa. Los trapos sucios se lavan en casa. O no se lavan. A Luis B¨¢rcenas le toca la parte m¨¢s fea. Tiene que decirle a su amigo, su socio incluso en algunos negocios -la investigaci¨®n ha constatado al menos una empresa conjunta-, que ya no va a hacer todos los actos del PP. Correa monta en c¨®lera. A sus colaboradores empieza a decirles que B¨¢rcenas es un cabr¨®n, un desagradecido, despu¨¦s del dinero que le ha dado. "Yo a B¨¢rcenas le he llevado 1.000 millones de pesetas. Yo, Paco Correa, le he llevado a G¨¦nova y a su casa. L¨ªquidos, yo s¨¦ c¨®mo lo tiene, yo s¨¦ c¨®mo lo saca de Espa?a... en para¨ªsos fiscales", llega a decir en una grabaci¨®n. Ante el juez explica que le han malinterpretado, que quer¨ªa decir que ha ahorrado al PP m¨¢s de mil millones de pesetas. "Yo, a veces, cabreado, porque soy una persona con mucho car¨¢cter, digo cosas que se malinterpretan", se justifica. Dice que a B¨¢rcenas le llevaba muchos sobres, s¨ª, pero con billetes de avi¨®n, porque "viajaba todo el tiempo". "Tiene usted una forma dif¨ªcil de expresarse, le tiene que haber originado muchos disgustos", ironiza el fiscal. "Tiene usted raz¨®n", contesta Correa.

Correa busca soluciones:

amigos en Madrid

La red se reorganiza. Correa inventa una estratagema para seguir en G¨¦nova. Ficha al secretario personal de Aznar en La Moncloa, Antonio C¨¢mara. Sus v¨ªnculos con el aznarismo son inagotables, y a¨²n le dan una alegr¨ªa. Rajoy, que siempre insiste en p¨²blico en que dej¨® de trabajar con ellos en 2004, contrata a Correa, a trav¨¦s de C¨¢mara, para hacer la campa?a del refer¨¦ndum de la Constituci¨®n Europea en 2005. "El que llamaba aqu¨ª era a Antonio C¨¢mara, cre¨ªamos que no ten¨ªa relaci¨®n con Correa", se justifican en G¨¦nova. Es dif¨ªcil imaginar que el omnipresente Correa pudiera hacerse invisible. C¨¢mara aparece en el sumario como perceptor de 90.000 euros en sobornos.

Pero el grifo de G¨¦nova, donde empiezan las peleas internas despu¨¦s de la derrota electoral y la p¨¦rdida del poder, se agota. Siempre habilidoso y convencido de que la pol¨ªtica es su negocio, Correa busca refugio. A¨²n tiene muchos amigos. Jes¨²s Sep¨²lveda, el que fuera organizador de todos los actos del PP con Aznar, es tan amigo del ex presidente -trabaj¨® para ¨¦l ya en Valladolid cuando era presidente de Castilla y Le¨®n, con su entonces esposa, Ana Mato- que lo ha colocado en 2003 sin problemas como alcalde de la ciudad en la que vivir¨¢ al dejar La Moncloa, Pozuelo de Alarc¨®n. El municipio con el nivel de renta per c¨¢pita mayor de Espa?a es un gran negocio. Sep¨²lveda domina tanto ese municipio que logr¨® un alquiler muy ventajoso de una casa de 500 metros en La Finca, la urbanizaci¨®n de superlujo en la que vive Cristiano Ronaldo. All¨ª vive a¨²n, a pesar de que en este momento s¨®lo ingresa un sueldo del PP que Rajoy decidi¨® pagarle hace pocos meses porque era trabajador del partido en excedencia y pidi¨® el reingreso. El l¨ªder le hizo un contrato como asesor, aunque en realidad cobra sin hacer nada.

