La Polic¨ªa Judicial investiga el presunto homicidio de un holand¨¦s en Pet¨ªn
En tres meses no se ha hallado rastro de Martin Verfondern, desaparecido en enero
La Polic¨ªa Judicial de Ourense investiga el presunto homicidio de Martin Verfondern, un alem¨¢n nacionalizado holand¨¦s, de 52 a?os, que resid¨ªa en la aldea monta?osa de Santoalla (Pet¨ªn) desde hace 12 a?os con su mujer, Margo Pool. Verfondern desapareci¨® sin dejar rastro el 19 de enero. Desde entonces, es buscado por la Interpol y por la Guardia Civil, que ha rastreado con perros, helic¨®pteros, cazadores avezados y equipos de alta monta?a las laderas, los precipicios, dos pantanos (San Fiz y Vilamart¨ªn) y el r¨ªo Sil. Todav¨ªa quedan unos ocho embalses en la zona y lugares muy inaccesibles en los valles sin mirar, pero de momento no hay huellas, ni de ¨¦l ni de su rar¨ªsimo todoterreno paramilitar. Un Chevrolet Blazer ¨²nico en Espa?a, que ¨²ltimamente Verfondern hab¨ªa lijado para pintar y estaba a manchas blancas y marrones, perfecto para camuflarse en el paisaje agreste.
"Estaba contento. Acababan de nacer 28 cabritillos", cuenta su mujer, Margo Pool
"Sab¨ªa muchas cosas comprometidas" de "alguna persona" con medios econ¨®micos
En tres meses de b¨²squeda infructuosa, los agentes todav¨ªa no descartan ninguna posibilidad pero, seg¨²n algunas fuentes, est¨¢n pr¨¢cticamente seguros de que el desaparecido y todas las respuestas a su misteriosa ausencia se hallan a escasa distancia de Santoalla. En este tiempo tambi¨¦n han hecho seguimiento de las costumbres cotidianas de algunas personas y los propios agentes advierten de que no van a tirar la toalla. "Tardaremos lo que tengamos que tardar, pero seguiremos investigando", afirmaba el mi¨¦rcoles pasado un agente de paisano en Santoalla: "Con el caso de Viana do Bolo [la joven muerta hace nueve a?os, cuyo asesino fue detenido recientemente] hemos tardado mucho, pero al fin est¨¢ resuelto".
Desde que lleg¨® a Santoalla buscando un lugar libre de contaminaci¨®n (se convenci¨® de que esta aldea, inmortalizada por Chano Pi?eiro en Sempre Xonxa, era la mejor tras probar el agua), Verfondern se hab¨ªa ganado la amistad de muchos vecinos de Pet¨ªn, pero tambi¨¦n alg¨²n que otro enemigo. Llevaba a?os de pleitos, agresiones e insultos con la ¨²nica familia que qued¨® en Santoalla despu¨¦s del ¨¦xodo de sus antiguos habitantes. Los primeros meses, los nativos y la pareja reci¨¦n llegada se trataron cordialmente, pero los problemas surgieron enseguida, por la diferencia de costumbres de una y otra familia, y porque los holandeses descubrieron que el hecho de estar censados y vivir en el lugar, con casa en propiedad, les otorgaba derechos compartidos sobre el imponente monte comunal. ?ltimamente, Verfondern sal¨ªa siempre de casa con una c¨¢mara para grabar los enfrentamientos, los golpes y las subidas de tono con sus vecinos y tener pruebas a la hora de presentar denuncias.
Cuando el extranjero desapareci¨®, la Guardia Civil llam¨® a declarar a algunos de los miembros de esta familia (en el lugar suelen estar el matrimonio, ya anciano, y dos de los hijos, uno de ellos discapacitado mental). Al patriarca, de 81 a?os y en los ¨²ltimos tiempos impedido, los agentes acudieron a interrogarlo a casa. Su esposa reconoce que hab¨ªa mala relaci¨®n, pero "sin maldad", y asegura que en su casa, separada de la de los holandeses por una sucesi¨®n de inmuebles desmoronados, se enteraron de que faltaba el vecino por la Guardia Civil. No hay prueba alguna que los incrimine.
De todas formas, seg¨²n su esposa desde hace 20 a?os, Verfondern ten¨ªa m¨¢s rivales. Intentando disimular las l¨¢grimas, Margo Pool no se?ala a nadie en concreto, pero explica que su hombre "sab¨ªa muchas cosas comprometidas" de alguna persona "con medios" para contratar a "alguien que hiciese el trabajo por ella". Tanto los gallegos como los holandeses que viven en Santoalla comentan, adem¨¢s, que esta aldea ourensana fue utilizada en ocasiones como lugar de paso de traficantes de droga.
