La ¨²ltima disculpa, la impotencia
Merritt, campe¨®n ol¨ªmpico y mundial de 400m, dice que tom¨® anabolizantes por su vida sexual
Tal y como los te¨®ricos proponen, y como Tiger Woods y Rib¨¦ry y sus amigos futbolistas parecen demostrar, el consumo alto de sexo es una constante en los deportistas, j¨®venes en el esplendor de la vida para los que Pr¨ªapo es dios y la testosterona, que les sale por las orejas, su fluido vital. Y, tal y como los aficionados, forzosamente cada vez m¨¢s c¨ªnicos, sospechan, y como atletas, ciclistas, futbolistas, tenistas se empe?an en demostrar, ante el dopaje, la mentira es la norma.
Y en este mundo, tal y como la historia de LaShawn Merritt muestra, todo es posible, hasta que por miedo a pasar por dopado, un atleta prefiera presentarse al mundo como impotente, se reniegue antes de Pr¨ªapo y sus placeres que de Nike y sus poderes.
"Cualquier castigo que reciba ser¨¢ menor que la verg¨¹enza y humillaci¨®n que siento"
A los 18 a?os, Merritt -de Virginia, Estados Unidos, una roca de m¨²sculos, duros y brillantes como el acero azul, 1,88 metros, 1,82 kilos, cuello corto, espaldas anchas-, baj¨® de los 45s en unos 400 metros en pista cubierta. Hac¨ªa nueve a?os que ning¨²n otro atleta lo hab¨ªa conseguido: el anterior y ¨²nico era un tal Michael Johnson. Era 2005 y reinaba en los 400 Jeremy Wariner, blanco, espigado, estr¨¢bico, un talento criado en los mismos establos que Johnson, Baylor, Tejas. Si alguien puede acercarse a Johnson, a sus marcas imposibles, a la barrera de los 43s, se dec¨ªa, ese es Wariner, campe¨®n ol¨ªmpico en Atenas 2004, campe¨®n del mundo luego, mientras Merritt crec¨ªa, en 2005 y 2007. Y a ese tal Wariner, Merritt lo ridiculiz¨® en la final de Pek¨ªn. Por 99 cent¨¦simas, casi 10 metros, le gan¨® en la final, y un a?o despu¨¦s volvi¨® a ganarle en la final del Mundial de Berl¨ªn.
Y el jueves, para responder a tres an¨¢lisis positivos por DHEA -una sustancia prohibida que tiene por efecto aumentar la producci¨®n interna de testosterona- el abogado de Merritt escribi¨® en un comunicado en el que informaba de una suspensi¨®n provisional: "El consumo de un producto para aumentar su vigor sexual [venta por internet: se llama Extenze, y la publicidad promete dureza y longitud sin l¨ªmites gracias a la DHEA] no estaba en absoluto ligado al atletismo". Un par de p¨¢rrafos m¨¢s abajo, Merritt, 23 a?os, se sonrojaba: "Cualquier castigo que reciba por mi acci¨®n no podr¨¢ ser superior a la verg¨¹enza y a la humillaci¨®n que siento ahora".
Si, perdida la pasi¨®n del aficionado, Merritt esperaba ganar su compasi¨®n, probablemente err¨® el tiro. Basta con leer la reacci¨®n del presidente de la federaci¨®n de atletismo de EE UU: "Merritt ha nublado su carrera y, al mismo tiempo, se ha convertido en objeto de bromas. Un deportista profesional deber¨ªa tener m¨¢s conocimiento. Estoy muy enfadado".
Tambi¨¦n ser¨¢ muy complicado que encuentre compasi¨®n en una sociedad norteamericana que ha vivido los ¨²ltimos a?os la ca¨ªda en desgracia de sus mentirosas estrellas: Montgomery, Gatlin y, sobre todo, Marion Jones.
El abogado de Merritt es Howard Jacobs, un especialista que tambi¨¦n defendi¨® a Jones, Montgomery, Floyd Landis y Tyler Hamilton. Este ciclista tambi¨¦n dio positivo por DHEA. "No sab¨ªa que la conten¨ªa unas hierbas que tomaba para la depresi¨®n", fue su disculpa, menos dura de vocear, al menos, que la de la impotencia, pero in¨²til.
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