Diez interrogantes del sector bancario espa?ol
El sector bancario espa?ol es, en estos d¨ªas, un hervidero de acuerdos, desacuerdos, encuentros y desencuentros, de estrategias y planes contingentes ante la necesidad de su saneamiento y reestructuraci¨®n. Resulta parad¨®jico que, casi 20 meses despu¨¦s de que muchos pa¨ªses acometieran el saneamiento y la recapitalizaci¨®n de sus entidades financieras, en Espa?a se est¨¦ a¨²n en una fase temprana de este proceso. Se ha argumentado que este retraso se debe a que la crisis lleg¨® m¨¢s tarde (lo cual no es ¨®bice para actuar con celeridad) y que ha tenido menor impacto en el sector bancario (lo que est¨¢ por ver). Tal vez en agosto de 2007, por ejemplo, y decididamente en octubre de 2008, debieron de saltar algunas alarmas en materia de solvencia al hacer recapitulaci¨®n de la enorme magnitud del cr¨¦dito concedido a promotores, constructores y suelo en los a?os precedentes. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que la econom¨ªa pol¨ªtica de la reestructuraci¨®n bancaria en Espa?a es compleja y, aunque la necesidad de acometerla es urgente, quedan a¨²n muchos interrogantes o retos a los que bancos, cajas y cooperativas deben hacer frente, entre los cuales pueden destacarse, sin af¨¢n de exclusividad ni orden de prioridad, 10:
No es descartable que la morosidad aumente m¨¢s en los bancos que en las cajas
Resulta parad¨®jico que en Espa?a se est¨¦ a¨²n en una fase temprana del saneamiento del sector
La guerra de dep¨®sitos entre las entidades puede tener consecuencias desestabilizadoras
Las cajas de ahorro precisan cambios, sobre todo en la obtenci¨®n de recursos propios
1La elevada concentraci¨®n del riesgo en la financiaci¨®n al mercado inmobiliario (construcci¨®n, promoci¨®n inmobiliaria y compra de vivienda), que a finales de 2009 alcanz¨® los 1,11 billones de euros (el 105% del PIB). La financiaci¨®n a este sector ha pasado de representar el 38,8% del total del cr¨¦dito al sector privado a mediados de la d¨¦cada de los noventa al 60,3% en 2009. Como bot¨®n de muestra, la tasa de crecimiento de los cr¨¦ditos a promotores lleg¨® a un m¨¢ximo del 50,6% en 2006. La elevada concentraci¨®n del cr¨¦dito en el ladrillo ha obligado a muchas entidades de dep¨®sito a refinanciar a promotores y constructores en una suerte de apuesta por una reactivaci¨®n del mercado inmobiliario en Espa?a (similar al gambling for resurrection en la terminolog¨ªa anglosajona). Esto ha conllevado el riesgo adicional de la adecuada gesti¨®n de los activos adjudicados y adquiridos en daci¨®n de pago, cuyo valor es incierto, en particular el del suelo.
2Un segundo interrogante, ligado al primero, es el inquietante aumento de la morosidad y el deterioro de activos, que alcanz¨® el 5,39% el pasado mes de febrero y que en cr¨¦dito a construcci¨®n y promoci¨®n inmobiliaria alcanza casi el 10%. Esto obliga a las entidades a dotar cuantiosas provisiones, de tal forma que en 2009 se ha tenido que destinar casi el 70% del margen de explotaci¨®n a p¨¦rdidas por deterioro de activos. Adem¨¢s, y con objeto de aliviar los efectos negativos sobre la cuenta de resultados, tanto el Gobierno como el Banco de Espa?a han optado por aprobar ciertos cambios. Es el caso de la relajaci¨®n de la normativa de provisiones adoptada por el Banco de Espa?a en julio de 2009 (por la que, para determinados inmuebles, s¨®lo hay que provisionar la parte del pr¨¦stamo que supere el 70% del valor del inmueble, y no el cien por cien del pr¨¦stamo, como ocurr¨ªa antes) y el mantenimiento hasta el 31 de diciembre de 2011 de la regla transitoria de valoraci¨®n del suelo urbanizable, de acuerdo con las determinaciones previstas en el texto refundido de la Ley del Suelo (aprobada en el Consejo de Ministros del 9 de abril de 2010). Con este ¨²ltimo cambio se prorroga de tres a seis a?os el car¨¢cter de terreno urbanizable, aunque no se haya edificado. Esta pr¨®rroga es un alivio para el sector, pero puede retrasar el ajuste y aumentar las dudas for¨¢neas sobre la transparencia y la solvencia del sector bancario espa?ol. Asimismo, en los pr¨®ximos meses cabe esperar que la morosidad siga aumentado, y no es descartable que comience a hacerlo de forma m¨¢s acelerada en los bancos que en las cajas de ahorro. Hasta ahora, la morosidad se ha derivado fundamentalmente del cr¨¦dito inmobiliario, pero en los pr¨®ximos meses tomar¨¢n el relevo los cr¨¦ditos personales y comerciales, en los que existen escasas o nulas garant¨ªas colaterales y a los que los bancos han destinado una mayor proporci¨®n de cr¨¦dito que las cajas.
