A prop¨®sito de Israel

Ya imaginaba yo que mi art¨ªculo, Israel, un error ya consumado (EL PA?S, 21 de abril), podr¨ªa herir la enfermiza susceptibilidad de algunos sionistas.

Ahora bien, mi art¨ªculo no s¨®lo no era antisemita sino que era decididamente pro jud¨ªo. Era un art¨ªculo que comenzaba exponiendo la inmensa deuda que la cultura universal tiene contra¨ªda con los hijos de este pueblo; un art¨ªculo que no pod¨ªa ser m¨¢s respetuoso, e incluso simpatizante, con la causa jud¨ªa.

Con lo ¨²nico que mostraba disconformidad era con las tesis del sionismo radical y con el comportamiento agresivo del actual Estado de Israel. Una postura, la m¨ªa, compartida por buena parte de jud¨ªos.

Pues bien, el se?or Jacobo Israel Garz¨®n (en un art¨ªculo publicado en EL PA?S del 27 de abril pasado) ha tildado mis palabras de obscenas y ha comparado mis observaciones con la actitud nazi de querer eliminar a los jud¨ªos de la faz de la tierra.

Qu¨¦ le vamos a hacer. S¨®lo se me ocurre que, puestos a hablar de obscenidades, no estar¨¢ de m¨¢s recordar que Israel vive rodeado de muros, y que la nueva ley de tali¨®n practicada por los jud¨ªos ya no es la de "ojo por ojo, diente por diente", sino la de "cien ojos por ojo y cien dientes por diente".