Todos los acentos de los MIR
Los m¨¦dicos extracomunitarios que se especializan en Galicia se quejan de la falta de estabilidad laboral
Durante seis meses, el ecuatoriano Mauricio Coronel almorz¨® con bocadillos a la puerta de una biblioteca para no perder ni tiempo ni dinero de su particular aventura: conseguir una plaza como m¨¦dico residente (MIR) en Espa?a. La logr¨® y ahora prepara su especialidad de cirug¨ªa pl¨¢stica en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coru?a. Como ¨¦l, unos 600 m¨¦dicos de fuera de la Uni¨®n Europea ejercen la medicina en Galicia. La mayor¨ªa han llegado en los ¨²ltimos cinco a?os y vienen para formarse, pero pocos se quedan porque para ello tendr¨ªan que conseguir un contrato de trabajo de al menos un a?o. El propio Mauricio, que vive en Galicia desde 2004 y es padre de una ni?a nacida en A Coru?a, tiene visado de estudiante, no permiso de residencia.
La mayor¨ªa han llegado en los ¨²ltimos cinco a?os para especializarse
Para Sanidad son estudiantes. Para Extranjer¨ªa, inmigrantes
Galicia necesita facultativos -unos 1.200 entre atenci¨®n primaria y especializada, calcula el Sindicato M¨¦dico Galego- y a la vez atrae a doctores j¨®venes que quieren especializarse y hacer curr¨ªculum. Las cifras de los colegios m¨¦dicos atestiguan el fen¨®meno. De los 5.500 profesionales colegiados en la provincia de A Coru?a -la colegiaci¨®n es obligatoria, tambi¨¦n para los MIR-, 500 son extranjeros y, de este medio millar, 364 llegan de Am¨¦rica Latina, el continente que m¨¢s m¨¦dicos j¨®venes aporta a la sanidad gallega. Es frecuente verlos haciendo guardias, todos resaltan el prestigio de la sanidad espa?ola para justificar su llegada y casi ninguno tiene claro su futuro.
Para C¨¢ndido Andi¨®n, delegado en Galicia de la Confederaci¨®n Espa?ola de Sindicatos M¨¦dicos (CESM), el actual sistema MIR maltrata a los m¨¦dicos espa?oles abriendo las puertas a los de fuera. "Es un coladero de extranjeros. Las calificaciones no siempre son equivalentes y los extranjeros tienen m¨¢s posibilidades". Su postura contrasta con la del Ministerio de Sanidad, que defiende la entrada de facultativos extracomunitarios y tacha de "arbitrario" y "confuso" el porcentaje de 45% de residentes venidos de fuera de la UE que hace unas semanas anunci¨® el sindicato.
Las 328 plazas de residencia en juego para Galicia han empezado a repartirse la semana pasada y entre los afortunados que consigan una habr¨¢ sin duda alg¨²n extracomunitario. La ley les reserva un cupo del 10%, pero antes de lograr la plaza el estudiante extranjero debe enzarzarse en una batalla burocr¨¢tica llena de obst¨¢culos. Mauricio Coronel tuvo suerte, porque la homologaci¨®n de su t¨ªtulo lleg¨® a los nueve meses de iniciar el tr¨¢mite, pero su compa?ero Christian Anchorena, residente de Neumolog¨ªa del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, tuvo adem¨¢s que presentarse a un examen. "Mi nota era m¨¢s alta que la de los cuatro amigos que se presentaban conmigo, pero yo tuve que hacer la prueba y ellos no", recuerda a¨²n con asombro.
De los 249 residentes del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo, 34 son extranjeros, la mayor¨ªa venezolanos, argentinos, colombianos y mexicanos. Otros vienen de Marruecos, Belice, Egipto, Cuba o Palestina. Y todos llegan atra¨ªdos por las posibilidades de formaci¨®n que, lamentan, no les dan sus pa¨ªses. "Siento que estoy aprendiendo", asegura Anchorena. A su colega Coronel le preocupa no poder aplicar sus conocimientos si vuelve a Ecuador. "No tenemos tantos medios como en Galicia", se justifica.
Trabajan, aunque no tienen permiso de trabajo porque para Sanidad son estudiantes en formaci¨®n. Para Extranjer¨ªa, inmigrantes que agotan su visado de estudios y deben marcharse. "As¨ª no podemos devolver el dinero que se invierte en nosotros", reconoce Coronel. En comunidades como Catalu?a y Madrid, al MIR se le concede el permiso de residencia en el tercer a?o de estancia. En Galicia, no.
Mar¨ªa Mayela Juangorena cambi¨® Monterrey por Santiago tras siete a?os de carrera, el ¨²ltimo dedicado a servicios sociales en comunidades, obligatorio para los m¨¦dicos mexicanos. Alaba las bondades de un sistema "accesible", que conoc¨ªa por su marido, pero tampoco sabe si podr¨¢ quedarse. La incertidumbre laboral de los extracomunitarios contrasta con las necesidades de la sanidad gallega: la de m¨¦dico general era una ocupaci¨®n de dif¨ªcil cobertura en Pontevedra en el primer trimestre de 2010.
Los alumnos portugueses que estudian su carrera en Santiago regresan a su pa¨ªs para ejercer y, en 2009, 800 m¨¦dicos gallegos probaron suerte en Reino Unido, Portugal o EE UU. Mientras, Mauricio, Mayela, Christian o Johnny Javier Castelar, colombiano que se especializa en cirug¨ªa cardiovascular en Santiago, siguen aprendiendo y haciendo guardias seis o siete veces al mes. Su futuro laboral en Espa?a lo ven como m¨¦dicos de Urgencias -que no requiere especialidad- o de ambulancia, y saben que sin su trabajo dif¨ªcilmente se podr¨ªa atender a una poblaci¨®n cada vez m¨¢s envejecida. "Si no hubiera residentes en agosto, tendr¨ªamos un problema", afirma Coronel.
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