Con el aznarista Sep¨²lveda, Correa ensaya la f¨®rmula que expandir¨¢ a otros ayuntamientos madrile?os. Sobornos y regalos a cambio de concesiones, como la Oficina de Atenci¨®n al Ciudadano. El sumario atestigua que al imputado Sep¨²lveda la red le regal¨® un Jaguar y un Range Rover, adem¨¢s de un televisor de plasma y varios viajes gratis. Seg¨²n la contabilidad B de Correa, Sep¨²lveda, primero en sus a?os de hombre de aparato de G¨¦nova y despu¨¦s como alcalde, recibi¨® m¨¢s de 400.000 euros en sobornos. La red organizaba pagos de salarios mensuales a sus mejores contactos pol¨ªticos. En el caso de este amigo de Aznar y de Correa, seg¨²n los investigadores se produjo "una cierta asimilaci¨®n entre empresa y partido", esto es, no estaba claro si trabajaba para el PP o para la red.

La expansi¨®n inmobiliaria

y los contratos de Aguirre

Correa ficha a otros alcaldes. Madrid est¨¢ en plena expansi¨®n inmobiliaria, hay negocios por todas partes, y los primeros ediles controlan las recalificaciones y las ventas de suelo p¨²blico, que har¨¢n millonarios a decenas de espa?oles. Es la era del ladrillo y Don Vito sabe moverse como nadie en el mundo de esos alcaldes que eran dirigentes de segunda fila y ahora tienen un enorme poder. En Boadilla, Arturo Gonz¨¢lez Panero, el Albondiguilla, le proporciona jugosos contratos para sus empresas amigas. Y Correa le regala 10.000 euros en trajes -"es uno de esos alcaldes que no saben vestir", ironiza en una grabaci¨®n-, 1.300 en zapatos, televisores de plasma, viajes... En Arganda ficha a dos. El alcalde, Gin¨¦s L¨®pez, se habr¨ªa llevado m¨¢s de 500.000 euros en sobornos, y el teniente de alcalde, Benjam¨ªn Mart¨ªn Vasco, un aguirrista de pro que lleg¨® incluso a presidir la comisi¨®n de investigaci¨®n del espionaje despreciando a la oposici¨®n, se llev¨® casi 350.000 euros de la trama. No s¨®lo en dinero. A Mart¨ªn Vasco le regalaban relojes y todo tipo de viajes, incluido el de bodas, a la Polinesia. El generos¨ªsimo Correa pag¨® incluso el banquete de la boda.

Correa no se conforma. Quiere m¨¢s. La Comunidad de Madrid es un pastel jugoso. ?l hab¨ªa organizado la campa?a electoral de Esperanza Aguirre y el congreso que la aup¨® a la presidencia del PP madrile?o en 2004. Fue por orden de P¨ªo Garc¨ªa Escudero, se?alan en el entorno aguirrista. Pero con la llegada de Francisco Granados al partido, y la salida de Garc¨ªa Escudero, pierde esa cuenta. Cada pol¨ªtico tiene sus empresas de confianza, sus amigos, su juego. Perdido el partido, Correa apunta al Gobierno. Y gana. All¨ª tiene a un buen amigo, Alberto L¨®pez Viejo, un ¨ªntimo de Aguirre, el que lleva todos sus actos. La presidenta es fan¨¢tica de la imagen, de los actos p¨²blicos. Gasta mucho en eso. Y le pide que los organice a L¨®pez Viejo, un oscuro concejal del Ayuntamiento de Madrid que ella ha recuperado, hasta convertirlo en consejero de Deportes. Todos los consejeros lo saben: si hay un acto y ella acude, es L¨®pez Viejo quien se encarga. Y con ¨¦l su amigo Correa. M¨¢s de 500 contratos hace el Gobierno de Madrid, todas las consejer¨ªas, con la red. Aguirre sostiene que ¨¦l la enga?¨®, que ella no sab¨ªa que detr¨¢s de los actos estaba Don Vito. Lo cierto es que su Gobierno ayud¨® a hacer rico a Correa con decenas de contratos opacos y troceados por debajo del l¨ªmite legal de 12.000 euros para no tener que hacer concurso. El contacto de la red con la presidenta, a trav¨¦s de Felisa Jord¨¢n, una empleada de Correa, era tal que cada ma?ana alguien del equipo de Aguirre se pon¨ªa de acuerdo con ella para que las traseras combinaran con el color del traje que eleg¨ªa la presidenta. El Gobierno madrile?o contrat¨® con Correa incluso el montaje del tradicional bel¨¦n de la Puerta del Sol, eso s¨ª, con contratos despiezados, de menos de 12.000 euros. Aguirre, que alega desconocimiento, segu¨ªa este asunto con mucho detalle. Los montadores recuerdan sus man¨ªas por cambiarlo todo. En 2007, el bel¨¦n que visitan los madrile?os se qued¨® unos d¨ªas sin Ni?o Jes¨²s. La presidenta hab¨ªa ordenado cambiarlo. "Lleva las cejas pintadas, es muy grande y tiene los ojos cerrados, que lo quiten", dijo sin contemplaciones. Y lo quitaron.

