"La banca est¨¢ metiendo miedo, pero ha llegado la hora de la reforma"
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La calle K es una amplia avenida que cruza Washington, no muy lejos de la Casa Blanca, no demasiado lejos del Capitolio; nada est¨¢ demasiado lejos cuando se trata del centro de Washington. Esa calle alberga la mayor concentraci¨®n de lobbistas de EE UU, un influyente ej¨¦rcito de casi 15.000 personas organizado para presionar a favor de determinados intereses. De los de Wall Street, casi siempre. Por primera vez en mucho tiempo, esos lobbys est¨¢n nerviosos. El esc¨¢ndalo de Goldman Sachs ha acabado con el aura inexpugnable de ese coloso envidiado por banqueros de todo el mundo, y tal vez -s¨®lo tal vez- se lleve por delante los peores excesos de la industria entera, culpable de la peor crisis desde la Gran Depresi¨®n. La ira de la ciudadan¨ªa contra Goldman, contra los lobbistas de la calle K y contra los bancos que les pagan ha acelerado al fin las ansias reguladoras de Barack Obama.
"Lo que de veras atemoriza a los Gobiernos es que la crisis se repita"
"La reforma est¨¢ en el t¨²nel, pero cuando salga se ver¨¢ que va cargada"
"El mercado de derivados es enorme, si falla puede haber l¨ªo"
"La banca espa?ola ha sido prudente, la mala prensa no est¨¢ justificada"
Para sacar adelante esa regulaci¨®n a la que la banca se resiste con u?as y dientes -y un buen pu?ados de millones de d¨®lares- lleg¨® a Washington hace justo un a?o Jos¨¦ Vi?als (Madrid, 1954), la m¨¢xima autoridad financiera en el FMI. Vi?als lleva media vida en el sector: entr¨® en el Banco de Espa?a al acabar la crisis bancaria de los ochenta. De camino a su luminoso despacho en una de las plantas nobles de la sede del Fondo (que contrasta con el zulo en el que est¨¢ recluida la prensa), Vi?als deja un par de frases con dedicatoria. "Se acab¨® eso de 'si yo gano, gano yo; si yo pierdo, pierdes t¨²' que ha caracterizado a la banca", suelta para abrir boca, todav¨ªa en el ascensor. Y ya con la grabadora en marcha, un aviso a navegantes: "Puede que la banca intente meter miedo, pero da m¨¢s miedo la crisis: ha llegado la hora de reformar unas pr¨¢cticas absolutamente divorciadas de la prudencia", ataca sentado ante un enorme ventanal, de espaldas a la famosa calle K.
Pregunta. Casi tres a?os despu¨¦s del inicio de una crisis, se ha hecho poco o muy poco para reformar el sistema financiero. ?Detecta resistencias en la banca?
Respuesta. No estoy de acuerdo con que se haya hecho muy poco, aunque todav¨ªa falta mucho por hacer. El Comit¨¦ de Basilea ha establecido tener mayores requisitos de capital para los productos financieros m¨¢s arriesgados que se encuentran en los balances bancarios, que comenzaran a aplicarse desde finales de ano. Tambi¨¦n se ha llegado al acuerdo de reforzar los requerimientos generales de capital y liquidez a los que tendr¨¢ que hacer frente la banca, aunque solo hacia finales de 2010 se conocer¨¢n las cifras concretas. En el ¨¢mbito nacional, el proceso de reforma del sistema financiero se ha acelerado en EE UU, donde actualmente se est¨¢n discutiendo varias propuestas legislativas, y en Europa tambi¨¦n ha habido avances, como las directivas relativas a fondos de alto riesgo o a las agencias de calificaci¨®n, el establecimiento de un organismo europeo para vigilar los riesgos sist¨¦micos o la creaci¨®n de las autoridades europeas de banca, valores y seguros.
P. Pero la industria hace lo posible por poner freno a la regulaci¨®n.
R. .Efectivamente, la banca que ha estado m¨¢s pr¨®xima al origen de la crisis viene a decir que las cosas se est¨¢n recuperando, que vuelve la rentabilidad a los sectores bancarios m¨¢s afectados. Y que basta con afinar un poco la normativa pero sin hacer grandes cambios. Nuestra labor consiste en deso¨ªr los cantos de sirena que dicen que para qu¨¦ sirve la reforma si los bancos ya ganan dinero. A mi juicio, si bien es cierto que la situaci¨®n bancaria ha mejorado a nivel internacional al hilo de la recuperaci¨®n econ¨®mica, no podemos caer en la complacencia. En otras palabras, no podemos volver a las mismas pr¨¢cticas de elevado riesgo, excesivo endeudamiento y falta de prudencia que caracteriz¨® el comportamiento de numerosas entidades financieras en el pasado porque eso nos llevar¨ªa antes o despu¨¦s a una nueva crisis. Por todo ello, debe haber reformas regulatorias profundas y, como antes he mencionado, las regulaciones m¨¢s importantes, en materia de capital y liquidez, se prev¨¦ que estar¨¢n listas para fin de a?o. Pero tambi¨¦n es vital decidir c¨®mo afrontar el problema de los bancos que son demasiado importantes para caer. En este terreno, actualmente hay varias propuestas sobre la mesa, como la posibilidad de establecer est¨¢ndares regulatorios o supervisores m¨¢s estrictos con estas entidades, someterlas a impuestos financieros especiales, o la llamada la propuesta Volcker, que consiste en limitar su tama?o o prohibirles la realizaci¨®n de ciertas actividades. Pero tambi¨¦n se est¨¢ examinando la introducci¨®n de mecanismos tendentes a facilitar la resoluci¨®n de las crisis bancarias con objeto de evitar que la ca¨ªda de una entidad tenga efectos devastadores sobre el resto del sistema financiero, como ocurri¨® en el caso de Lehman Brothers.
