La lucha por el cerebro de Cameron
El l¨ªder 'tory' puede ser elegido primer ministro brit¨¢nico en las elecciones del 6 de mayo. Un rastreo por sus ideas sobre pol¨ªtica exterior da pocas pistas sobre sus planes. Y en su partido hay seis corrientes diplom¨¢ticas
Se est¨¢ gestando una crisis internacional. Podr¨ªa tratarse de la decisi¨®n norteamericana de bombardear Ir¨¢n. Los tel¨¦fonos de los l¨ªderes del mundo comienzan a sonar, incluido el del primer ministro en el n? 10 de Downing Street. A medida que se acercan las elecciones brit¨¢nicas, los diplom¨¢ticos de todo el mundo empiezan a preguntarse qu¨¦ puede esperarse de David Cameron como primer ministro del Reino Unido.
El "gobierno en la sombra" conservador se ha mostrado hiperactivo tratando de asegurar al resto del mundo que ser¨¢n unos socios responsables, que un nuevo gobierno no se encaminar¨¢ hacia una "euro-ruptura masiva". Pero el propio l¨ªder tory es una persona de la que nadie sabe mucho. Su misi¨®n primordial ha sido la de ser elegido y su experiencia en pol¨ªtica exterior es inexistente. Un rastreo por sus ideas acerca de una pol¨ªtica exterior "liberal-conservadora" ofrece pocas pistas sobre sus planes futuros.
El 63% de los miembros del partido 'tory' simpatiza con la idea de abandonar la Uni¨®n Europea
Cameron promete que no ser¨¢ "servil" con EE UU y no quiere empantanarse en aventuras exteriores
?Qui¨¦n hubiera pensado que Tony Blair -quien antes de ser elegido pronunci¨® un discurso prediciendo que podr¨ªa ser el primer jefe de Gobierno que no se viera nunca envuelto en acciones militares- llevar¨ªa a su pa¨ªs a la guerra en cinco ocasiones? En semejantes experiencias formativas los l¨ªderes apelan a sus instintos y al consejo de quienes les rodean. As¨ª que ?qu¨¦ sabemos de la gente que, una vez instalado un gobierno tory, puede recibir una llamada en caso de que estalle una crisis?
El Partido Conservador tiene diferentes escuelas de pensamiento diplom¨¢tico, que podr¨ªan enumerarse as¨ª: euroesc¨¦pticos comunes, euro-obsesivos, "realistas modernizados", neoconservadores, "capitanes de Cameron" y Little Englanders. Todos y cada uno de esos cen¨¢culos pugnan por atraer la atenci¨®n del l¨ªder conservador.
Los euro-obsesivos no son lo mismo que los euroesc¨¦pticos. Todo el que cuenta algo en el actual partido tory es euroesc¨¦ptico en alg¨²n grado. El cambio generacional a partir de 1997 -cuando la representaci¨®n parlamentaria de los conservadores fue de s¨®lo 165, la m¨¢s baja desde 1906- ha sido total y las encuestas demuestran que la nueva hornada puede ser incluso m¨¢s euroesc¨¦ptica. Pero hay divisiones sobre cu¨¢l es la importancia real de la cuesti¨®n europea. Los euroesc¨¦pticos comunes se contentan con la reciente aceptaci¨®n por parte de Cameron del Tratado de Lisboa, su promesa de hacer un refer¨¦ndum sobre cualquier futuro tratado y su petici¨®n de una limitada repatriaci¨®n de poder desde Bruselas. Saben que tienen que trabajar con sus hom¨®logos europeos sobre asuntos como el cambio clim¨¢tico, la presi¨®n a favor del libre comercio mundial, la seguridad energ¨¦tica, Rusia e Ir¨¢n.
Pero los euro-obsesivos piensan de manera diferente. Para ellos, la UE no es una cuesti¨®n de compromiso y las razones para cooperar con Francia no son m¨¢s poderosas que las de mantener v¨ªnculos con Rusia. Convencidos de que el Reino Unido tiene un espacio de maniobra independiente en el escenario mundial, operan sobre un espectro que va desde el abandono de la UE hasta el inicio de una nueva negociaci¨®n entre ambas partes. Tienen un amplio apoyo entre los miembros del partido tory, el 63% de los cuales simpatiza, cuando menos, con la idea de dejar la UE.
La tercera camarilla con relaci¨®n a la pol¨ªtica exterior podr¨ªa llamarse la de los "realistas modernizados". En los a?os sesenta del siglo pasado esta escuela estaba a favor de la unilateralidad y se opon¨ªa a la aceptaci¨®n por parte de MacMillan de los misiles Polaris norteamericanos, porque establec¨ªan una dependencia brit¨¢nica de Estados Unidos. Con el tiempo han pasado a ser destacados defensores de la OTAN. Actualmente su miembro m¨¢s importante es William Hague, el probable futuro ministro de Exteriores conservador. Esto reconcilia el tradicional ¨¦nfasis conservador sobre la soberan¨ªa brit¨¢nica y la aversi¨®n a los grandiosos dise?os globales con una promoci¨®n de los valores brit¨¢nicos. Esperan restaurar las relaciones que se han ido oxidando en los ¨²ltimos a?os, ya sea con Rusia o con los recalcitrantes Estados de Oriente Pr¨®ximo, donde el Reino Unido sol¨ªa gozar de influencia.