M¨¢s salidas: a Valencia

con el amigo Camps

Correa tiene ya sus tent¨¢culos por todas partes, se ha recuperado sin problemas pese a haber perdido el negocio de G¨¦nova. Pero no basta. Se est¨¢ haciendo tan rico que compra varias m¨¢quinas para contar el dinero negro que le llega, pero quiere m¨¢s. Discurre y recuerda algo importante. Alvarito, El Bigotes, tiene una relaci¨®n personal espl¨¦ndida con Francisco Camps. El valenciano era otro de los desconocidos hombres del aparato de G¨¦nova, lejos del poder del Gobierno, pero en 2003 le hab¨ªa tocado la loter¨ªa, pol¨ªticamente hablando. Supo aprovechar la retirada de Eduardo Zaplana, llamado por su amigo Aznar a Madrid para que fuera ministro de Trabajo, y se coloc¨® como presidente de la Generalitat. Una bicoca. Partido y Gobierno juntos, mayor¨ªa absoluta... la especialidad de Correa.

El Bigotes toca a Camps, que acepta encantado. Tanto, que ordena que todos los actos del PP valenciano los haga El Bigotes. Mucho antes de que Ricardo Costa llegue a secretario general, en 2007, P¨¦rez ya lo hac¨ªa todo. Por orden de Camps, coinciden todas las fuentes del PP valenciano consultadas. "Cuando ?lvaro dej¨® de trabajar para Mariano Rajoy, Paco Camps se lo llev¨® a Valencia y trabaja all¨ª y le hace las campa?as", explica Correa al juez. P¨¦rez, madrile?o, decide trasladar su residencia a Valencia, donde est¨¢ su amigo y, con ¨¦l, el negocio seguro de la pol¨ªtica. Su relaci¨®n con el presidente y especialmente con su esposa, Isabel Bas, es de intimidad total. En una conversaci¨®n incluso se explica que P¨¦rez est¨¢ preparando las obras de la farmacia de Bas con un contacto suyo. En otras, cuando hay alg¨²n problema de dinero, se?ala "depende de la cara que me ponga Vicente [Rambla, vicepresidente de la Generalitat] le voy a decir que se lo voy a mandar con Isabel v¨ªa farma", esto es, que va a ir a la farmacia a arreglarlo con la mujer de Camps.

Como hizo con Aznar, El Bigotes se concentra en caer bien a las mujeres de los pol¨ªticos. Es su estrategia, y funciona. En una conversaci¨®n con su esposa, ex mamma ciccio, P¨¦rez explica que se est¨¢ camelando a la mujer de Juan Vilallonga, otro personaje pr¨®ximo a Aznar -fueron compa?eros de pupitre en el colegio del Pilar y lo coloc¨® como presidente de Telef¨®nica-, porque puede ser el pr¨®ximo presidente del Real Madrid y eso es negocio seguro. La complicidad de El Bigotes con la familia Camps lleg¨® a tanto que ten¨ªa m¨¢s poder que algunos consejeros, se?alan en el PP valenciano. Tanto como para que Ricardo Costa le diga en una conversaci¨®n, cuando el otro le cuenta que va a cenar con Camps: "Dile al presidente que me ponga en el Gobierno".