3 El modelo de negocio bancario est¨¢ abocado al cambio. El ladrillo no puede ni debe suponer el impulso necesario que la financiaci¨®n bancaria precisar¨¢ en los pr¨®ximos a?os. La debilidad macroecon¨®mica y la situaci¨®n de los balances y las cuentas de resultados de los intermediarios financieros no lo van a poner f¨¢cil. El sector debe caminar hacia un nuevo modelo, con mayor know-how en financiaci¨®n de actividades con capacidad de diversificaci¨®n productiva y tecnol¨®gica. ?Hasta qu¨¦ punto estamos preparados para impulsar este tipo de financiaci¨®n en sectores industriales y de servicios con importantes componentes de innovaci¨®n? Son riesgos menos conocidos por nuestras entidades financieras y es preciso dedicarles recursos, algo complicado en la actual coyuntura, que hace m¨¢s dif¨ªcil la transici¨®n hacia ese nuevo modelo de negocio bancario.
4 El acceso a la financiaci¨®n mayorista es un cuarto reto, complicado teniendo en cuenta el estancamiento de los mercados interbancarios, as¨ª como los de bonos. En esta situaci¨®n, las entidades est¨¢n realizando un esfuerzo por captar dep¨®sitos, si bien la guerra del pasivo actual, aun siendo una tendencia competitiva casi natural, puede tener consecuencias desestabilizadoras, con una pol¨ªtica de precios muy agresiva por parte de algunas entidades. A ello hay que a?adir, adem¨¢s, la progresiva retirada de las medidas de apoyo a la liquidez del Banco Central Europeo. Finalmente, la gesti¨®n de la liquidez va a seguir siendo un problema si se tienen en cuenta los importantes vencimientos de deuda previstos para los pr¨®ximos meses, junto a la finalizaci¨®n en junio de este a?o del aval del Estado a las emisiones de deuda bancaria.
5 Las fuertes presiones sobre los m¨¢rgenes de las entidades bancarias son motivo de preocupaci¨®n, y no parece que vayan a ceder. Las previsiones para 2010 no son nada halag¨¹e?as por varios motivos: las reducidas e incluso negativas tasas de crecimiento de la actividad en un contexto de tasa de crecimiento negativa del PIB (del -0,4%, seg¨²n el Banco de Espa?a), la desaparici¨®n del efecto positivo sobre los m¨¢rgenes de la ca¨ªda de tipos que tuvo lugar en 2009, la intensa competencia en la captaci¨®n de dep¨®sitos y la necesidad de seguir dotando provisiones para hacer frente al esperado aumento de la morosidad.
6 El rating sigue siendo crucial y la evoluci¨®n reciente no ha sido muy favorable. La crisis de la deuda en Europa ha concedido un mayor papel, si cabe, a las agencias de calificaci¨®n, que condicionan de forma significativa las decisiones de inversi¨®n en los mercados financieros de todo el mundo. Teniendo en cuenta la situaci¨®n de Espa?a, resulta un ejercicio ilustrativo recordar algunos de los criterios que las agencias de rating consideran para adoptar sus calificaciones, como son la resistencia econ¨®mica del pa¨ªs o la solidez financiera del Estado. La determinaci¨®n de la calidad de la deuda soberana es fundamental, adem¨¢s, para el rating de cualquier instituci¨®n financiera. De ah¨ª que el Gobierno se apresure a despejar las dudas que puedan surgir sobre la calidad de la deuda soberana espa?ola, m¨¢s a¨²n cuando el acceso a los fondos del FROB por parte de las entidades de dep¨®sito requiere del mantenimiento de un rating elevado. Y sobre todo, tras la rebaja de esta semana por parte de S&P del rating de la deuda espa?ola, influenciada por la bajada de la calificaci¨®n de las deudas griega y portuguesa.
