Picasso reina en el Metropolitan
El museo neoyorquino expone por vez primera sus abrumadores fondos del artista
Fue Gertrude Stein quien introdujo a Pablo Picasso en la colecci¨®n del Museo Metropolitan de Nueva York en 1946. Fue una de las muchas presentaciones e introducciones con las que la escritora estadounidense afincada en Par¨ªs apoy¨® la carrera de su amigo espa?ol, aunque en este caso fue p¨®stuma y ella era coprotagonista. En su testamento, Stein don¨® su imponente retrato pintado en 1906 al museo y ese fue el principio de un fruct¨ªfero idilio entre el Metropolitan y la obra de Picasso, cuyo trabajo hab¨ªa atra¨ªdo la atenci¨®n de ¨¢vidos coleccionistas americanos desde hac¨ªa d¨¦cadas y ya formaba parte integral de la colecci¨®n del MoMA.
A aquella primera donaci¨®n le siguieron las de otros artistas como Georgia O'Keeffe y Alfred Steiglitz y la de importantes benefactores y mecenas de la galer¨ªa. Hoy el Metropolitan posee la segunda colecci¨®n m¨¢s numerosa del artista en Estados Unidos y una de las m¨¢s importantes del mundo. La entrada del malague?o en el museo de la Quinta Avenida y la calle 82 fue algo tard¨ªa pero, como demuestra la exposici¨®n Picasso en el Metropolitan, la dicha fue buena y el resultado es apabullante. La muestra re¨²ne por primera vez, desde el pr¨®ximo martes y hasta el 1 de agosto, todos los fondos de Picasso del museo. Es decir, 34 cuadros, 38 pasteles, dibujos y acuarelas, dos esculturas y 400 grabados. S¨®lo 36 obras han sido compradas, el resto fueron regalos.
El proyecto de esta exposici¨®n surgi¨® hace apenas un a?o, quiz¨¢ inspirado en el abrumador ¨¦xito que la muestra sobre la serie de los Mosqueteros tuvo en la galer¨ªa Gagosian de Chelsea. John Richardson comisari¨® aquel proyecto y ahora participa en la audiogu¨ªa de la exposici¨®n del Met. Thomas Campbell, director del centro, destac¨® la potente perspectiva que el contexto del museo ofrece al trabajo de Picasso. "Nuestro compromiso con el arte contempor¨¢neo y moderno es distinto que el de otros museos. Nuestra colecci¨®n permite ver el arte africano y cl¨¢sico que inspir¨® a Picasso o entender el lugar que su obra ocupa en la historia del arte".
A partir de un orden cronol¨®gico, las salas del Metropolitan mezclan las obras en papel con los lienzos y las acuarelas. Desde los carteles con cabareteras de canc¨¢n rojo, inspirados en el trabajo de Toulousse-Lautrec que Picasso pint¨® en 1901, hasta el Mosquetero con mujer desnuda que realiz¨® a los 83 a?os, la exposici¨®n ofrece un potente repaso por la carrera del prol¨ªfico y genial creador que revolucion¨® el arte: los arlequines del periodo azul, el clasicismo de la etapa rosa, los dibujos que hizo en tarjetas de visita de la compa?¨ªa de sus amigos Juan y Sebasti¨¢n Ju?er Vidal, los retratos en tinta del c¨ªrculo de artistas que le rodearon en Barcelona como Ram¨®n Casas o Joaqu¨ªn Mir, el retrato de Dora Maar y los grabados de Jacqueline junto a las planchas en terracota y la impactante serie de grabados Suite 347 que el artista calific¨® como su manera de "hacer ficci¨®n".
?Conviene en tiempos de crisis tirar del fondo de armario, muse¨ªsticamente hablando, y apostar por valores seguros? El comisario Gary Tinterow, Engleman Chairman del Departamento de Arte del Siglo XIX, Moderno y Contempor¨¢neo del museo, no esquiv¨® la cuesti¨®n en la presentaci¨®n ante la prensa: "Hay un sentimiento un poco c¨ªnico sobre este tipo de proyectos. Es cierto que no ha habido gastos de transporte, ni de seguros, pero las obras han sido enmarcadas, limpiadas, restauradas y estudiadas a fondo", explic¨®.
Entre otras se presenta la flamante restauraci¨®n de El actor, el cuadro cuyo lienzo fue accidentalmente desgarrado por una visitante del museo el pasado mes de enero. La reflectolog¨ªa infrarroja y radiograf¨ªas de varias obras han permitido adem¨¢s descubrir nuevos secretos. Por ejemplo, que bajo el cuadro Coiffeur, se esconden otras tres obras. Tres v¨ªdeos muestran los descubrimientos. "Us¨® aquel lienzo como una pizarra", apunt¨® Tinterow. El conservador destac¨® el intenso trabajo de investigaci¨®n que rodea esta muestra y el reto que supone zambullirse en Picasso, un artista cuya vida y obra est¨¢n extensamente documentadas, pero que sigue ofreciendo sorpresas. Su encanto y su fuerza nunca se acaban.
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