P.. Los lobbys aducen que viene un terremoto regulatorio que acabar¨¢ por reducir el cr¨¦dito y truncar la recuperaci¨®n. ?Est¨¢ metiendo miedo la banca?
R. Es posible que est¨¦ metiendo miedo, pero ha llegado la hora de la reforma. Porque lo que de verdad da miedo es la crisis que han provocado unas pr¨¢cticas bancarias absolutamente divorciadas de la prudencia. Y ese miedo es mucho m¨¢s poderoso que cualquier actividad de lobby. Lo que de veras atemoriza a autoridades es que pueda repetirse otra crisis como ¨¦sta. Pero es verdad que hay que calibrar el impacto total de toda la regulaci¨®n que esta en curso para que, en conjunto, sea asumible por el sistema bancario. Las distintas iniciativas de la reforma son como las piezas de un rompecabezas; al final tienen que casar en algo que tenga sentido. A su vez, hay que introducir los cambios regulatorios de manera pautada, teniendo en cuenta las condiciones econ¨®micas actuales, con objeto de que sean m¨¢s f¨¢cilmente absorbidas por la banca sin dislocar la econom¨ªa. Hay que conseguir un sector financiero m¨¢s seguro, pero que sea capaz de obtener unos m¨¢rgenes de beneficio razonables para apoyar un crecimiento econ¨®mico vigoroso. Pero sin los excesos del pasado.
P. Hay propuestas que han sido una desilusi¨®n: la regulaci¨®n de los para¨ªsos fiscales o de los bonus de los banqueros. ?Por qu¨¦ no acaban de verse los avances?
R. Adem¨¢s de las medidas a las que antes me he referido, que est¨¢n siendo perfiladas actualmente, para fin de 2010 se prev¨¦ alcanzar un acuerdo internacional en lo relativo a las entidades demasiado importantes para caer. En los bonus ya ha habido avances: se han puesto en marcha unos principios claros que las entidades deben seguir. Sabemos qu¨¦ pa¨ªses est¨¢n haciendo cosas, cu¨¢les est¨¢n m¨¢s desalineados. Han empezado a darse pasos tambi¨¦n para mejorar la seguridad en los mercados de derivados. Todo eso est¨¢ en marcha. Pero quiero recordar que la revoluci¨®n regulatoria que se ha venido elaborando en estos dos ¨²ltimos a?os es lo que habitualmente se hace en 10 o 15 a?os.
P. Tampoco hab¨ªa habido una crisis como esta desde la Gran Depresi¨®n.
R. Precisamente por eso se han acelerado las cosas y hemos tratado de encontrar el equilibrio entre la rapidez y la calidad de la regulaci¨®n. Hazlo r¨¢pido, pero hazlo bien. O viceversa.
P. ?La acusaci¨®n de fraude de Goldman Sachs puede servir para acelerar?
R. Puede. Pero antes de Goldman ya hab¨ªa un plan para hacer los mercados de derivados m¨¢s seguros. Es un mercado enorme, basado en contratos bilaterales, sin transparencia, con muy pocas garant¨ªas. Como ya se vio en el caso de Lehman, cuando se resiente puede haber consecuencias muy negativas. Hay ya trabajos bastante avanzados para dotarlo de mayor seguridad. Pero en todo lo relativo a la reforma creo que hay un problema de comunicaci¨®n. Se est¨¢n haciendo muchas cosas pero, como a¨²n no se han tomado las decisiones finales, la impresi¨®n generalizada de la gente es que no se est¨¢ haciendo nada.
P. Lo que s¨ª sabe la gente es que se ha metido un dineral en los rescates de la banca, que la industria ha vuelto enseguida a los beneficios, a los bonus y a las pr¨¢cticas que nos llevaron a la crisis.
R. Efectivamente. Por eso estamos poniendo en marcha el tren a toda velocidad. Lo que pasa es que como el tren est¨¢ en a¨²n esta dentro del t¨²nel, no se ve a la velocidad a la que viaja. Pero cuando salga del t¨²nel, se ver¨¢.
P. La banca espa?ola resiste, de momento. ?Se avecinan problemas?
R. La banca espa?ola se ha mantenido al margen de los excesos financieros en t¨¦rminos de productos sofisticados y t¨®xicos. Es verdad que el negocio relacionado con la construcci¨®n y el sector inmobiliario acumula p¨¦rdidas y eso tiene que ser limpiado. Ha habido ciertos excesos: nadie lo niega. Las diferencias son que en Espa?a muchas entidades, entre ellas las mas importantes, han seguido una pol¨ªtica mucho m¨¢s prudente y que la regulaci¨®n y la supervisi¨®n han sido de mayor calidad.
P. ?Por qu¨¦ entonces la mala prensa en Wall Street, en la City, en los mercados?
R. Esa mala prensa no est¨¢ justificada. En Espa?a, las entidades de cr¨¦dito grandes y la mayor parte de las medianas est¨¢n en buenas condiciones Desde el verano de 2007, cuando comenz¨® la crisis, s¨®lo ha ca¨ªdo una caja peque?a, Castilla-La Mancha. Esto es muy diferente de lo que ha sucedido en pa¨ªses como EEUU, el Reino Unido, Suiza, Alemania, Holanda o B¨¦lgica, donde se han visto seriamente afectadas las principales entidades de cr¨¦dito. Hay, eso s¨ª, una serie de cajas de ahorros que necesariamente deben acometer procesos de reestructuraci¨®n para evitar serias dificultades en el futuro. Pero estos problemas son digeribles con los recursos del FROB. Lo que hace falta es que los procesos de restructuraci¨®n se lleven a cabo cuanto antes, con criterios de eficiencia y sin interferencias pol¨ªticas.
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