Peque?as confituras
Igor Stravinsky dec¨ªa que no ten¨ªa tiempo para tener prisa. Hoy quisiera hablarles de uno de esos lugares donde se cumple la frase del genial m¨²sico ruso, un espacio que funciona igual para ir a leer el peri¨®dico por la ma?ana que para tomarse unas copas de madrugada; un lugar ideal para ir a charlar un rato o simplemente para ver pasar la vida; donde la decoraci¨®n parece sacada de un nost¨¢lgico sal¨®n de la Belle ?poque, y todo ello en la ajetreada confluencia de la calle de Sant Pau con el Paral¡¤lel. Pasados ya 10 a?os desde su apertura, La Confiter¨ªa se ha convertido en un caf¨¦ de cita obligada para aquellos que valoran la calma.
Mientras afuera el mundo corre acelerado, todo parece ir a un ritmo lento y tranquilo en las mesitas que hay tras las cristaleras de su fachada. Esto fue una pasteler¨ªa de barrio que no hab¨ªa cambiado su decoraci¨®n desde principios del siglo XX, con abundantes dorados y paredes de espejo; uno de esos comercios donde se trabajaba en el aparador y se viv¨ªa en la trastienda; negocio y domicilio a la vez, dedicado a las cosas dulces del paladar.
La Confiter¨ªa es lugar escogido de Wenders y Malkovich
Cuando cerr¨®, los nuevos propietarios decidieron mantener su decoraci¨®n de madera vieja, l¨¢mparas de cristal y a?ejos murales, convirti¨¦ndola en una de las barras m¨¢s agradables de Barcelona. Desde entonces ha reunido a una parroquia fiel, que acude por las tardes a pasar el rato. El cineasta Wim Wenders asegura que es uno de sus locales favoritos; John Malkovich se acerca hasta aqu¨ª cada vez que visita la ciudad, y la cantante Mayte Mart¨ªn -vecina del cercano Poble Sec- es una de sus clientas asiduas.
Pero la gracia de La Confiter¨ªa no hay que buscarla en las modas, ni en los nombres sonoros que la frecuentan, sino en el trato establecido entre ambos lados del mostrador. M¨²sica de calidad a volumen discreto, animadas conversaciones que nunca llegan al grito y un servicio atento y din¨¢mico -nunca invasivo-, que potencia la intimidad.
Como una peque?a confitura, este local va camino de convertirse en uno de esos bares donde poder perderse por unas horas, sin miedo alguno a la prisa.
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