La financiacion irregular

en Valencia

La red sigue ampliando negocios. De los contratos del PP pasa a trabajar para la Generalitat. Se convierte en la empresa favorita del Gobierno. Y esa complicidad acaba en posible financiaci¨®n ilegal. Es lo que trata de probar un informe de la Brigada de Blanqueo de Capitales fechado el 29 de julio de 2009. La causa da un giro con su aparici¨®n. Ya no eran trajes regalados a Camps -m¨¢s de 12.000 euros-. La polic¨ªa descubri¨® que al menos cinco empresas (una de ellas, Sedesa, del sobrino del vicepresidente del Gobierno valenciano, Juan Cotino) entregaban sumas de dinero para pagar actos del PP de Valencia. Al menos 6,3 millones de euros llegaron a la red G¨¹rtel en Valencia por esta v¨ªa. Todo en dinero negro. Es lo que en puridad se llama un delito electoral.

Los contratos se conced¨ªan "como contraprestaci¨®n a los favores realizados para la fuerza pol¨ªtica, concretados en el pago de actos pol¨ªticos". La polic¨ªa descubre un sistema "de doble facturaci¨®n y financiaci¨®n irregular". Orange Market, la empresa de la trama corrupta que organizaba los actos, hac¨ªa una factura real (con IVA) a la que llamaba deuda Alicante y otra (sin IVA y que no aparec¨ªa en el reflejo contable) a la que denominaba deuda Barcelona ("en referencia a que se ingresa en la caja B"). Y pasaban al cobro a las empresas constructoras por actos que eran del PP.

Era el remate, la siguiente estaci¨®n del viacrucis de G¨¹rtel, seg¨²n analizan los dirigentes populares: cuando los jueces empiecen a imputar a gente por este asunto, tendr¨¢n que rodar cabezas en Valencia. Esta comunidad ha sido un quebradero de cabeza para Rajoy, sobre todo desde que EL PA?S public¨® dos conversaciones muy comprometidas, grabadas por orden judicial, entre El Bigotes y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que nadie en el PP, y pocos fuera de ¨¦l, han olvidado. Era la Nochebuena de 2008 y los Reyes de 2009. Pocos d¨ªas antes de que estallara el caso, lo que demuestra que de no ser por la investigaci¨®n, Correa y P¨¦rez habr¨ªan seguido haci¨¦ndose ricos gracias a sus amigos valencianos. El PP tembl¨® cuando ley¨® esas palabras de Camps a P¨¦rez: "Te quiero un huevo, amiguito del alma, tenemos que quedar para hablar de lo nuestro, que es muy bonito". Hasta ese d¨ªa, Camps hab¨ªa negado que El Bigotes fuera su amigo, y su entorno se?al¨® que hab¨ªa acudido a su boda, una fiesta por todo lo alto en el Veles e Vents, una instalaci¨®n portuaria de la Copa del Am¨¦rica, "como va a otras muchas bodas". Camps nunca ha explicado esa conversaci¨®n. Su entorno se limita a hablar de "montaje". ?l lo llama "el l¨ªo". Pero nunca ha respondido a una pregunta sobre su amistad con El Bigotes. Y a¨²n hoy sigue huyendo de los periodistas.

El Bigotes traslad¨® a Valencia la pol¨ªtica que hab¨ªa aprendido en Madrid con Correa: para regalos a pol¨ªticos, siempre hay dinero. Es una inversi¨®n segura. Lleg¨® incluso a convencer a su sastre de confianza, Jos¨¦ Tomas, director de ventas en la tienda de Milano de la calle de Serrano, a s¨®lo unos metros de la sede central de las empresas de Correa, para que viajase a Valencia a tomar medidas al propio Camps. Cuando el presidente viajaba a Madrid, Tom¨¢s se iba a su habitaci¨®n del Ritz a tomarle medidas y probarle trajes. Era un cliente exigente, que incluso oblig¨® al sastre a buscar por todas partes una trabilla especial, llamada italiana. En la contabilidad de la red figuran regalos de trajes a varios pol¨ªticos: el ex asesor del gabinete de la Consejer¨ªa de Turismo Rafael Betoret, el ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa, el ex vicepresidente V¨ªctor Campos y Pedro Garc¨ªa, director de Canal 9, la televisi¨®n p¨²blica de la regi¨®n.

