El arte de la adaptaci¨®n pol¨ªtica
La trayectoria de Juan Antonio Samaranch fue un constante ejercicio de transformaci¨®n a lo largo del siglo
Nacido en Barcelona el 17 de julio de 1920 en el seno de una familia de la burgues¨ªa textil, la larga vida de Juan Antonio Samaranch consisti¨® en una insuperable exhibici¨®n del arte de la adaptaci¨®n al entorno sociopol¨ªtico. Un arte que le llev¨® a ser uno de los espa?oles que ha dirigido durante m¨¢s tiempo, 21 a?os, una de las m¨¢s relevantes organizaciones de ¨¢mbito mundial.
Burgu¨¦s por nacimiento, el joven Samaranch se afili¨® a Falange Espa?ola cuando la ret¨®rica antiburguesa era una de las caracter¨ªsticas de la versi¨®n espa?ola del fascismo, al principio de la d¨¦cada de 1950, y en 1954 ocup¨® su primer cargo pol¨ªtico como concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Corr¨ªan tiempos duros y Samaranch fue entonces uno m¨¢s de Falange, en la que hizo amistades que durante a?os le acompa?ar¨ªan en su carrera como dirigente pol¨ªtico-deportivo durante el franquismo. Una de ellas era la de Pablo Porta, largos a?os presidente de la federaci¨®n de f¨²tbol. Hasta su boda con Bibis Salisachs, con la que tuvo dos hijos, eran famosas las fiestas que hasta altas horas de la madrugada celebraba con sus amigos. Por ello el grupo era conocido como La Brigada del Amanecer.
Burgu¨¦s de nacimiento, el joven Samaranch se afili¨® a Falange Espa?ola
Samaranch estuvo en el franquismo desde 1938, cuando, movilizado por la Rep¨²blica, decidi¨® pasar a Francia y desde all¨ª a la zona de Espa?a controlada por los sublevados. Tras la guerra, se gradu¨® en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona y comenz¨® una trayectoria en la que alternaba la atenci¨®n a los negocios familiares, la pr¨¢ctica deportiva y una intensa dedicaci¨®n a la pol¨ªtica. En 1954 fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Y ya no par¨®.
La carrera pol¨ªtica le llev¨® a presidir en 1973 la Diputaci¨®n Provincial de Barcelona y a intentar, a la muerte de Franco, la creaci¨®n de un partido pol¨ªtico, Conc¨°rdia Catalana, que recogiera el voto de la derecha que, como ¨¦l, hab¨ªa vivido c¨®modamente instalada en "la situaci¨®n", como entonces se dec¨ªa. El intento de partido, repleto de ex franquistas, no lleg¨® siquiera a concurrir a las primeras elecciones democr¨¢ticas. El agudo sentido de adaptaci¨®n que le caracterizaba le hab¨ªa llevado ya a desempolvar en la sede de la Diputaci¨®n el busto de su ilustre antecesor nacionalista Enric Prat de la Riba, a permitir el uso del catal¨¢n en los plenos de la corporaci¨®n y, llegado el momento, a cambiar en el vetusto edificio de la plaza de Sant Jaume el r¨®tulo que dec¨ªa Diputaci¨®n Provincial por el de Palau de la Generalitat. A ¨¦l le toc¨® ceder el puesto, la presidencia, a un sucesor inesperado hasta hac¨ªa muy poco tiempo, Josep Tarradellas, cuando el presidente de la Generalitat en el exilio retorn¨® a Barcelona a finales de 1977. Todo fue muy fluido, tanto que a Samaranch se le concedi¨® un destino pol¨ªtico-diplom¨¢tico del que extraer¨ªa rendimiento: el estreno de la embajada de Espa?a en la URSS tras el restablecimiento de las relaciones.
En la capital rusa, Samaranch pudo continuar y ampliar las relaciones con los dirigentes del olimpismo iniciadas desde que, en su juventud, fuera el representante espa?ol en la federaci¨®n internacional de uno de los deportes que practic¨®, el hockey sobre patines (RCD Espa?ol).
