La escuela p¨²blica encara su asignatura pendiente: la gesti¨®n

La doble oferta de escuelas sostenidas con fondos p¨²blicos (p¨²blicas y privadas subvencionadas) parece ya inamovible. Espa?a es el tercer pa¨ªs europeo con m0enos porcentaje de alumnos en la escuela p¨²blica en Primaria y Secundaria (ver gr¨¢fico). Ante esa situaci¨®n, y ante los malos resultados de abandono escolar y de conocimientos de los alumnos, la pregunta ser¨ªa cu¨¢l de ellas funcionan mejor o c¨®mo pueden funcionar mejor las dos juntas, teniendo en cuenta que el an¨¢lisis de costes y resultados en Educaci¨®n no puede separarse del hecho de que la ense?anza obligatoria es un derecho fundamental.

El gasto por alumno en centros p¨²blicos y concertados es de 5.228 euros, y s¨®lo en la p¨²blica es de 6.208, por lo tanto, la concertada ser¨ªa m¨¢s barata para la Administraci¨®n. Pero la diferencia se matiza porque en la concertada hay m¨¢s alumnos por clase, que sus docentes cobran algo menos que en la p¨²blica y trabajan m¨¢s horas; que la mayor¨ªa de estudiantes m¨¢s dif¨ªciles de atender y, por los tanto, m¨¢s caros (inmigrantes y con necesidades especiales) est¨¢n en la p¨²blica, y que esta llega adem¨¢s a todos los ricones, como las zonas rurales (con menos ni?os y m¨¢s dispersos, por lo tanto, m¨¢s caro).

En cuanto a la eficacia, es decir, los resultados, todos los estudios sobre el sistema espa?ol (nacionales e internacionales como Pisa) dicen que no hay diferencias a igualdad de contextos sociales de los alumnos. Pero la privada tiene mejor nota ya que cuenta con m¨¢s estudiantes de clase media y media alta. Principalmente, porque un padre de la p¨²blica gasta la mitad en su hijo estudiante (algo m¨¢s de 600 euros en 2007, seg¨²n cifras del INE) que uno de la concertada (unos 1.300): ambos gastan en clases extraescolares o comedor, pero la subvencionada cobra cuotas voluntarias y a veces no aclaran que los son.

Entonces, ?cu¨¢l es el margen para gestionar mejor las escuelas? El profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de Salamanca Mariano Fern¨¢ndez Enguita aboga por "meter m¨¢s mercado en la escuela p¨²blica, y m¨¢s Estado en la concertada", esto es, m¨¢s controles para evitar cualquier tipo de cuotas y selecci¨®n en la concertada. Pero tambi¨¦n, m¨¢s incentivos que diferencien el mal trabajo del bueno en la p¨²blica.

Sin embargo, esto ¨²ltimo tiene muchas resistencias. Por ejemplo, los sindicatos est¨¢n en pie de guerra contra la ley educativa catalana porque ven intentos de privatizaci¨®n en medidas como dar autonom¨ªa a los centros y la introducci¨®n de evaluaciones, o m¨¢s poder de decisi¨®n a los directores para elegir a parte de su equipo. Para el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Complutense Julio Caraba?a, estas medidas no tienen sentido. "Si los resultados no son mejores en la privada, y tampoco est¨¢ claro que sean m¨¢s eficientes; es muy dif¨ªcil de saber por qu¨¦ hay que contar con los ingresos subterr¨¢neos que aportan los padres", esas medidas s¨®lo son una muestra de "impotencia administrativa", asegura. "En educaci¨®n no funcionan las mismas reglas que en el mercado, simplemente, porque la materia prima no es pasiva, sino activa", insiste.

Para el director del Centro de Altos Estudios de la OEI y ex secretario general de Educaci¨®n, Alejandro Tiana, es una cuesti¨®n de medida: "Sin llegar a criterios meramente mercantiles", como que el director se convierta en un gestor de empresa que pueda despedir o fijar el sueldo de profesores, o que se deje sin financiaci¨®n a los centros que no funcionan, hay mucho margen "para dar incentivos a los profesores con m¨¢s dedicaci¨®n, revisar la asignaci¨®n de la plantilla o los concursos de traslados" para garantizar equipos estables en los centros, asegura.