Correa controlaba el negocio de Orange Market en la distancia a trav¨¦s de su contable en Madrid, Jos¨¦ Luis Izquierdo, quien a su vez anotaba en la caja B de toda la red empresarial los ingresos de dinero negro de la firma que dirig¨ªa El Bigotes. Y con las t¨¦cnicas lisonjeras y su amistad con Camps, no tard¨® en acumular contratos p¨²blicos. Desde que se traslad¨® a Valencia en abril de 2004, Orange Market creci¨® vertiginosamente. Los pol¨ªticos para los que preparaba actos p¨²blicos eran los mismos que gobernaban en la administraci¨®n que le adjudicaba contratos. En 2005, el Gobierno de Camps le adjudic¨® montar el pabell¨®n valenciano en la Fitur de Madrid. Un mill¨®n de beneficios. Y en los cuatro a?os siguientes tambi¨¦n lo consigui¨®. En Valencia empezaba a v¨¦rsela como la empresa cabecera del PP de Camps. M¨¢s de ocho millones en contratas a dedo logr¨® Orange Market del Gobierno valenciano entre 2004 y 2008, de sus distintas consejer¨ªas. Especialmente de la de Turismo, durante el mandato de Milagrosa Mart¨ªnez, La Perla (as¨ª llama ella a sus interlocutores, de ah¨ª su apodo), a la que regal¨® un reloj de 2.400 euros. Ella, hoy presidenta de las Cortes -en Valencia no ha dimitido nadie a¨²n, al contrario que en Madrid o en G¨¦nova-, estaba agradecid¨ªsima y le conced¨ªa la organizaci¨®n del stand de la Comunidad en Fitur. A cambio, desde Orange Market salieron miles de euros en regalos para los altos cargos y sus mujeres. P¨¦rez dio d¨¢divas a los padres, hijas, al propio Camps y a su esposa, Isabel, Isa para El Bigotes. Pulseras, medallas, un robot de 1,800 euros... "Con el m¨ªo [con mi regalo] te has pasado 20 pueblos...", le dice Isa a El Bigotes en otra conversaci¨®n grabada el 7 de enero de 2009.

El sumario del juez Pedreira ha aflorado conversaciones con otras esposas. Como Pilar, mujer del actual vicepresidente, Vicente Rambla.

?lvaro: "Yo tengo una cosa para ti y otra cosa para Vicente. Para Vicente le he puesto carb¨®n sobre todo, pero luego tengo, el domingo le dar¨¦ a tu hija y a tu hijo un regalo, porque he hecho un regalo muy especial para los hijos de la gente que quiero, ?vale?".

Pilar: "Ah, mira, qu¨¦ bonito".

?lvaro: "Vale, pero a m¨ª no me importa darle lo de tu hija y lo de Vicentito, d¨¢roslo el domingo, delante de Pedro y de Lourdes, no me importa, pero tengo un detalle para ti que no te lo quiero dar delante de nadie, te lo quiero dar a ti solita".

Pilar: "Vale".

Ambici¨®n desmedida:

la visita del Papa

Pedro Garc¨ªa, fiel escudero de Camps al frente de Canal 9, logr¨® que el caso G¨¹rtel no existiera para la televisi¨®n p¨²blica, para bochorno de los trabajadores. Por poner s¨®lo un ejemplo, cuando Rajoy se reuni¨® con el presidente en Alarc¨®n para pedirle que tomara medidas ante el esc¨¢ndalo, para Canal 9 hab¨ªan hablado "de la crisis econ¨®mica". Todas las televisiones de Espa?a hablaban de posibles dimisiones en Valencia; Canal 9 exhib¨ªa a Camps pidiendo la dimisi¨®n de Zapatero. Garc¨ªa era muy amigo de El Bigotes, hasta el punto de que ¨¦ste le mont¨® una fiesta por todo lo alto en Marraquech (con aviones privados de la familia Cotino y aerotaxis) por su 40? cumplea?os. Y supo ser agradecido.

