La ¨²ltima parada del nuevo laborismo
La ultraderecha espera entrar por primera vez en el Parlamento brit¨¢nico con un esca?o en un antiguo feudo de la izquierda en la periferia de Londres
En el pico noreste de Londres, en el distrito de Barking and Dagenham, se libra una batalla electoral muy distinta de la que decidir¨¢ el pr¨®ximo 6 de mayo el fin o no del bipartidismo tradicional brit¨¢nico. El British National Party (BNP), el partido de la extrema derecha, ultranacionalista y racista, aspira a arrebatar a los laboristas el esca?o de esta modesta circunscripci¨®n y entrar por primera vez en el Parlamento de Westminster.
El programa del BNP es simple y directo: deportaci¨®n de los inmigrantes ilegales, salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea, retirada de las tropas de Afganist¨¢n y restricciones a las importaciones chinas para proteger los empleos locales. Un mensaje que ha encontrado eco en sectores de la clase obrera blanca que se sienten abandonados por el nuevo laborismo y estrangulados por la crisis.
El BNP ya logr¨® dos esca?os en el Parlamento Europeo en 2009
Los inmigrantes en el distrito sumaban el 5% en 2000. Ahora son el 35%
En Barking and Dagenham el BNP presenta a su l¨ªder, Nick Griffin, licenciado en Derecho por Cambridge, de 51 a?os, para quien Hitler "s¨®lo se excedi¨® un poco" y que no ha dudado en utilizar el apellido de soltera -Oppenheimer- de su contrincante laborista, Margaret Hodge, para atizar sentimientos antisemitas. Griffin y el BNP ya lograron el a?o pasado, con dos esca?os, entrar en el Parlamento Europeo.
Nada m¨¢s salir del metro de Barking, ¨²ltima parada de la l¨ªnea Hammersmith and City, un torbellino de olores, colores y rostros ex¨®ticos se agita en las calles. Supervivientes de todos los naufragios internacionales, bengal¨ªes, somal¨ªes, iraqu¨ªes, caribe?os, recorren East Street entre carnicer¨ªas y supermercados halal, mercadillos de ropa y baratijas y cochambrosas tiendas de reparaci¨®n de ordenadores. El desfile de toda la gama de velos isl¨¢micos es constante. En un costado se erige como un peque?o castillo asediado el pub El perro ladrador. Y m¨¢s abajo unos carteles colgados por las autoridades locales advierten: "?Piensa como un ratero. Cierra con llave!".
No siempre fue as¨ª. Hace a?os una inmensa f¨¢brica de Ford daba empleo a 40.000 trabajadores, ahora s¨®lo a la d¨¦cima parte. Hace una d¨¦cada la poblaci¨®n inmigrante era del 5%, ahora es del 35%.
"Barking es un asco. S¨®lo hay inmigrantes. Los brit¨¢nicos merecemos empleos y sentir que este es nuestro pa¨ªs", afirma un joven del pub entre el asentimiento un¨¢nime de sus colegas.
Un poco m¨¢s all¨¢, un viejo militante laborista, que oculta ante el extra?o la pegatina de su partido en la solapa, condena a media voz el auge de los fascistas. Conf¨ªa en retener el esca?o pero su esperanza carece de convicci¨®n. Indica, pese a todo, la direcci¨®n del pub The Cherry Tree, el cuartel general del BNP.
Varias paradas de autob¨²s en direcci¨®n al sur y el barrio se va volviendo cada vez m¨¢s blanco. All¨ª est¨¢ el pub, empapelado con banderas inglesas. Es el d¨ªa de San Jorge pero tambi¨¦n una manera de marcar el territorio. Es s¨¢bado por la tarde y la parroquia, algunos j¨®venes con las cabezas rapadas y algunos obreros a los que les falta trabajo y les sobra orgullo anglosaj¨®n, ven el partido Manchester United-Tottenham. Un poco apartados miran el televisor un chaval negro y dos chicas asi¨¢ticas.
El partido ha acabado y Steven Terry y sus colegas disfrutan el d¨ªa de sol. "Me gusta el BNP pero voy a votar a los conservadores. Es el momento de Cameron, es el momento del cambio. Los laboristas no pueden seguir haciendo promesas despu¨¦s de 13 a?os de no hacer nada", afirma este joven de 24 a?os, que dice tener trabajo. Y ?qu¨¦ hay de Griffin? "Griffin tiene raz¨®n en muchas cosas. Los brit¨¢nicos quieren reconocerse en el pa¨ªs en que viven".
La conversaci¨®n deriva hacia el Mundial de F¨²tbol y las posibilidades de Inglaterra y Espa?a. El tono es cada vez m¨¢s b¨¦lico. ?Por qu¨¦ quiere Griffin sacar a las tropas de Afganist¨¢n? "No es nuestra guerra, es de los americanos", responde Terry tajante. ?Y los atentados del 7 de julio? "Sus autores no vinieron de all¨ª. Eran inmigrantes". Tal vez el BNP no sea el Partido Nazi Brit¨¢nico como dicen sus detractores, pero sin duda es el partido del odio y esta vez est¨¢n muy cerca de Westminster.
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