7 Hay un exceso de capacidad instalada en el sector y, aunque el ajuste ya ha comenzado (desde septiembre de 2008 se han cerrado 1.700 oficinas), queda mucho por hacer. Durante muchos a?os, la extensa red de oficinas bancarias en Espa?a ha procurado un elevado nivel de servicio y cercan¨ªa al cliente, pero la dimensi¨®n de esta red es ya desproporcionada para la demanda y la actividad vigentes, m¨¢xime teniendo en cuenta que la oficina es el principal factor generador de costes.
8 El cr¨¦dito no crece, ni parece que vaya a hacerlo en breve. La v¨ªa para lograrlo en cuant¨ªa suficiente es a trav¨¦s de las entidades financieras, por lo que cualquier financiaci¨®n at¨ªpica (por ejemplo, del ICO) solamente puede ser un complemento. En un contexto como el actual, el aumento de la financiaci¨®n crediticia en Espa?a no puede conducirse ni impulsarse de forma artificial, algo que llevar¨ªa a una mayor morosidad. Por el lado de la oferta, tan s¨®lo la reestructuraci¨®n y el saneamiento del sector pueden propiciar las condiciones adecuadas para la expansi¨®n del cr¨¦dito. Por el lado de la demanda, a las d¨¦biles expectativas de crecimiento se une un exceso de capital con reducida intensidad de uso que disminuir¨¢ la inversi¨®n en los pr¨®ximos a?os y, por tanto, el potencial de demanda de cr¨¦ditos, lo que redundar¨¢ en la mencionada reducci¨®n de la red de oficinas. En cualquier caso, la econom¨ªa espa?ola -muy dependiente de la financiaci¨®n bancaria- dif¨ªcilmente puede acometer una recuperaci¨®n sin cr¨¦dito (creditless recovery).
9 Se est¨¢ debatiendo una regulaci¨®n de solvencia que probablemente ser¨¢ muy exigente en el nuevo marco de Basilea III y que se pretende poner en marcha a finales de 2012. En todo caso, las iniciativas del Banco Internacional de Pagos (BIS) van destinadas a incrementar la cantidad y calidad (menos instrumentos h¨ªbridos y m¨¢s core capital) de capital, ampliar los riesgos cubiertos, penalizar el endeudamiento (introduciendo una ratio de apalancamiento), reducir la prociclicidad y promover la creaci¨®n de buffers de capital. Estos cambios afectan potencialmente m¨¢s a las cajas de ahorro, por su propia naturaleza de entidades fundacionales sin capital por acciones. Gana terreno, por tanto, el papel de las cuotas participativas, ya que, en el marco actual, parece la ¨²nica fuente con la que las cajas pueden aumentar su core capital.
10 Por todo lo anterior, y aunque se ha mencionado colateralmente en algunos de los interrogantes anteriores, aparece con identidad propia la necesidad de acelerar el proceso de reestructuraci¨®n y recapitalizaci¨®n y de acompa?arlo, como parece que se est¨¢ debatiendo, de otras reformas. El mismo texto que regula el FROB (RDL 9/2009) considera la viabilidad como el principal logro demostrable y exigible a las instituciones financieras, en las que la diligencia de los administradores es fundamental. Es necesario, m¨¢s a¨²n cuando en ello tercie dinero del erario p¨²blico, establecer responsabilidades, aplicar disciplina a los gestores que no hayan sido diligentes y establecer mecanismos de acci¨®n temprana para que este tipo de problemas de gesti¨®n y de supervisi¨®n no vuelvan a producirse. La evidencia y la urgencia de reestructuraci¨®n parecen abocar a las instituciones con mayores problemas de solvencia a la v¨ªa de las fusiones puras. En medio de este conjunto de proyectos y rumores de integraci¨®n -bien mediante fusiones puras o mediante Sistemas Institucionales de Protecci¨®n (SIP)- se plantea, adem¨¢s, la reforma de la regulaci¨®n relativa a las cajas de ahorro, que precisan cambios, sobre todo en materia de obtenci¨®n de recursos propios. La alternativa mencionada de las cuotas participativas es la v¨ªa natural de esta mejora, incluso con derechos pol¨ªticos, lo que les conferir¨ªa a¨²n mayor atractivo para su salida al mercado. Puede ser interesante observar la experiencia de otros pa¨ªses, como Noruega, en los que se dio la opci¨®n de incorporar los derechos pol¨ªticos, lo que ha dotado de flexibilidad a un n¨²mero importante de cajas sin desnaturalizarlas. Cualquier otra reforma destinada a reforzar la profesionalizaci¨®n, a reducir las interferencias pol¨ªticas y a evitar los actuales conflictos derivados de la regulaci¨®n compartida entre Estado y comunidades aut¨®nomas ser¨ªa una buena noticia que ninguna caja bien gestionada rehuir¨ªa.