Mientras las otras escuelas pol¨ªticas tienen sus ra¨ªces en la historia diplom¨¢tica del Partido Conservador, los neoconservadores tienen su inspiraci¨®n al otro lado del Atl¨¢ntico. Los neocons brit¨¢nicos apoyan el uso de la fuerza para deponer a los dictadores y aborrecen la inacci¨®n del Gobierno de Major ante el genocidio de Bosnia a comienzos de los 90. Son tambi¨¦n ardientes atlantistas, firmes partidarios de Israel y sumamente recelosos de las instituciones multilaterales como la ONU y la UE.
La quinta escuela podr¨ªa llamarse "los capitanes de Cameron". Un n¨²mero considerable de actuales y futuros parlamentarios tories ha servido en las fuerzas armadas o procede de familias de militares. Si a veces los neocons contemplan el mundo en t¨¦rminos estrat¨¦gicos, como generales de sal¨®n, los "capitanes" tienden a utilizar una perspectiva de la pol¨ªtica exterior m¨¢s a ras de suelo. Su mayor preocupaci¨®n es el bienestar militar y cuando consideran la situaci¨®n en Afganist¨¢n centran su atenci¨®n en la protecci¨®n y equipamiento m¨¢s que en la estrategia general.
El ¨²ltimo de estos grupos lo forman aquellos a los que tradicionalmente se les ha llamado Little Englanders (denominaci¨®n que podr¨ªa traducirse como "ingleses de campanario" o "de v¨ªa estrecha", o quiz¨¢ como "inglesistas", nacionalistas antieuropeos que incluso se refieren al Reino Unido como Inglaterra). La pertenencia a este grupo se produce menos en funci¨®n de una opini¨®n que en la experiencia, o en la falta de la misma. El partido tory tiene hoy una orientaci¨®n m¨¢s localista, y la tendr¨¢ a¨²n mayor despu¨¦s de las elecciones. Eso suceder¨¢ como consecuencia de haber estado fuera del poder durante 13 a?os, de haber abandonado el Partido Popular Europeo, y de un proceso de selecci¨®n de candidatos al estilo norteamericano, lo que favorece a los aspirantes locales.
Hasta ahora, David Cameron ha exhibido rasgos atribuibles a todos esos grupos. Rindi¨® tributo a los euro-obsesivos al salir del Grupo del Partido Popular Europeo. Hizo alarde de su "realismo" con su promesa de no ser "servil" con EE UU. Sac¨® brillo a sus credenciales neocon mediante su demostraci¨®n de solidaridad con Georgia durante la guerra de ¨¦sta contra Rusia. Se ha alineado con su equipo de "capitanes" al formular al primer ministro preguntas relativas a la seguridad militar en Afganist¨¢n. Y ha hecho todo esto al tiempo que rehusaba empantanarse demasiado en aventuras exteriores.
Pero ser¨¢ imposible tener contento a todo el mundo todo el tiempo. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si Obama perdiera la paciencia con el programa nuclear de Teher¨¢n y solicitara ayuda para un bombardeo? ?Atender¨ªa Cameron el consejo de los neocons de bombardear, respaldar¨ªa las preocupaciones de los "realistas" sobre la estabilidad de la regi¨®n, o las de los "capitanes" sobre los efectos no deseados sobre el terreno?
?Hasta d¨®nde llegar¨¢ para proteger la integridad territorial de Ucrania ante una provocaci¨®n rusa? ?Y qu¨¦ decir acerca de la UE? Cameron se ha comprometido a obtener el derecho de exclusi¨®n del Cap¨ªtulo Social de la UE y de su correspondiente Carta de Derechos cuando Croacia firme el tratado de incorporaci¨®n a la Uni¨®n. Pero ?c¨®mo reaccionar¨¢ si otros l¨ªderes le dan largas al asunto? Los euro-obsesivos le instar¨¢n a bloquear la incorporaci¨®n de Croacia a la Uni¨®n. Los realistas modernizados querr¨¢n luchar por conservar su capital pol¨ªtico para otras luchas relativas a intereses brit¨¢nicos. Los neocons, que creen en la extensi¨®n de la comunidad euro-atl¨¢ntica, pueden no querer poner en riesgo la pertenencia de Croacia a la UE.
La actitud de Cameron en pol¨ªtica exterior vendr¨¢ definida por los acontecimientos que le afecten en el cargo m¨¢s que por el tiempo que haya podido dedicar a pensar en la pol¨ªtica exterior antes de acceder al poder. Pero a diferencia de Blair, que disfrut¨® de una generosa mayor¨ªa parlamentaria, la libertad de acci¨®n de Cameron podr¨ªa quedar reducida si obtiene una estrecha mayor¨ªa. Si se ve forzado, como John Major, a forjar una nueva mayor¨ªa sobre cada asunto de su agenda parlamentaria, podr¨ªa llegar a encontrarse guiado por las obsesiones de los diferentes bandos que luchan por controlar su cerebro.
Mark Leonard y Daniel Korski son, respectivamente, director e investigador senior del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola.
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