"Duro, duro, muy duro"

No hay tregua. "Descansar¨¦ tres d¨ªas y a primeros de la pr¨®xima semana estaremos en el Shisha Pangma", aseguraba ayer Edurne Pasaban, tras alcanzar el campo base (4.200 metros) del Annapurna, en busca del ¨²ltimo de los 14 ochomiles. En estos casos, el campo base es como el hotel, por m¨¢s que te espere una tienda de campa?a en una planicie que contrasta con el esfuerzo del acceso a la cumbre, "m¨¢s largo y m¨¢s duro de lo esperado". "Tuvimos que trabajar a tope instalando cuerdas", recordaba Pasaban, antes de las 10 horas de ascensi¨®n del ¨²ltimo tramo de la monta?a sagrada; "ahora s¨ª que podemos decir que la aventura ha terminado con ¨¦xito".

"Es el momento de celebrar el triunfo", dec¨ªa Edurne ayer en su web tras concluir un dificultoso descenso saldado con ¨¦xito y sin mayores problemas. "Felices, sanos y salvos", tres palabras que resum¨ªan el ¨¦xito de una expedici¨®n mete¨®rica, sorprendente en el momento en que se ha producido. "Muy duro, muy duro, muy duro", repet¨ªa la escaladora guipuzcoana al recordar ese complicado acceso a las tres jorobas del Annapurna que le ponen en el disparadero del objetivo.

La deshidrataci¨®n provoc¨® leves problemas de visi¨®n a la monta?era

La surcoreana Oh, su rival, le felicit¨® en el campo base a su regreso

Quedaba el descenso, los serac (muros de hielo), el embudo, el miedo..., que completaron sin problemas para alcanzar el campo base. Durante el largo descenso, el equipo acus¨® el esfuerzo, el cansancio acumulado y la deshidrataci¨®n.

Edurne y Nacho Orviz han tenido problemas de visi¨®n por la deshidrataci¨®n y Alex Txikon acus¨® molestias musculares en las piernas. Sin embargo, estos peque?os problemas han ido remitiendo a medida que el equipo descend¨ªa y aprovechaba la llegada a los diferentes campos de altura, campo 3, campo 2 y campo 1, que desmontaban a medida que descend¨ªan. El sherpa Nati los encontr¨® en el campo 1 y les llev¨® fruta y bebidas de cola y les ayud¨® en la tarea de desmontar el campo y portear de regreso el material acumulado.

Aunque todav¨ªa no se ha confirmado el plan de regreso, lo m¨¢s probable es que el equipo emplee un par de d¨ªas en desmontar el campo base y ser¨¢ probablemente el mi¨¦rcoles cuando vuelen de vuelta a Katmand¨², donde gozar¨¢n de un d¨ªa completo de descanso antes de emprender el camino de T¨ªbet, donde les espera el Shisha Pangma, que pretenden escalar por su cara norte en las pr¨®ximas semanas.

Llegados al campo base, les esperaba el m¨¦dico de la expedici¨®n, Pablo D¨ªaz-Muni¨®, para hacerles los pertinentes an¨¢lisis de sangre y ver sus situaciones f¨ªsicas ante el ¨²ltimo reto.

Ya en la calma del hotel, Edurne recibi¨® la felicitaci¨®n de su oponente, la surcorena Eun-Sun Oh, que en breve atacar¨¢ la cima del Annapurna para tratar de ser ella la primera mujer en hollar los 14 ochomiles. "Ha venido a saludarme y felicitarme. De hecho, el equipo de televisi¨®n que le acompa?a me hab¨ªa solicitado las indicaciones de mi ascensi¨®n para grabarlo y transmitirlo en Corea del Sur", explicaba ayer Edurne a la Cadena SER en Euskadi. La televisi¨®n surcoreana tiene previsto transmitir la ascensi¨®n de su alpinista m¨¢s emblem¨¢tica desde que ataque la cumbre hasta el final.

Tres d¨ªas de descanso antes del ¨²ltimo trabajo. Otra vez el voleibol, seguramente, para entretener el tiempo cuando el cuerpo aguante, pero antes ha habido margen para todo. Entre otras cosas, para hablar con el peque, su sobrino, "al que llam¨¦ desde el campo 4 cuando descendimos de la cumbre", dec¨ªa Pasaban. "Edurne, ?campeona?', me pregunt¨®. Fue una alegr¨ªa". Ahora habr¨¢ tiempo para m¨¢s cosas "aunque en la mente ya est¨¢ el Shisha Pangma". "Descansamos tres d¨ªas y nos vamos para all¨ª. Eso est¨¢ claro". El sprint final, en marcha.