La falta de ox¨ªgeno y el edema
El peligro de la monta?a aumenta con la altitud debido a la disminuci¨®n de la presi¨®n atmosf¨¦rica. Hasta aproximadamente 12.000 metros la concentraci¨®n de ox¨ªgeno en la atm¨®sfera es de un 21%, pero la presi¨®n atmosf¨¦rica disminuye a medida que ascendemos. Cuanto menor es esta menor es la presi¨®n de ox¨ªgeno. A 5.200 metros la presi¨®n atmosf¨¦rica de ox¨ªgeno es la mitad de la que hay a nivel del mar, y a la altitud del Everest es un tercio. El cerebro es muy sensible a la falta de ox¨ªgeno, hasta el extremo que si se suspende completamente la oxigenaci¨®n cerebral se pierde la consciencia en cuesti¨®n de segundos. A medida que ascendemos en altura la presi¨®n arterial de ox¨ªgeno va bajando por dos razones, primero porque disminuye la presi¨®n de ox¨ªgeno en la atm¨®sfera y, segundo, porque los pulmones son menos eficaces.
A medida que asciende en altura el alpinista va empeorando la oxigenaci¨®n de su cerebro, empeora su coordinaci¨®n motora, su capacidad de razonamiento, etc. Para satisfacer sus necesidades de ox¨ªgeno, el cerebro demanda m¨¢s sangre y el flujo sangu¨ªneo cerebral aumenta. Pero el cerebro se encuentra ubicado en el interior de una caja r¨ªgida por lo que el espacio disponible en su interior es escaso. Para introducir un mayor flujo de sangre en el cerebro es necesario disminuir la cantidad de l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo (el l¨ªquido en el que flota el cerebro). No obstante, a veces el aumento de flujo sangu¨ªneo no se acompa?a de un descenso equiparable del volumen ocupado por el l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo y aumenta la presi¨®n intracraneal. Se supone que el aumento del flujo sangu¨ªneo junto con un incremento de la presi¨®n intracraneal podr¨ªa conducir a la filtraci¨®n de agua hacia el tejido cerebral y al edema cerebral.
El tratamiento esencial consiste en restablecer la oxigenaci¨®n cerebral. Esto se consigue trasladando inmediatamente a la persona afectada a nivel del mar, una tarea que puede resultar imposible en altitudes extremas. Hay que suministrarle ox¨ªgeno, pero puede que haya poco o se haya agotado. Entonces, ?qu¨¦ nos queda? Los glucocorticoides pueden ayudar y los dispositivos port¨¢tiles de presurizaci¨®n podr¨ªan salvar la vida.
Jos¨¦ Antonio L¨®pez Calbet es catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa del Ejercicio, Universidad de Las Palmas. Ha participado como investigador en varias expediciones a los Andes Bolivianos y los Alpes.
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