La tinta del calamar
"A partir de 5.000m no existe la piedad", dijo en su d¨ªa el experto alpinista Doug Scott, como recordaba ayer Sebasti¨¢n ?lvaro en la cadena SER. Otra m¨¢xima del alpinismo es que a partir de 7.000m, la monta?a es la que domina al hombre y no al rev¨¦s. En ese momento, la monta?a te acoge en su g¨¦lido seno o te deja regresar a la calidez del campo base. Por ah¨ª se mueve el esp¨ªritu inicial, del monta?ismo o del himalayismo, convertido en la versi¨®n medi¨¢tica de lo que originalmente era una pasi¨®n. Luego llega la ayuda. Eso es personal.
Muchos alpinistas y muchos himalayistas tiemblan cada vez que la cordillera se atiborra de expediciones y los celos, controversias y encontronazos profanan lo que naci¨® como una vocaci¨®n y acab¨® convirti¨¦ndose en un medio de vida. No era el caso de Tolo Calafat, entregado al esfuerzo, al reto, ajeno a las carreras del Himalaya y m¨¢s proclive a las carreras de resistencia en las monta?as cotidianas. Pero a muchos himalayistas se les revolvi¨® el est¨®mago con la muerte de Calafat y con la absurda pol¨¦mica creada en torno a su rescate, alarmados por las acusaciones demasiado improvisadas de Juanito Oiarzabal. Para muchos era la tinta del calamar que desped¨ªa quien no hab¨ªa podido o sabido ayudar a su compa?ero y quien hab¨ªa sido salvado en dos ocasiones por otros compa?eros.
Demasiadas sombras de sospecha, que por un lado convert¨ªan a los sherpas en poco menos que brokers del Himalaya, sin piedad, sin coraz¨®n, en vez de considerarlos seres humanos que como cualquier occidental padecen los rigores del esfuerzo y el l¨ªmite de sus pulmones. Alimentar que ni por seis mil euros fueron capaces de buscar a Tolo es rebajarles a la condici¨®n de mercenarios de la monta?a, algo que no se compadece con la actitud de sus propios sherpas que se jugaron la vida por salvar a Calafat.
La masificaci¨®n del himalayismo no ha afectado a la solidaridad de la monta?a, sino a la grandilocuencia de los acontecimientos, que no es lo mismo. Hay sonoros ejemplos de ese esp¨ªritu solidario cada d¨ªa, como hay estruendosos casos de absentismo ante la desgracia, como ocurre habitualmente en el Everest, el Benidorm del Himalaya. Pero eso tambi¨¦n ocurre en Nueva York, 8.000 metros m¨¢s abajo de la lucha por la vida.
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