En abril de 2006, el Papa visit¨® Valencia. Camps hab¨ªa luchado mucho por esa visita. Incluso viaj¨® a Roma, vestido por El Bigotes, para organizar los preparativos. Garc¨ªa, en un contrato inaudito, adjudic¨® la sonorizaci¨®n e instalaci¨®n de las pantallas de imagen del Papa a Teconsa, una constructora de Castilla y Le¨®n que no ten¨ªa ni idea de sonorizaciones. Pero, eso s¨ª, ten¨ªa a Correa y sus contactos. Teconsa subcontrat¨® con una firma sevillana que s¨ª sab¨ªa. Total, 6,3 millones de euros cost¨® el asunto a Canal 9, que se nutre del dinero de los valencianos con una enorme deuda. Los sevillanos lo hicieron por 3,1 millones. El resto, a repartir. Una parte a Teconsa, y al menos un mill¨®n al bolsillo de la trama, limpio de polvo y paja, sin invertir un duro, s¨®lo por sus contactos con Camps y Garc¨ªa. Este ¨²ltimo dej¨® Canal 9 poco antes de que se conociera el esc¨¢ndalo del Papa. Cuando el juez pidi¨® la documentaci¨®n, vio venir la presi¨®n y se apart¨®, pero oficialmente nunca se ha reconocido ninguna irregularidad.

Sin ninguna experiencia en la Comunidad Valenciana, El Bigotes se hizo, pocos meses despu¨¦s de abrir su empresa, con la elaboraci¨®n de una gu¨ªa de la comunicaci¨®n (12.000 euros), la organizaci¨®n del segundo congreso de Software libre (cuatro contratos de 12.000 euros), el tercer Open de Tenis (11.900), una exposici¨®n de parques naturales (11.900). En plena fiesta del despilfarro, lleg¨® a facturar ese a?o 150.000 euros a la Generalitat por un almuerzo multitudinario en Madrid. Igual que en la Comunidad de Madrid, desde la Generalitat se troceaban los contratos para adjudicarlos a dedo a El Bigotes.

Camps se ha salvado, de momento, de tener que sentarse en el banquillo de los acusados por cohecho impropio gracias a que un juez al que ¨¦l mismo defini¨® en p¨²blico como "m¨¢s que amigo", Juan Luis de la R¨²a, sum¨® su voto al de otro juez del Tribunal Superior, y por un dos contra uno (hay tres jueces) le exoneraran de recibir regalos en funci¨®n del cargo. El asunto est¨¢ ahora en el Tribunal Supremo, gracias a un recurso de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, y se votar¨¢ el d¨ªa 12 de mayo. Su futuro judicial es incierto, porque, aun en el caso de que el Supremo le salvase de la causa de los regalos y los trajes, el juez Pedreira investiga en este momento un informe de 500 p¨¢ginas que describen una trama de financiaci¨®n del PP de Valencia en la que hay denunciados m¨¢s de una decena de altos cargos, entre ellos Camps. Las pesquisas de Pedreira avanzan.

La crisis final: todo

por la denuncia de un socio

Si todo iba tan bien, ?qu¨¦ le fall¨® a Correa? Muri¨® de ¨¦xito. Se crey¨® tan invencible que cometi¨® errores. Primero, dejar de pagar los 3.000 euros mensuales que, como a otros muchos pol¨ªticos, ingresaba a dos concejales de Majadahonda, Jos¨¦ Luis Pe?as y Juan Jos¨¦ Moreno. Correa lleg¨® incluso a colocar a su mujer como jefa de gabinete del alcalde de Majadahonda. Pero Aguirre lo acab¨® echando por una pol¨¦mica con la venta de unos terrenos p¨²blicos. Aun as¨ª, le subi¨® el sueldo de 12 a 17 millones de pesetas al nombrarle gerente del Mercado Puerta de Toledo. Pe?as y Moreno, que acabaron en el Grupo Mixto y expulsados del PP, dejaron de ser interesantes para Correa cuando, en las elecciones de 2007, financiados por ¨¦l -se gast¨® unos 50.000 euros, parte en jamones para invitar a los votantes-, no sacaron ni 100 votos como independientes con Corporaci¨®n Majadahonda. No sab¨ªa que Pe?as llevaba meses grab¨¢ndole sus fanfarronadas, sus relatos sobre sobornos, contratos, amigos, chanchullos. Cuando Pe?as acudi¨® a la fiscal¨ªa, los investigadores comprobaron que muchas de esas fanfarronadas eran ciertas. Se trataba de un caso de corrupci¨®n en toda regla. El mayor esc¨¢ndalo en la historia del PP, peor incluso que el caso Naseiro, que tambi¨¦n acab¨® con la cabeza del tesorero. El juez Garz¨®n autoriz¨® grabaciones de la polic¨ªa que confirmaron la denuncia. Y decidi¨® a detener a los cabecillas cuando, en una conversaci¨®n, intuy¨® que Correa estaba preparando una estrategia para obtener la nacionalidad paname?a y huir del pa¨ªs para disfrutar de sus millones.

