Cogidas

Est¨¢n de enhorabuena los antitaurinos, qu¨¦ tres d¨ªas. A ratos se apodera de ellos el des¨¢nimo al ver lo poco fundamentales que son los festejos taurinos entre nuestras prioridades diarias. Como a los antifranquistas, que se les muri¨® Franco en la cama, ellos temen que se les mueran las corridas en la apat¨ªa general. Nunca Aguascalientes TV hab¨ªa cobrado tal notoriedad mundial como con la escalofriante cogida de Jos¨¦ Tom¨¢s. Nuestras cadenas, con un suceso as¨ª, suelen tender al regodeo. Una, dos, tres, cuatro veces te la pasan, no sea que no hayas visto bien la cornada. Con delectaciones as¨ª se echa de menos la televisi¨®n en tres dimensiones. Dicen que va a ser el futuro aunque no se imagina uno a la familia sentada en torno al televisor comiendo la pechuga de pollo con las gafas de cristales verdes y azules. Torrente 4 est¨¢ a punto de rodarse en ese formato, en lo que ser¨¢ una oportunidad para apreciar en relieve la sana escatolog¨ªa de este personaje tan nuestro. Ay, los personajes nuestros c¨®mo son.

Porque mientras llega la tele tridimensional y a¨²n los presentadores pueden preservar sus orejas naturales, el domingo en Sevilla tres jueces del Constitucional disfrutaban en barrera de los miuras, pensando seguramente que los toros siempre cogen a los otros. Andan a punto de darle el descabello al Estatut de Catalu?a, despu¨¦s del fallido intento m¨¢s templado de hace unas semanas. No hac¨ªan nada reprobable y las fotos de portada son un bajonazo, pero es que por m¨¢s que la presidenta del tribunal exija respeto, en nuestro tiempo tan exigente si entras en la coctelera de los medios nunca sabes c¨®mo vas a salir. Todo se agita antes de usar. Hubiera sido m¨¢s prudente irse los tres juntos a ver los castellers a alguna plaza de Vic o incluso asistir a las desmotivadas votaciones independentistas en algunas localidades catalanas o, mucho mejor, apuntarse a una botifarrada campera, que ofreciera una imagen m¨¢s constructiva de su b¨²squeda de la inspiraci¨®n para decidir cu¨¢ntos de los 114 art¨ªculos puestos en cuesti¨®n en la querella del Partido Popular han de reescribirse en el Estatuto final, ese que, aunque s¨®lo sea un papel lleno de generalidades sobre Catalu?a, habr¨¢ que aplicar en 3D.