"Hoy no dar¨ªa la batalla por el velo"
F¨¢tima Elidrisi abri¨® la lucha por el 'hiyab' en Espa?a: "Perd¨ª el tiempo"
La voz de F¨¢tima Elidrisi ha cambiado. Su vida tambi¨¦n. La jovencita que acapar¨® portadas de diarios e informativos en Espa?a, hace ocho a?os, por negarse a acudir a su escuela sin velo, es hoy una mujer de 22 a?os, casada, que espera ilusionada su primer hijo. Pocos recuerdan su nombre, porque su notoriedad fue tan fulgurante como ef¨ªmera. Y ella prefiere que nadie la recuerde por aquel episodio. Por eso se niega a ser fotografiada de nuevo. "Yo no tengo nada que ver con la pol¨¦mica actual. Lo m¨ªo ya pas¨®, y no quiero que me reconozcan otra vez por la calle", dice en conversaci¨®n telef¨®nica desde su casa de Navalcarnero, al suroeste de Madrid.
"Si aquello me hubiera ocurrido hoy, habr¨ªa actuado de otro modo. No habr¨ªa dado esa batalla. No me habr¨ªa metido en tantos l¨ªos y, sobre todo, no habr¨ªa perdido el tiempo". Las energ¨ªas que puso en la defensa de su velo le faltaron despu¨¦s en los estudios. "Es que la batalla no sirve para nada. Si no te dejan llevar el velo en una escuela pues se puede buscar otra donde s¨ª te dejen, hay muchas que s¨ª lo autorizan", razona.
"Ahora he vuelto a estudiar. Voy a una clase de adultos, y estoy en 2? de ESO"
Ocho a?os despu¨¦s, la joven marroqu¨ª contin¨²a usando el pa?uelo
Ha llovido mucho desde aquel febrero de 2002, cuando F¨¢tima, una chica marroqu¨ª de apenas 14 a?os, fue escolarizada en el colegio concertado Inmaculada Concepci¨®n, de San Lorenzo de El Escorial (a unos 50 kil¨®metros al noroeste de Madrid). Las monjas concepcionistas que regentaban el centro se negaron desde el principio a que llevara el velo musulm¨¢n a clase. Y ella sinti¨® que ten¨ªa que defender su derecho a llevarlo. Toda una decisi¨®n. F¨¢tima no entend¨ªa lo que ocurr¨ªa a su alrededor. Llevaba cinco meses en Espa?a. Su padre, Al¨ª Elidrisi, hab¨ªa conseguido traerse al fin a toda su familia a Espa?a, despu¨¦s de vivir 13 a?os aqu¨ª en soledad. Y ella, una muchachita alta y delgada, no hablaba casi espa?ol.
La transformaci¨®n que ha sufrido parece notable. Habla con correcci¨®n, aunque a veces no encuentra la palabra que busca, y, sobre todo, su voz suena resuelta y decidida. F¨¢tima no pretende dar consejos a Najwa Malha, la estudiante de origen marroqu¨ª de 16 a?os rechazada por llevar el velo en un instituto de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), pero deja claro que no mantendr¨ªa hoy ese forcejeo. "He perdido mucho tiempo por culpa de lo que pas¨®. Ahora he vuelto a estudiar. Voy a una escuela para adultos, y estoy en 2? de la ESO, con 22 a?os".
Quiz¨¢s si la pol¨¦mica del velo no hubiera surgido, habr¨ªa terminado sus estudios, piensa ahora. ?Por qu¨¦ opt¨® entonces por luchar? "Hoy no habr¨ªa dado un paso as¨ª. No habr¨ªa entrado en un enfrentamiento abierto sobre este tema, porque hay mucha gente que no entiende por qu¨¦ llevamos el hiyab. Piensan que la religi¨®n musulmana va contra las mujeres, y no es cierto. Pero tambi¨¦n hay hombres musulmanes que lo creen as¨ª".
El caso de F¨¢tima hizo correr r¨ªos de tinta, y plante¨® por primera vez en Espa?a la gran pregunta: ?Debe autorizarse el velo musulm¨¢n en las escuelas, o es m¨¢s razonable prohibirlo? En Europa los diferentes pa¨ªses le han dado ya una respuesta, mientras aqu¨ª el debate sigue abierto. En la pr¨¢ctica, cada centro escolar aplica sus propios criterios y, s¨®lo cuando surge el conflicto, intervienen las autoridades auton¨®micas competentes en materia de educaci¨®n. Cada una con su filosof¨ªa.
F¨¢tima Elidrisi tropez¨® con las normas del primer centro elegido. Un colegio concertado religioso donde no se contemplaba siquiera la posibilidad de aceptar a una alumna con la cabeza cubierta. Tampoco el padre de F¨¢tima estaba satisfecho del colegio que se le asign¨® a su hija. Despu¨¦s de un tenso tira y afloja, las autoridades obligaron a otro centro p¨²blico, el instituto Juan de Herrera, de San Lorenzo de El Escorial, a aceptarla, no sin vencer la resistencia de su directora de entonces, Delia Dur¨®, contraria al velo en clase. La soluci¨®n no fue tampoco perfecta. F¨¢tima confes¨® a este peri¨®dico, en octubre de 2007, que su paso por el Juan de Herrera dist¨® mucho de ser una experiencia feliz. "Lo pas¨¦ fatal", declar¨® entonces. Poder acudir a clase con el velo no le evit¨® las quejas de los profesores de gimnasia que encontraban el hiyab inadecuado para hacer ejercicio.
En 2005, harta de pasarlo mal y de encontrarse inc¨®moda en clase, F¨¢tima dej¨® el instituto. Despu¨¦s de alg¨²n empleo temporal en San Lorenzo se traslad¨® con su familia a Granada. Su siguiente paso fue regresar a la Comunidad de Madrid. Y oy¨¦ndola se dir¨ªa que est¨¢ contenta. Que ha encontrado su sitio en el mundo.
Casada con un marroqu¨ª, F¨¢tima asegura que es su marido el responsable de que haya vuelto a estudiar. "Me ayuda en las tareas de la casa, y as¨ª tengo tiempo. Ahora estamos intentando crear una asociaci¨®n cultural de mujeres de Navalcarnero, porque las inmigrantes no saben mucho de la cultural del pa¨ªs". Y sigue llevando el velo. "Es una cuesti¨®n religiosa, y de costumbres. Agradezco a mis padres que me educaran as¨ª, que me acostumbraran a llevar el velo. Pero s¨¦ que aqu¨ª la gente no siente lo que yo siento. Comprendo que no me entiendan".
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