Los datos demuestran que fue Pe?as, y no Aguirre ni una investigaci¨®n oficiosa ni arbitraria de la polic¨ªa, quien destap¨® la trama G¨¹rtel. De hecho, unos a?os antes, Pe?as hab¨ªa ido con su compa?ero Moreno a tratar de entregar a Aguirre un dosier donde se describ¨ªan corruptelas en la zona norte de Madrid. Se neg¨® a recibirles. "No quiero ver a esos dos hijos de puta", se le oy¨® decir con la puerta entreabierta.

Si Pe?as ya hab¨ªa visto cosas raras, delictivas, mientras compart¨ªa despacho en Majadahonda con la mujer de Correa, sus largas charlas, almuerzos y viajes acompa?ando a Don Vito terminaron asque¨¢ndole, dice. Le invitaba al chal¨¦ de Sotogrande, C¨¢diz, con barco y atraque propios; al de Ibiza, que Correa compr¨® por tres millones y medio y reform¨® ilegalmente con otros tres m¨¢s; a la finca de Pozuelo, su residencia habitual en Madrid, cercana a la actual casa de Ronaldo...

Correa viv¨ªa como lo que es, un millonario, pero nada estaba a su nombre. Bueno, s¨ª, una moto Suzuki. El sumario ha destapado que llevaba diez a?os sin existir para Hacienda. Pese a que se le calcula un patrimonio, en Espa?a y en el extranjero, superior a los 50 millones de euros, no ha declarado nada al fisco desde 1999. Ten¨ªa testaferros y sociedades pantalla para todo: todoterrenos de lujo, ch¨®fer personal, secretarias, asesores... Y prostitutas de alto standing por doquier. El juez Pedreira ordenar¨ªa tiempo despu¨¦s, ya en plena investigaci¨®n, eliminar del sumario grabaciones de conversaciones comprometedoras, no s¨®lo para Correa. Y fotograf¨ªas de org¨ªas, captadas por ellos.

Pe?as busc¨® pruebas, y las encontr¨®. Forzaba almuerzos con Correa, en el restaurante Sorolla, y luego copas en el hotel F¨¦nix, centro de intercambio de sobres con dinero de la trama. Don Vito quer¨ªa parecer un hombre por encima del bien y el mal. Precisamente ¨¦l, que se avergonzaba de su padre porque la empresa familiar de zapatos fue a la quiebra. ?l, que no hab¨ªa estudiado, lo ten¨ªa todo.

Dos a?os tard¨® Pe?as en juntar las pruebas, desde finales de diciembre de 2005 hasta finales de 2007. Ni de lejos pod¨ªa imaginar Don Vito que ¨¦l, que hab¨ªa intentado incluso utilizar un v¨ªdeo en el que se ve¨ªa a Rajoy en un descanso de una convenci¨®n pol¨ªtica hablando con Xes¨²s Palmou mientras criticaban a Manuel Fraga -"el viejo est¨¢ gag¨¢"-, estaba siendo objeto de su misma medicina. Todos sus encuentros con Pe?as eran registrados en una grabadora que escond¨ªa "en el bolsillo de su chaqueta, del pantal¨®n, en un portafolios"... "Llegu¨¦ a pasar miedo alguna vez por si se daban cuenta", confiesa Pe?as.

El principio del fin de Correa tiene una fecha: diciembre de 2007. Pe?as le ha grabado kil¨®metros de conversaciones. Y decide dar por cerrada la caza de Correa cuando cree que tiene suficiente material. La ¨²ltima conversaci¨®n que le graba es la de los 1.000 millones de pesetas a B¨¢rcenas.