Pool se hallaba en Alemania, cuidando de un t¨ªo enfermo de alzheimer de su esposo, cuando recibi¨® la llamada de un voluntario israel¨ª que estaba aquellos d¨ªas con Verfondern y todav¨ªa permanece hoy en Santoalla. El holand¨¦s participaba en un programa internacional de agricultura y ganader¨ªa ecol¨®gica, por lo que constantemente la pareja recib¨ªa y recibe en su casa personas de todo el mundo dispuestas a aprender el oficio. Ahora, adem¨¢s del israel¨ª, Pool acoge por un mes a un holand¨¦s y a un griego. Para mayo est¨¢ tambi¨¦n programada la llegada de un matrimonio de EE UU.
El martes 19 de enero, Verfondern hab¨ªa bajado a hacer la compra a las 10 de la ma?ana, y a las 11 de la noche todav¨ªa no hab¨ªa vuelto, por eso el joven israel¨ª telefone¨® a Pool, que comunic¨® la falta de su marido a la Guardia Civil. La mujer, que regres¨® a Galicia en su coche, un modelo bastante antiguo, con el que no puede correr, no lleg¨® a Pet¨ªn hasta el jueves. Hab¨ªa hablado por ¨²ltima vez con Verfondern el s¨¢bado y lo not¨® "muy contento".
Econ¨®micamente estaban algo m¨¢s desahogados, asegura Pool, "las cosas iban mejor", y "entre diciembre y enero hab¨ªan nacido 28 cabritillos (tienen un reba?o de medio centenar), de los que s¨®lo hab¨ªan muerto tres o cuatro". A ¨¦l, adem¨¢s, "le dol¨ªa menos la espalda que antes, y estaba ilusionado con muchos proyectos, como una web que estaba creando y un tebeo sobre los personajes de Santoalla, pero con nombres figurados, que preparaba con una amiga".
Sol¨ªa bajar a hacer recados un d¨ªa a la semana, pero ninguno en concreto, porque no era un hombre met¨®dico. El martes que desapareci¨®, nueve d¨ªas antes de su cumplea?os, se dirigi¨® primero con su todoterreno a O Barco de Valdeorras. "Fue a la oficina de Hacienda y despu¨¦s al Lidl", relata su mujer. De vuelta, ya en A R¨²a, entr¨® en el bar al que acostumbraba acudir para navegar en Internet. Ese d¨ªa, sin embargo, "no funcionaba bien", aunque antes de desistir "logr¨® mandar un correo electr¨®nico a un voluntario", para anunciarle que pod¨ªa venir a trabajar en la huerta ecol¨®gica una temporada. Este voluntario ha confirmado que recibi¨® el ¨²ltimo mensaje de Martin Verfondern. Despu¨¦s, el holand¨¦s enfil¨® con su coche la direcci¨®n de Pet¨ªn, donde, pasadas las 13 horas, se le vio cruzar hacia Carballal, el ¨²ltimo n¨²cleo habitado antes de enfilar la pista de 10 kil¨®metros, angosta, serpenteante y solitaria, que lleva a Santoalla.
A partir de ese momento, se pierden sus huellas. En los d¨ªas sucesivos, la Guardia Civil recibi¨® pistas falsas, gente que lo vio en Ourense y todav¨ªa m¨¢s lejos. La estrella de la televisi¨®n holandesa Peter de Vries, investigador de cr¨ªmenes, recibi¨® una llamada de un oyente asegurando que lo hab¨ªa visto en alg¨²n lugar de Latinoam¨¦rica. Pero no era ¨¦l.
Una ruta de monta?a hacia Portugal
Margo Pool y la familia de Verfondern han abierto dos cuentas (la de Espa?a, en Caixa Galicia, 2091 0411 13 3000076023) con la intenci¨®n de recaudar "unos 5.000 euros" que ofrecer¨¢n como recompensa a cualquier persona que aporte pistas certeras. Si estas no aparecen, dentro de un a?o se comprometen a devolver el dinero.
En Valdeorras, adem¨¢s, varios amigos han salido en manifestaci¨®n y han creado un grupo de apoyo a la familia en Facebook. Miembros de este colectivo sostienen que las primeras pruebas materiales podr¨ªan hallarse en la ruta de monta?a por la que, partiendo de la pista que lleva a Santoalla, cualquier persona que conozca el terreno (al volante de un coche como el del holand¨¦s) puede "llegar incluso hasta Portugal" sin ser vista.
El alcalde de Pet¨ªn, Miguel Bautista, recuerda que Verfondern "ten¨ªa roto el cristal de atr¨¢s del coche", y que si se hubiese ca¨ªdo por accidente o lo hubiesen empujado, saltar¨ªa del maletero "al menos alguna bolsa del Lidl". Pero ni eso aparece. Tampoco es posible que se marchase por voluntad propia, porque "aquel coche tan viejo, tan ruidoso, necesitaba repostar muchas veces gasolina, y no se sabe que lo hiciese".
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