'Slow Horses' y 'El regreso de la esp¨ªa', la cara y la cruz

Ya fue comentada ampliamente en su d¨ªa, comentada y analizada, pero el panorama de las series de ficci¨®n que se ofrecen en la actualidad no es tan boyante como para despreciar el escribir de nuevo sobre una de las mejores series que pueden verse hoy. Hablamos de las cuatro temporadas de Slow Horses, la serie basada en las novelas de Mick Herron y de la que los aficionados a las tramas de esp¨ªas anhelan ya contemplar este mismo a?o la anunciada quinta temporada.

Naturalmente, al hablar de esp¨ªas resulta inevitable citar a John le Carr¨¦ y al citar a Le Carr¨¦ tambi¨¦n resulta inevitable recordar a un Gary Oldman como George Smiley en El topo. Y el c¨ªrculo se cierra porque es precisamente Oldman el protagonista absoluto de esos caballos lentos en el papel de Jackson Lamb, el desastroso jefe de un reducido grupo de desastrosos miembros del MI5, relegados a un desastroso piso londinense ¡ªllamada casa de La Ci¨¦naga para ser precisos¡ª por los desastrosos y respectivos profesionales en el pasado.

Claro que no todo es desastroso en esta espl¨¦ndida serie que exhibe Apple TV+. El casting, por ejemplo, es brillante con el ya citado Oldman a la cabeza y excelentemente secundado por una impert¨¦rrita y dura Kristin Scott Thomas, una discreta e inquietante Saskia Reeves y un s¨®lido y desmemoriado Jonathan Pryce, entre otros. Cuatro temporadas con unos di¨¢logos impecables de un equipo de guionistas comandados por Will Smith y en los que las palabras y las im¨¢genes dejan de lado la tonter¨ªa de cuantificar el valor de unas y otras. Como se dijo en su d¨ªa hace ya m¨¢s de dos a?os ¡°una producci¨®n de esp¨ªas excelente y original¡±.

Toda cara tiene su cruz y en el caso de las series de espionaje la cruz es una disparatada El regreso de la esp¨ªa en Netflix, en la que se narra las venturas y desventuras de una antigua esp¨ªa del KGB afincada en los Estados unidos y con una hija adolescente que dudamos aprobara la escuela primaria, ella o los guionistas, pues para explicar sus ra¨ªces estadounidenses es capaz de afirmar con rotundidad en una de las secuencias que ¡°mis antepasados llegaron de Inglaterra hace miles de a?os¡±. Sabemos que con Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca llegan tiempos duros para la inteligencia y blandos para la demagogia pero todo deber¨ªa tener un l¨ªmite.