Se acab¨®. Garz¨®n ordena detenciones: el 'pen drive'

Los polic¨ªas empiezan a cuadrar las piezas. Cae el asunto en el Juzgado Central de Instrucci¨®n 5 de Madrid, el de Baltasar Garz¨®n. ?Por qu¨¦? Porque Garz¨®n ten¨ªa una pieza separada en su juzgado sobre una investigaci¨®n de Luis de Miguel, el experto en para¨ªsos fiscales que asesor¨® a Correa hasta que lleg¨® Blanco Bal¨ªn.

"Hay pruebas sobradas contra todos los que son. Y es muy probable que salieran otros que son y que a¨²n no est¨¢n", se?alan fuentes de la investigaci¨®n. El 6 de febrero de 2009, por orden de Garz¨®n, se producen las detenciones de Correa, su primo Antoine S¨¢nchez y el n¨²mero dos de la trama, Pablo Crespo. Poco antes, la polic¨ªa se hab¨ªa presentado en las oficinas madrile?as de la trama, en la calle de Serrano, 40, y en la de Mart¨ªnez Campos.

Los empleados casi les estaban esperando, pero de nuevo un error hundi¨® a la red. Llamaron al interfono y enseguida se corri¨® la voz de que era la polic¨ªa. A Jos¨¦ Luis Izquierdo, contable de Correa, s¨®lo le dio tiempo a cerrar la mano bien fuerte para ocultar un pen drive que guardaba en su caj¨®n. Tras una hora de registros, un agente not¨® que ese hombre nunca abr¨ªa la mano. Le oblig¨® a hacerlo, y ah¨ª estaba. Los agentes acababan de toparse con dinamita pura.

All¨ª, y en una libreta azul que m¨¢s tarde incautaron los agentes a Izquierdo, estaba casi todo. Parte de las cuentas B, el dinero negro de la trama G¨¹rtel. Pero con un inquietante a?adido: la relaci¨®n de altos cargos del PP, unos con sus nombres completos y otros con iniciales, como L. B., o Luis El Cabr¨®n, para tapar, seg¨²n los investigadores, al tesorero del PP Luis B¨¢rcenas, a los que la trama habr¨ªa sobornado para sus fechor¨ªas. Y otras como las de A. L. V., por Alberto L¨®pez Viejo, el organizador de los actos de Aguirre. La investigaci¨®n so?ada. Nunca un asunto de un entramado de empresas estaba tan claro desde el principio, aunque la instrucci¨®n lleva un a?o trabajando y se han encontrado muchas m¨¢s pruebas, adem¨¢s de los interrogatorios.

Los registros siguieron, y en Valencia, en la sede de Orange Market, tambi¨¦n hubo suerte: estaba toda la contabilidad B de la empresa, con los detalles de la financiaci¨®n irregular del PP -hab¨ªa hasta mensajes de correo electr¨®nico en los que un contable de Madrid ped¨ªa a otro de Valencia "donde pone PP Valencia, pon Ortiz Construcciones"-. Ese fin de semana, en el que El Bigotes bautiz¨®, pese a todo, a su hija, pero sin el padrino esperado -Correa estaba en la c¨¢rcel- se acab¨® la estrella de Don Vito. Y empez¨® la pesadilla del PP y de su l¨ªder, Mariano Rajoy, que a¨²n no ha acabado. Sobre todo por Valencia. Camps puede acabar en el banquillo en menos de un mes, con la decisi¨®n del Supremo, y en G¨¦nova muchos creen que habr¨¢ que ir pensando en otro candidato. Adem¨¢s, aseguran, hay que depurar el PP valenciano, donde pocos escapan a la mancha de G¨¹rtel.

El caso no est¨¢ ni mucho menos acabado. Es m¨¢s, est¨¢ al principio. De hecho, ni siquiera se ha levantado a¨²n el secreto del sumario en el Tribunal Supremo, y Pedreira tampoco ha desvelado la parte que se refiere al blanqueo masivo de capitales. Un veterano dirigente, bregado en el Gobierno y en la oposici¨®n, lo resume as¨ª: "Zapatero no supo ver la crisis econ¨®mica que se le ven¨ªa encima. Mariano no quiso entender que G¨¹rtel era muy grave. A los dos les acompa?ar¨¢n siempre esos errores, la pol¨ªtica es as¨ª de dura".