Primer paso: la contabilidad de costes

"La Universidad espa?ola, en general, est¨¢ financiada con insuficiencia", asegura el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa. "Nadie puede negar que, en la actualidad, las universidades est¨¢n bien financiadas y que el objetivo actual es mantener esa financiaci¨®n p¨²blica, pero establecer mecanismos que garanticen una eficiencia en el uso de los recursos", asegura la profesora de Econom¨ªa y Hacienda P¨²blica de la Aut¨®noma de Madrid Carmen P¨¦rez Esparrells. ?Qui¨¦n tiene raz¨®n?

Ahora mismo es dif¨ªcil de decir, ya que el sistema universitario espa?ol sufre un grave problema de opacidad de sus cuentas. En los campus espa?oles "no hay contabilidad de costes", asegura el catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo, a¨²n trat¨¢ndose de un instrumento b¨¢sico de gesti¨®n. En la actualidad, se realiza una contabilidad financiera, en la que todos los ingresos y los gastos de una universidad se meten en una caja ¨²nica, sin tener en cuenta, los centros de costes internos: los de un laboratorio de investigaci¨®n, por ejemplo, o los de la facultad de Medicina o, incluso, los de cada departamento en cada facultad.

En el mundo universitario p¨²blico espa?ol se olvida "con frecuencia que el ejercicio de la autonom¨ªa est¨¢ obligadamente relacionado con la pr¨¢ctica de la responsabilidad social. La contabilidad de costes puede ser una herramienta id¨®nea para reducir e incluso eliminar estas confusiones, al tiempo que facilita la transparencia que requiere todo proceso de rendici¨®n de cuentas", aseguraba en un trabajo de 2005 el gerente de la Universidad de Ja¨¦n, Juan Hern¨¢ndez Armenteros.

Pero es ahora, en el documento que presenta hoy el Ministerio de Educaci¨®n para una nueva financiaci¨®n, cuando llega el compromiso de crear ese sistema de contabilidad, con indicadores consensuados, "que d¨¦ credibilidad y confianza en el sistema", asegura el secretario general de Universidades, M¨¤rius Rubiralta. Entre otras cosas, para se?alar el coste real que tiene impartir cada titulaci¨®n.