Su carrera como dirigente deportivo comenz¨® en la d¨¦cada de 1940 como jefe provincial de Deportes de Falange, continu¨® como delegado regional de Deportes y luego como miembro y presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol y de 1966 a 1970, como Delegado Nacional de Deportes, el m¨¢ximo cargo pol¨ªtico-deportivo en un r¨¦gimen de origen corporativista como era el franquismo. Integrado como procurador en las Cortes durante 10 a?os, entre 1967 y 1977, en lo que entonces se llamaba sector azul, es decir, falangista, Samaranch fue en los primeros a?os de la d¨¦cada de 1960 amigo de Alfonso de Borb¨®n, cuando ¨¦ste aspiraba a que Franco le colocara en el trono de Espa?a. Pero, cuando en 1969 esta opci¨®n perdi¨® la batalla, result¨® que gracias al deporte, en este caso la vela, Samaranch hab¨ªa trabado una excelente relaci¨®n con el que s¨ª iba a ser Rey de Espa?a, Juan Carlos de Borb¨®n. As¨ª fue c¨®mo aterriz¨® en 1977 en Mosc¨² como mensajero de la democracia que alentaba la titubeante monarqu¨ªa acabada de reinstalar en Espa?a.
Todos estos antecedentes le permitieron postularse con ¨¦xito desde la capital sovi¨¦tica para presidir el olimpismo internacional. Lo logr¨® y ocup¨® la presidencia del COI desde 1980 hasta 2001. Durante esta larga etapa, el organismo que por d¨¦cadas hab¨ªa dormitado en Lausana como refugio de arist¨®cratas poco amantes del trabajo se convirti¨® en una corporaci¨®n que administra con enorme ¨¦xito una de los mayores acontecimientos, los Juegos Ol¨ªmpicos, a los que ha convertido en un negocio de una magnitud acorde con la globalizaci¨®n econ¨®mica y cultural en curso. Adem¨¢s, organiz¨® y presidi¨® la transici¨®n del viejo COI corro¨ªdo por las acusaciones de corrupci¨®n a otro dominado por los ejecutivos.
La designaci¨®n de Barcelona como sede de los Juegos de 1992 permiti¨® a Samaranch, adem¨¢s de proporcionar al deporte espa?ol la oportunidad de dar un salto enorme, congraciarse con una ciudad y una sociedad en la que ten¨ªa algunas deudas. Funcion¨® la qu¨ªmica con el art¨ªfice local, un alcalde socialista, Pasqual Maragall. Funcion¨® de nuevo la conexi¨®n con los sectores dirigentes de la econom¨ªa catalana. De sus antiguas actividades financieras en la d¨¦cada de 1960 en el Banco de Madrid y Catal¨¢n de Desarrollo junto a Jaime Castells Lastortras, un personaje situado en el entorno econ¨®mico del Palacio del Pardo, y luego a partir de 1973 como presidente de la Caja de Ahorros de la Diputaci¨®n Provincial, Samaranch pas¨® en 1987 a ocupar la presidencia de la Caja de Pensiones (La Caixa), que ya entonces era la tercera entidad financiera de Espa?a. En 1999 fue designado presidente honorario.
Nombrado marqu¨¦s de Samaranch por el Rey en 1991, el pol¨ªtico que hizo del deporte un talism¨¢n capaz de adaptarle a todas las situaciones contemplaba en los ¨²ltimos a?os la evoluci¨®n del olimpismo con un optimismo que le llev¨®, como presidente de honor del COI, a dar una batalla m¨¢s, hace menos de un a?o, y apoyar con todas sus ya menguadas fuerzas la candidatura de Madrid para los Juegos de 2016. Esta vez no fue posible, pero lanz¨® ah¨ª una vez m¨¢s el mensaje que bien podr¨ªa ser su lema: casi todo es posible si se saben mover los hilos adecuados en el momento oportuno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.