M¨²sica
Hace unos d¨ªas me convocaron ante la gran pantalla de un cine para ver el primer cap¨ªtulo de una serie concebida para la televisi¨®n, en una pantalla adecuada a las condiciones de tu casa y de tu econom¨ªa. Voy a ese preestreno con la misma ilusi¨®n que me acercar¨ªa a la segunda parte de El Padrino, despu¨¦s de haber constatado el genio de Coppola en la primera. Se titula Treme, la produce HBO y lleva la firma de un tipo llamado David Simon. O sea, palabras mayores. ?Qu¨¦ qui¨¦n es este hombre? El creador de la serie The wire, la mejor pel¨ªcula que he visto en esta d¨¦cada. Cine complejo y grandioso, que adem¨¢s dura 60 horas, sumando las cinco temporadas, un ant¨ªdoto infalible contra el aburrimiento, la soledad o la desventura.
Carole King, en la preciosa canci¨®n Music, sab¨ªa que el verano hab¨ªa terminado, pero la m¨²sica segu¨ªa sonando en su cabeza y no permitir¨ªa que el fr¨ªo la deprimiera. En Treme, un infierno llamado Katrina se ha ensa?ado con la vitalidad de Nueva Orleans. Tres meses despu¨¦s de la ruina, algunos de sus habitantes m¨¢s pintorescos sobreviven a la desolaci¨®n acompa?ados por esa m¨²sica que resuena en su cabeza, en sus dedos, en su boca, en sus pies, en entierros y garitos, en la alegr¨ªa y en el dolor. Todo huele a calidad extrema, ritmo, atm¨®sfera y gracia en Treme. La estrena esta noche el canal TNT. No quiero imagin¨¢rmela doblada. Esas voces y ese universo s¨®lo admiten la versi¨®n original.
Intento hacer los deberes en la noche del viernes. En Cuatro hablan de hackers buenos y malignos. Tiene buena pinta, pero mi reino no es de ese mundo, ya que a¨²n me las ingenio para sobrevivir sin ordenador. En Antena 3, un torero habla de un famoso apoderado que intent¨® saciar su libido con ¨¦l y que se lo puede haber montado con joveznos que aspiran a la gloria. En S¨¢lvame, una de sus ardorosas colaboradoras llora inconsolable al haber sido manipulada por una of¨ªdica colega. Cuando retorno a la cloaca, la dama est¨¢ bailando.
Necesito algo bueno para el alma. Comienzo Historias de Roma, de Enric Gonz¨¢lez, de esa ciudad que define como viva y muerta, esforzada e indolente, teatral e indescifrable. Las paladeo de un tir¨®n. Hasta el amanecer. Son divertidas, l¨²cidas, admirables. Creo dormirme con una sonrisa. Salvado por la buena literatura.
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