El teatro vuelve a Vic
El d¨ªa de Sant Jordi abri¨® sus puertas el teatro l'Atl¨¤ntida en Vic. Se trata de un magn¨ªfico edificio, obra de Josep Llin¨¤s, que como contaba nuestra corresponsal en la ciudad, Eva Clota, tiene una singular forma espiral de cubiertas desiguales y un acabado reluciente en cinc que coquetea con la luz del sol, especialmente a ¨²ltima hora del d¨ªa. Edificio singular y buen teatro en su escenario, con la programaci¨®n de Un marido ideal, de Oscar Wilde. La tesis de la obra cae como anillo al dedo a la situaci¨®n pol¨ªtica, pues aborda el papel de las ambiciones pol¨ªticas, reflexiona sobre la superficialidad humana y da respuesta a c¨®mo afrontar honestamente una situaci¨®n compleja.
El argumento viene a colaci¨®n cuando se cumplen dos semanas desde que el equipo de gobierno de Vic comunic¨® a bombo y platillo que denunciar¨ªa a la Delegaci¨®n del Gobierno -eufemismo de la polic¨ªa- a los inmigrantes que en situaci¨®n ilegal quisieran inscribirse en el padr¨®n. Pues bien, los d¨ªas han pasado y no hay delaciones. O sea, que la superficialidad y el enredo no se quedan s¨®lo en los escenarios en Vic. La cuidadosa puesta en escena no ha sido rematada con la efectividad prometida por el alcalde de Vic, Josep Maria Vila d'Abadal.
Lo sucedido con la delaci¨®n de 'sin papeles' debe dar alas a los pol¨ªticos que no van en pos del aplauso populista y f¨¢cil
Vayamos a la trama. El 9 de abril se da a conocer la respuesta de la comisaria de Interior europea, Cecilia Malmstr?m, al parlamentario europeo de CiU, Ramon Tremosa. En ella se advert¨ªa a Espa?a de que est¨¢ obligada a evitar que nacionales de terceros pa¨ªses en situaci¨®n legalmente irregular vivan en su territorio. Debe regularizarlos o expulsarlos. La argumentaci¨®n europea, dentro de la m¨¢s pura l¨®gica, fue interpretada por CiU como un espaldarazo a las propuestas de denuncia y de negar el empadronamiento defendidas por su alcalde en Vic. La seriedad ganaba, por fin, la batalla al est¨²pido buenismo, teorizaron algunos. La inmigraci¨®n entraba por la puerta grande en el argumentario electoral y un alcalde democr¨¢tico, legitimado nada menos que por Europa, le arrebata la bandera de la contundencia contra el ilegal al xen¨®fobo l¨ªder de Plataforma per Catalunya, Josep Anglada.
El feliz corolario de la historia dejaba en el trastero dos elementos: el primero, que la ley de protecci¨®n de datos impide dar esa informaci¨®n delatora, a menos que sea la propia polic¨ªa la que la exija; el segundo, qu¨¦ hacer con todos aquellos inmigrantes que carecen de documentaci¨®n -porque voluntaria o involuntariamente la han perdido- y con aquellos extranjeros con cuyos pa¨ªses de origen no tiene Espa?a convenio de repatriaci¨®n. La soluci¨®n de Berlusconi y sus socios es torpedear las pateras y encarcelar, si fuera necesario, a toda la Comunidad de San Egidio. Aqu¨ª no llegamos a estos extremos, Anglada aparte. Negar el empadronamiento a los inmigrantes en situaci¨®n irregular es condenarles a tener problemas para acceder a la sanidad y a la ense?anza. Es crear una suerte de territorio vallado, de gueto para los sin papeles, una iniciativa escasamente deseable desde la perspectiva democristiana que el alcalde de Vic dice compartir.
Al cl¨ªmax de esta triste comedia de enredo hay que sumar a los socios de CiU en Vic -PSC y Esquerra- que han negado su apoyo al alcalde en la delaci¨®n policial, pero han continuado, como si nada sucediera, en el equipo de gobierno. Las c¨²pulas de los partidos de izquierda han mantenido una actitud de rechazo, mientras dejaban hacer a sus ediles. Ambici¨®n y superficialidad, como escrib¨ªa Wilde. ?Qu¨¦ persiguen los actores pol¨ªticos de Vic? ?Hacer falsa ostentaci¨®n de firmeza ante electorado? ?No es eso decir que est¨¢n dispuestos a no empadronar o a denunciar a la polic¨ªa y no hacerlo? ?Se trata de seguir, en definitiva, con un discurso supuestamente realista que no practican pero que trata de restar votos a los xen¨®fobos? No hay que desesperar, quedan voces sensatas, aunque a veces inaudibles ante el griter¨ªo. Una de ellas es la del republicano Oriol Amor¨®s, secretario de Inmigraci¨®n de la Generalitat. Otra la de algunos alcaldes de PSC, especialmente la de Salt, Iolanda Pineda, que han criticado el feroz recorte a los fondos de inmigraci¨®n del Gobierno amigo central. Y tambi¨¦n por parte de CiU est¨¢ la voz del alcalde de Sant Cugat, Llu¨ªs Recoder, neg¨¢ndose a aceptar la delaci¨®n de sin papeles como pr¨¢ctica de partido. O el elocuente silencio de Carles Campuzano, el diputado de Converg¨¨ncia que conoce m¨¢s a fondo la situaci¨®n de la inmigraci¨®n. Es la hora de los pol¨ªticos que no van en pos del aplauso populista y f¨¢cil, sino que honestamente tratan de resolver problemas.
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