Caricias
El Gobierno ha mimado a las televisiones privadas. En meses pasados y con urgencia inusitada les concedi¨® la posibilidad de fusionarse y retir¨® la publicidad de la cadena p¨²blica dej¨¢ndoles libres los derechos deportivos y las pel¨ªculas populares. Supongo que sale a cuenta tanto mimo. Pero, como los gatos, cuando dejas de acariciarlos, quieren m¨¢s.
El presidente de Telecinco, en su junta de accionistas, dej¨® claro que ahora persiguen suprimir la publicidad en los canales auton¨®micos y eludir la obligatoriedad de invertir el 5% en producci¨®n audiovisual europea.
En esta cuesti¨®n siguen insistiendo en que a una empresa privada no se le puede obligar a invertir en algo. Pero olvidan que poseer una concesi¨®n televisiva es un privilegio estatal preservado de la libre competencia. Que le pregunten al se?or que tiene un bar, y que ve c¨®mo en su mismo barrio hay otros quince, si no preferir¨ªa que en toda Espa?a s¨®lo hubiera cuatro bares contando con el suyo.
Al d¨ªa siguiente del discurso,Telecinco celebr¨® sus 20 a?os de existencia en una gala desvertebrada, con tufo a fiesta de colegio mayor. Precisamente entre lo m¨¢s saludable de su trayectoria destacaban las apuestas cinematogr¨¢ficas en los ¨²ltimos a?os, a partir de la ley, con dianas como El laberinto del fauno, El otro lado de la cama, ?gora, Alatriste, Che o Celda 211, por las que habr¨ªa que felicitar a la divisi¨®n de cine y no relegarlas al caj¨®n de los productos hechos a disgusto.
El presidente de Telecinco insisti¨® en desacreditar a los productores de cine, que, seg¨²n ¨¦l, s¨®lo persiguen las subvenciones. En este pa¨ªs me temo que las subvenciones las persiguen hasta los obispos. Pero lo grave de sus medias verdades es que olvida reconocer que Telecinco como productora, dado el sistema de reparto en funci¨®n del rendimiento en taquilla, ha sido una de las empresas m¨¢s beneficiadas por las ayudas del Estado, si no la m¨¢s.
Perversi¨®n inadmisible en ning¨²n pa¨ªs del mundo, donde para evitar el abuso de posici¨®n dominante, las emisoras no pueden ser productoras. Exceso id¨¦ntico a que en un pa¨ªs s¨®lo hubiera treskioskos y ¨¦stos ¨²nicamente vendieran publicaciones de su propiedad. Se agradecer¨ªa que a las medias verdades, se les diera un empujoncito hasta ser verdades enteras.
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