Salir del estupor
La rebaja de la calidad crediticia obliga al Gobierno a concretar sus medidas de ajuste
Paso a paso, los mercados financieros (es decir, los inversores europeos y mundiales) est¨¢n castigando la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola por la falta de claridad en aplicar las medidas anunciadas para corregir el voluminoso d¨¦ficit p¨²blico generado durante la crisis. En un clima de inquietud general, causado por el crash de Grecia y el deterioro galopante de la solvencia de Portugal, la agencia de rating Standard & Poor's rebaj¨® la calificaci¨®n de la deuda espa?ola desde AA+ a AA y deja abierta la posibilidad de nuevas degradaciones. La decisi¨®n acentu¨® la convulsi¨®n de la Bolsa espa?ola, que ayer perdi¨® el 2,99%, mucho m¨¢s profunda que Londres, Par¨ªs o Francfort.
Aunque se puede argumentar que el rigor de las agencias de calificaci¨®n merece ser cuestionado, sobre todo por su incapacidad para calibrar el alcance de la crisis financiera (S&P ten¨ªa muy bien calificado a Lehman Brothers cuando quebr¨®), y que otras agencias mantienen su confianza en las cuentas espa?olas, lo sustancial es que la decisi¨®n refleja las dudas de muchas instituciones financieras o pol¨ªticas ante los problemas del Gobierno para aplicar un plan de ajuste de sus gastos p¨²blicos, un programa de rescate de las entidades financieras y una reforma del mercado de trabajo.
La solvencia financiera de Espa?a se aproxima a territorios peligrosos no s¨®lo por el contagio de Grecia o por la presi¨®n de los especuladores, sino por la incapacidad del Ejecutivo para concretar el plan econ¨®mico que dise?¨®, correcto en sus l¨ªneas generales, pero que est¨¢ perdido en el limbo de negociaciones diferidas, pactos nebulosos y descoordinaci¨®n entre ministerios. Espa?a ha dilapidado un tiempo precioso, el que concedieron los inversores cuando el Gobierno explic¨® las l¨ªneas generales de su plan de ajuste en Londres.
La degradaci¨®n crediticia tendr¨¢ consecuencias. Encarecer¨¢ el coste de la deuda y dificultar¨¢ la financiaci¨®n de las entidades bancarias. No hay que descartar que la p¨¦rdida de calidad precipite la crisis de alguna caja o banco. Y deteriorar¨¢ la imagen de los grandes bancos (menos afectados inicialmente por la crisis financiera) y las empresas espa?olas.
Resulta imperativo que el Gobierno salga de su estupor, porque cada minuto que pasa sin decisiones efectivas encarece el coste de restaurar la confianza en la solvencia espa?ola. Despu¨¦s de la p¨¦rdida de calidad crediticia, ya no bastar¨¢ con una moderaci¨®n salarial en el sector p¨²blico para convencer a los mercados de que Espa?a puede reducir el d¨¦ficit al 3% en 2013; ser¨¢ necesario aplicar un plan de congelaci¨®n de los sueldos p¨²blicos y una poda administrativa. Tampoco ser¨¢ suficiente con el tibio enjuague de fusiones consentidas entre cajas de ahorros de la misma autonom¨ªa; habr¨¢ que ir a recapitalizaciones forzosas e intervenciones de la autoridad bancaria. El Gobierno tendr¨¢ que presentar adem¨¢s ajustes de los costes sociales. La resistencia a tomar decisiones por miedo a las reacciones pol¨ªticas o sociales siempre se paga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.