La misi¨®n imposible de Martin Linton
Lejos del ¨¦xito medi¨¢tico de los debates televisados, un diputado laborista echa mano del viejo estilo de hacer campa?a puerta a puerta para renovar su esca?o
El laborista Martin Linton gan¨® en 2005 el esca?o de Battersea, en el sur de Londres, por 163 escu¨¢lidos votos frente al candidato conservador. Su reelecci¨®n parece misi¨®n imposible. A Linton, un gigant¨®n de 65 a?os nacido en Suecia y criado en Inglaterra, que lleva 30 a?os viviendo en el barrio, el ¨¦xito medi¨¢tico de los debates electorales le sirve de poco: su futuro depende del viejo estilo brit¨¢nico de pedir el voto puerta a puerta, el canvassing.
Battersea ha sido siempre un basti¨®n de la izquierda. Un barrio industrial y obrero en la ribera sur del T¨¢mesis marcado por la imponente central el¨¦ctrica levantada en los a?os treinta e inmortalizada por Pink Floyd en la car¨¢tula de su disco Animals. Con el declive de la industria y el auge del Londres inmobiliario y financiero, Battersea ha ido atrayendo a j¨®venes parejas del vecino Chelsea, al otro lado del r¨ªo, facilitando as¨ª el ascenso del voto tory.
"No apoyo a tu partido, pero tienes mi voto", le promete un abuelo
El cuartel general de Linton es un s¨®tano m¨¢s bien l¨²gubre en la animada Lavender Hill. Es una ma?ana fresca y soleada, pero el sol s¨®lo calienta la acera de enfrente. En su interior, Linton, su joven esposa, Sara, y un pu?ado de voluntarios y trabajadores del partido se afanan en las tareas de campa?a, pegados a sus ordenadores, poniendo sellos en las 2.000 cartas que se han de enviar sin falta esa misma ma?ana, yendo a correos a por unas sacas.
Las paredes est¨¢n cubiertas de panfletos. "Libertad para Gaza", reza uno. En primer plano, la lista de prioridades locales: econom¨ªa, pobreza, inmigraci¨®n, pero tambi¨¦n la mejora de la estaci¨®n, la nueva escuela, los perros peligrosos, el autob¨²s de Balham...
Reina el silencio, roto s¨®lo por las directrices de Chantal, una joven belga que trabaja para los laboristas y coordina el trabajo. O la risa contagiosa de Stella, una chica ugandesa que lleg¨® a Inglaterra en los primeros a?os noventa. "A¨²n no me he acostumbrado a los inviernos", reconoce. Trabaja como voluntaria "porque Martin ha hecho muchas cosas por la gente del barrio". A ella misma la ayud¨® cuando un familiar tuvo problemas con los papeles de inmigraci¨®n.
Stella y Chantal acompa?an a Linton a repartir panfletos a las puertas de una escuela. Mala suerte: muchos ni?os llegan solos, andando, en bici o patinete. Otros llegan con su padre, la mayor¨ªa con la madre. Hay una enorme diversidad racial. Casi todos aceptan los panfletos, pero reh¨²yen la conversaci¨®n que busca el candidato.
A media ma?ana, se van a buscar votos puerta a puerta en Blondel Street, una zona plagada de bloques de viviendas sociales. Saben exactamente ad¨®nde van y tienen las llaves de los bomberos para entrar en los bloques. "Los lugares los elige Sara. Son zonas en las que sabemos que hay muchos votantes laboristas", explica el candidato. Tienen el registro electoral y saben qui¨¦n vive en cada piso y, si les han visitado antes, a qui¨¦n dicen que votan.
A la entrada del primer bloque se topan con el cartero, que resulta que vive en esa misma casa. "Siempre voto laborista", sonr¨ªe. "S¨®lo contestan al timbre uno de cinco o seis vecinos", advierte Martin Linton, que analiza los apellidos de cada vecino para adivinar su nacionalidad. Sus problemas pueden ser muy diferentes si son de origen ingl¨¦s, chino, somal¨ª o portugu¨¦s, por ejemplo.
Una anciana apenas entreabre la puerta, recoge el folleto pero no quiere conversaci¨®n. Una mujer de mediana edad se queja de "problemas de dinero". "No puedo trabajar. Vivo de los subsidios. Tengo un trabajo pero estoy enferma. Mi marido muri¨®. Me gustar¨ªa tener la jubilaci¨®n anticipada", explica. ?l intenta asesorarla sobre las opciones que tiene: no cree que pueda jubilarse pero hay ayudas alternativas. "Si tiene problemas, cont¨¢cteme", le dice.
El grupo muestra con entusiasmo el colorista mural que adorna la fachada lateral de un pub en Dagnall Street. Es obra del artista local Brian Barnes y homenajea a viejos h¨¦roes de Battersea: John Archer, el primer negro elegido alcalde de barrio en Londres; Shapurji Saklatvala, el tercer indio que lleg¨® a los Comunes; la sufragista Charlotte Despard; Amy Johnson, pionera de la aviaci¨®n...
Un hombre que se cruza en la calle se queja del ruido que hacen sus vecinos y Martin toma nota. Se llama James Joyce, como el famoso escritor, y el diputado le hace una broma.
En uno de los pisos vive una familia china. Abre la puerta una chica joven que apenas habla ingl¨¦s. Martin intenta averiguar si sabe que hay elecciones y si piensa votar, pero est¨¢ claro que, aunque sonr¨ªe y dice que s¨ª a todo, apenas le entiende. La charla es muy breve.
Un jovial abuelo ingl¨¦s de muy buen humor le dice: "Tienes mi voto porque haces muchas cosas por nosotros, pero en general no apoyo a los laboristas". "Te deseo lo mejor. Mantendremos los dedos cruzados a ver qu¨¦ pasa", se despide.
En otro de los pisos, el joven negro que le recibe se queja de "problemas con los perros peligrosos". "Quiero m¨¢s poderes para que el Ayuntamiento pueda decidir sobre eso", argumenta Linton. El vecino se queja tambi¨¦n de que mucha gente no trabaja y vive de los subsidios. Cree que hay muchos abusos y que "las parejas est¨¢n penalizadas". Aunque dice que le gustar¨ªa apoyar a Martin, no cree que vote laborista.
"Como ha visto, mucha gente acude al diputado local para que le ayude en una amplia gama de problemas, como vivienda, inmigraci¨®n, subsidios, incluso asuntos que en realidad dependen del Ayuntamiento, no del Gobierno", explica al final de la ma?ana. "Cada semana tengo una sesi¨®n en la que la gente viene a plantearme sus problemas. En los ¨²ltimos 10 a?os he recibido 25.000 consultas de gente que te explica lo que le gusta, lo que no le gusta, lo que necesita".
?Ha pensado qu¨¦ har¨¢ si pierde? "No, no he pensado en eso. Si pierdo el esca?o tendr¨¦ que encontrar otro trabajo, pero siempre he cre¨ªdo que, primero, nunca has de pensar que vas a perder y, segundo, con los problemas vienen las soluciones. Siempre puede venir alguien y decirme que hay tal o cual trabajo disponible para el que puedo ser la persona adecuada".
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