A estos 10 interrogantes y retos -que pueden leerse con mayor extensi¨®n en el n¨²mero 215 de Cuadernos de informaci¨®n econ¨®mica de Funcas- podr¨ªan a?adirse otros, como la oportunidad del ciclo pol¨ªtico y sus efectos en la velocidad del proceso de reestructuraci¨®n. La econom¨ªa pol¨ªtica de las reestructuraciones est¨¢ condicionada por intereses creados y presiones de diversa ¨ªndole que en determinadas fases del ciclo pol¨ªtico estrechan especialmente el cerco sobre la acci¨®n p¨²blica. Es preciso, adem¨¢s, contar con m¨¢s y mejor informaci¨®n y herramientas de diagn¨®stico. No se puede abogar ¨²nicamente por valores de mercado, pero la excesiva dependencia de los valores contables puede generar desconfianza en los mercados sobre la exposici¨®n al riesgo y la solvencia de las entidades espa?olas. Si la transparencia informativa hubiera sido mayor, es posible que los analistas (incluyendo los acad¨¦micos) hubieran alertado mucho antes de los problemas del sector. Es posible poner a disposici¨®n m¨¢s datos sobre composici¨®n de balances y riesgos incurridos sin que ello vulnere pol¨ªticas de confidencialidad ni suponga alteraci¨®n competitiva alguna. Esta disponibilidad tan limitada contrasta con la existente en otros pa¨ªses, como es el caso de EE UU con los call reports que exige el FDIC (el equivalente al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos en Espa?a) y que se ponen a libre disposici¨®n p¨²blica en Internet. Entre la precauci¨®n y la transparencia, seguro que existe un camino intermedio.
La precisi¨®n sobre la valoraci¨®n es importante tambi¨¦n en el reconocimiento de la p¨¦rdida esperada en el sector. Mientras que este reconocimiento se hizo expreso en buena medida en oto?o del 2008 por la mayor parte de los pa¨ªses que inyectaron capital a sus sistemas financieros, en Espa?a existen a¨²n todo tipo de c¨¢balas y estimaciones sobre la principal fuente de nuestros problemas, la exposici¨®n al sector inmobiliario y sus consecuencias. Si las cantidades necesarias para resolver el problema de solvencia fueran aquellas que ya se han solicitado de forma m¨¢s o menos expl¨ªcita al FROB o las que parece sugerir el FMI en su ¨²ltimo informe, el problema no parecer¨ªa ser muy importante. Pero, frente a esas estimaciones, existe un amplio rango de variaci¨®n, a juzgar por las cifras aportadas en otros informes. Por tanto, es importante despejar incertidumbres y conocer si la p¨¦rdida esperada del sector, bajo determinadas hip¨®tesis, se acerca, iguala o supera al potencial previsto en el FROB de 99.000 millones de euros.
La estrategia actual de proponer reformas con un coste fiscal cero o sin un reconocimiento y una resoluci¨®n expl¨ªcita de la p¨¦rdida por el deterioro de activos parece, cada vez m¨¢s, insuficiente. El propio marco del FROB podr¨ªa arbitrar estas soluciones, pero deber¨ªa contar con m¨¢s flexibilidad. Este cambio hipot¨¦tico en el enfoque de las ayudas a la solvencia y el saneamiento no tendr¨ªa por qu¨¦ ser m¨¢s gravoso que la m¨¢s que probable pr¨®rroga de la aplicaci¨®n del FROB. Sin embargo, algunos pa¨ªses occidentales fueron m¨¢s all¨¢ y asumieron la necesidad de "soluciones menos convencionales" -criticadas por algunas voces autorizadas, como el premio Nobel Joseph Stiglitz-, pero s¨®lo el tiempo dir¨¢ si los posibles costes sobre el contribuyente en el corto plazo no hubieran sido mayores sin estas acciones. Lo que s¨ª es cierto es que con las iniciativas que un n¨²mero importante de pa¨ªses tomaron en oto?o de 2008 se ha conseguido eliminar gran parte de la incertidumbre que se cern¨ªa sobre sus sectores bancarios. En Espa?a, los pr¨®ximos meses dir¨¢n, necesariamente, mucho al respecto. -
Santiago Carb¨® Valverde es catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Granada. Joaqu¨ªn Maudos Villarroya es investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE) y profesor titular de la Universidad de Valencia.
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