Los esp¨ªas de Cobo y Prada cambian su versi¨®n: "No recib¨ªamos ¨®rdenes"

El juzgado n¨²mero cinco de instrucci¨®n de la madrile?a plaza de Castilla, cuya titular es Carmen Valcarce, tuvo ayer una inusual clientela. Estaban citados cinco subordinados del consejero madrile?o de Interior, Francisco Granados, por el supuesto espionaje sufrido en 2008 por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, y el entonces vicepresidente del Gobierno de Esperanza Aguirre, Alfredo Prada.

La lista de imputados con cita judicial para ayer tarde la engrosaban los tres ex guardias civiles asesores de Granados (Jos¨¦ Luis Caro, Jos¨¦ Oreja y Antonio Coronado), el ex director general de Seguridad, Sergio Gam¨®n, y el empleado p¨²blico Jos¨¦ Manuel Pinto, al que una doble pericial contratada por este diario identific¨® como el autor de las notas manuscritas de los partes de seguimiento.

Los sospechosos se niegan a contestar a los abogados de los espiados

Los tres ex guardias esgrimieron la misma coartada que hab¨ªa formulado d¨ªas antes su consejero: que si aparec¨ªan junto al despacho de Cobo a la hora en que este llegaba todas las ma?anas entre el 1 y el 8 de abril de 2008 era porque estaban custodiando alguna de las consejer¨ªas cercanas a ese punto. Pero, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, cuando se les ped¨ªa detalle de qu¨¦ consejer¨ªa vigilaban, fueron incapaces de precisarlo. Alegaron desmemoria. Algunos ni siquiera sab¨ªan todas las consejer¨ªas cercanas.

La juez les mostr¨® la contradicci¨®n de que hab¨ªan declarado que no hab¨ªan seguido a Cobo y, sin embargo, los posicionamientos los ubicaban junto al vicealcalde en los d¨ªas que se?alaban los partes, e inmediatamente despu¨¦s en el mismo parte, siguiendo a Prada, como tambi¨¦n demostraban los posicionamientos telef¨®nicos.

Los agentes declararon ayer a la juez que decid¨ªan con plena autonom¨ªa d¨®nde ir cada d¨ªa a vigilar, sin dejar constancia documental de ese trabajo. Nueve meses antes, le dijeron a la misma juez que lo hac¨ªan todo por orden de su jefe Sergio Gam¨®n. La juez, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, les espet¨® ayer que no entend¨ªa su trabajo pero, ironiz¨®, le resultaba envidiable. Los tres se negaron a contestar a las defensas de las v¨ªctimas.

El jefe de los esp¨ªas, Sergio Gam¨®n, hombre de confianza de Esperanza Aguirre, tampoco fue m¨¢s preciso: s¨®lo indic¨® que si estaban all¨ª, junto a Cobo, ser¨ªa porque era necesario custodiar alguna consejer¨ªa.

Sin embargo, s¨®lo en los d¨ªas en que los partes de seguimiento registran seguimientos a Cobo aparecen los ex guardias civiles por esa zona. Parece que el resto de los d¨ªas no hac¨ªa falta custodiar las consejer¨ªas. La juez volvi¨® a mostrar que no entend¨ªa qu¨¦ trabajo era ese que no dejaba reflejo escrito. Respecto del espionaje a Alfredo Prada, Gam¨®n respald¨® que le hab¨ªan vigilado incluso en su domicilio como a los dem¨¢s consejeros. Lo hicieron durante dos meses seguidos. Y s¨®lo lo hizo el personal m¨¢s cualificado y mejor pagado de la consejer¨ªa, los asesores de confianza del consejero Granados. De la ma?ana a la noche y en lugares p¨²blicos y privados. Sobre eso no pudieron responder porque no contestaron a los abogados de los espiados.

El agente Pinto, por su parte, neg¨® ser el autor de las notas manuscritas de los partes. Achac¨® tal acusaci¨®n a un sindicalista de UGT al que no identific¨®. La juez le tom¨® abundante prueba de su escritura.

Su interrogatorio se hab¨ªa ordenado una vez que la juez del caso, Carmen Valcarce, hab¨ªa recibido un nuevo informe policial sobre los posicionamientos de los m¨®viles de los ocho agentes de Granados sospechosos de practicar dichos seguimientos ilegales nutridos con fondos p¨²blicos.

Y si el anterior informe policial acredit¨® que los tres ex guardias asesores de Granados hab¨ªan seguido sin descanso durante mayo de 2008 a Prada, el nuevo an¨¢lisis probaba que en abril de 2008 estos mismos tres agentes se alternaron en diversas jornadas en los marcajes ilegales de Prada y Cobo.

Si ahora dan por cierto los ex guardias civiles el seguimiento a Prada, aunque encubierto bajo f¨®rmulas de "contravigilancias" o "escolta", competencias ajenas a la Comunidad de Madrid, los abogados de los espiados creen que hay que dar por validados tambi¨¦n los marcajes a Cobo. Porque los esp¨ªas van de un objetivo a otro, Prada o Cobo, y los rastros de los m¨®viles siguen igual trayectoria y as¨ª se refleja en los partes. "Lo que se admite como cierto a partir de una hora, no puede ser falso un minuto antes s¨®lo porque el espiado es Cobo y ah¨ª no hay coartada posible para explicar por qu¨¦ se sigue a un cargo ajeno a la Comunidad y que tiene escolta y contravigilancia municipales", explicaban las defensas de las v¨ªctimas.