Reforma laboral integral ya
Aunque con retraso, parece que ya hay consenso pol¨ªtico sobre la necesidad de acometer una reforma laboral que aporte mayor flexibilidad al mercado y favorezca la futura creaci¨®n de empleo. Como se ha comprobado con los efectos de la crisis en Espa?a, la mayor proporci¨®n de destrucci¨®n de empleo respecto a la ca¨ªda del PIB que la ocurrida en nuestros socios europeos, es consecuencia de la nefasta dualidad existente en el mercado de trabajo espa?ol, entre las condiciones de contrataci¨®n de los trabajadores fijos y los temporales. Todav¨ªa arrastramos condiciones del mercado laboral provenientes de la etapa de autarqu¨ªa en las que las condiciones del sistema productivo y del comercio internacional eran totalmente diferentes.
A¨²n arrastramos condiciones del mercado laboral provenientes de la etapa de autarqu¨ªa
Hay cambios legislativos que deben formar parte de la reforma integral y que son obligaci¨®n del Gobierno
Como ya expuse en un art¨ªculo anterior sobre el mismo tema, no debe caerse en la trampa de referirse s¨®lo al abaratamiento y/o reducci¨®n de costes del despido. Es necesario estudiar con profundidad todos los aspectos del mercado laboral buscando mayor flexibilidad en condiciones m¨¢s justas. Se trata de conseguir un mercado m¨¢s flexible pero al mismo tiempo m¨¢s estable (para los que ahora carecen de cualquier tipo de estabilidad) y aumentar la eficacia del mismo en la distribuci¨®n del trabajo.
Por tanto, no se puede perder la oportunidad de realizar una reforma integral del mercado laboral, que deber¨ªa acometer no s¨®lo los aspectos de la contrataci¨®n sino tambi¨¦n los de la negociaci¨®n colectiva y las pol¨ªticas activas de empleo. Existen estudios competentes de instituciones internacionales y nacionales (FMI, OCDE, BE) y gabinetes de estudios (FEDEA, BBVA, C¨ªrculo de Empresarios) en los que se analizan los pormenores de esta necesaria reforma y se sugieren soluciones diversas. Tambi¨¦n se analiza el funcionamiento de los mercados laborales de otros pa¨ªses aportando diversidad de soluciones a considerar.
En cuanto a la contrataci¨®n, existe un cierto acuerdo de impulsar un nuevo tipo de contrato fijo que reduzca los costes (especialmente el de despido del contrato indefinido) aunque aumentando los de los contratos temporales que ahora son despedidos sin indemnizaci¨®n al finalizar del contrato, aunque se haya tratado de un trabajo con cierta continuidad y falsa temporalidad. Se trata de reducir la elevada tasa de temporalidad existente en Espa?a, limitando este tipo de contrato ¨²nicamente para acometer tareas realmente temporales. El nuevo contrato indefinido, dar¨ªa una mayor seguridad a los trabajadores de colectivo importante del mercado espa?ol. La propuesta del Gobierno, se centra en un coste del despido del contrato indefinido de 33 d¨ªas por a?o trabajado y se discute una posible bonificaci¨®n del Estado que se espera compensar con el aumento de las cotizaciones obtenidas con los nuevos empleos creados.
La propuesta del Gobierno se olvida de los aspectos a modificar en la negociaci¨®n colectiva. Con la excusa de que este tema debe tratarse y acordarse exclusivamente entre los sindicatos y la patronal. Pero existe una necesidad de cambios legislativos que son obligaci¨®n del Gobierno y deben formar parte de la reforma integral. La negociaci¨®n colectiva actual de tipo sectorial impide una negociaci¨®n en el ¨¢mbito de empresas m¨¢s eficaz que introduzca los aspectos de productividad y resultados de las empresas que pueden ser muy diferentes dentro del mismo sector. Por otra parte, la indexaci¨®n de los salarios con el resultado del IPC no favorece para nada aplicar los criterios de eficacia y productividad, ni siquiera en el sector p¨²blico que deber¨ªa modernizarse en su pol¨ªtica salarial.
Por ¨²ltimo, y aunque con efectos a medio y largo plazo la reforma no puede olvidarse de introducir algunos cambios en las llamadas pol¨ªticas activas de empleo. Aspectos como la escasa movilidad actual de los trabajadores y la mala gesti¨®n del sistema p¨²blico de empleo, reducen la flexibilidad del mercado e impiden la adecuaci¨®n de la oferta y la demanda del trabajo. Tanto la reforma de la educaci¨®n y en especial de la formaci¨®n profesional son aspectos urgentes de realizar, aunque sus efectos sean a largo plazo.
Aunque la creaci¨®n neta de empleo, en t¨¦rminos generales, no se producir¨¢ hasta que las tasas de crecimiento de la actividad (PIB) lo permitan, es cierto que entre empresas es necesario generar un grado de confianza y de seguridad en las reglas del juego econ¨®mico y del mercado de trabajo, que impulse a las empresas a la creaci¨®n de puestos de trabajo. Por ello es urgente acometer ya la reforma que lo posibilite.
Carmen Alcaide es analista y ex presidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
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