La ley antiinmigraci¨®n de Arizona desata un boicoteo en Estados Unidos
El fiscal general estudia recurrir la normativa por anticonstitucional
Cualquiera que quiera aplicarse la definici¨®n de liberal y progresista -pertenezca al partido que pertenezca- se est¨¢ levantando estos d¨ªas en pie de guerra contra la nueva ley de inmigraci¨®n de Arizona. La llamada a boicotear ese Estado -donde se encuentra el Gran Ca?¨®n del Colorado- y las eventuales medidas legales que podr¨ªa tomar el Gobierno de Washington son las primeras respuestas a lo que una amplia gama de sectores considera como una agresi¨®n a los valores fundamentales de esta democracia.
De momento, el alcalde dem¨®crata de la vanguardista ciudad de San Francisco, Gavin Newsom, ya ha decretado la prohibici¨®n -testimonial, eso s¨ª- de los viajes de sus conciudadanos a Arizona y ha suspendido las visitas previstas por miembros de su administraci¨®n a ese Estado. Diversas figuras de la cultura y la pol¨ªtica, as¨ª como organizaciones ciudadanas y de derechos humanos, han anunciado tambi¨¦n el boicoteo al Estado que el pasado fin de semana promulg¨® una dura ley contra los inmigrantes sin papeles, que b¨¢sicamente da carta blanca al racial profiling, o lo que es lo mismo, detener o interrogar a alguien por su aspecto f¨ªsico, latino en este caso.
El alcalde de San Francisco suspende las visitas oficiales a ese Estado
Si el boicoteo funciona, gran parte de los ingresos de Arizona por el turismo estar¨¢n en peligro, ya que cada a?o m¨¢s de 4,5 millones de personas visitan el Gran Ca?¨®n. Los empresarios del sector han advertido que ya han detectado un incremento significativo del n¨²mero de cancelaciones en los hoteles y las visitas a los parques nacionales.
La caza a los sin papeles decretada en Arizona va a forzar a la Administraci¨®n de Barack Obama a violar la hist¨®rica tradici¨®n de no interferencia en los asuntos de los Estados para tratar de parar la ley que permite a la polic¨ªa detener y exigir documentaci¨®n a cualquier sospechoso de ser inmigrante indocumentado.
"Eso convierte en sospechosas a muchas personas que tienen ra¨ªces en Arizona desde antes incluso de que Arizona fuera un Estado", manifest¨® ayer el presidente Obama. El fiscal general, Eric Holder, no ha descartado la posibilidad de acudir a los tribunales para desafiar la constitucionalidad de la controvertida iniciativa.
Es evidente la urgencia de una ley nacional que intente paliar esa situaci¨®n. Pero requiere una acci¨®n por parte de un Congreso que est¨¢ embarcado en otras grandes reformas y con la mirada puesta en las elecciones legislativas de noviembre. La ley de inmigraci¨®n compite en urgencia al menos con otras dos: una reforma energ¨¦tica y una ley de medio ambiente.
Desde las filas conservadoras tambi¨¦n se levantan airadas voces de protesta. Meghan McCain, la hija del famoso senador, ha rebatido la postura de su padre, partidario de la ley, y ha anunciado en su blog su posici¨®n contraria a esa legislaci¨®n. Figuras relevantes, como Jeb Bush, el emergente Marco Rubio o Karl Rove, el que fue asesor del presidente George W. Bush, han expresado tambi¨¦n su rechazo a la medida.
Las organizaciones que representan a los hispanos han anunciado una cadena de movilizaciones en todo el pa¨ªs para denunciar la situaci¨®n de indefensi¨®n en la que, seg¨²n sus portavoces, los deja esta ley. Pero manifestaciones hay en ambos lados. Phoenix, la capital de la Arizona, ha sido escenario de diferentes actos en defensa de la iniciativa, recordando que, seg¨²n encuestas recientes, el 70% de la poblaci¨®n de Arizona la respalda.
Las autoridades estatales niegan consideraciones racistas y argumentan que se han visto forzados a adoptar esta norma movidos por las condiciones creadas en su Estado en los ¨²ltimos a?os. Se calcula de hay actualmente en ese territorio m¨¢s de medio mill¨®n de personas en esa situaci¨®n (entre 15 y 20 millones de inmigrantes indocumentados viven en EE UU).
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