Obama se enfrenta a la marea negra
Las previsiones m¨¢s optimistas calculan que se tardar¨¢n dos semanas en controlar el escape - BP consideraba "poco probable" un vertido masivo
Los esfuerzos fren¨¦ticos por controlar la enorme mancha de crudo que amenaza las costas del golfo de M¨¦xico se ve¨ªan ayer dificultados por el mal tiempo en la zona. Pero, ante un avance que parece inexorable, el servicio de Guardacostas segu¨ªa sin poder confirmar con fotograf¨ªas a¨¦reas declaraciones de los habitantes que aseguraban haber visto las primeras aves cubiertas de petr¨®leo. Los expertos vuelven a cuantificar la crisis y hablan de cinco veces m¨¢s de lo estimado: el pozo subterr¨¢neo estar¨ªa derramando al d¨ªa cuatro millones de litros y no 800.000, como consideran las autoridades. La misma BP, responsable de la plataforma accidentada, reconoc¨ªa en rueda de prensa que, pese a manejar la cifra de 800.000, eran conscientes de que la estimaci¨®n era "altamente imprecisa".
Los esfuerzos de desplegar barreras de contenci¨®n parecen est¨¦riles
La cat¨¢strofe del golfo superar¨ªa a la del 'Exxon Valdez' de 1989
Ante lo que puede convertirse en una cat¨¢strofe medioambiental que salpicar¨ªa al presidente, la Casa Blanca ha decidido iniciar una campa?a de contenci¨®n de posibles da?os y ayer anunci¨® que Obama viajar¨ªa a la regi¨®n en alg¨²n momento a lo largo del d¨ªa de hoy. No se aport¨® m¨¢s informaci¨®n: ni lugar ni hora. S¨®lo un escueto comunicado con el que el Gabinete dem¨®crata intenta demostrar a la opini¨®n p¨²blica que est¨¢ implicado en la crisis y comprometido con una pronta soluci¨®n. Porque, adem¨¢s, la agenda del presidente jugaba ayer en su contra. Mientras que la poblaci¨®n del golfo lanzaba peticiones desesperadas de ayuda ante lo que puede ser el final de su medio de vida -la industria pesquera, el turismo-, Obama daba un discurso de graduaci¨®n en la Universidad de Michigan y, por la noche, asist¨ªa a la cena de corresponsales de la Casa Blanca, donde se esperaba que tuviera una intervenci¨®n humor¨ªstica rodeado de celebridades y glamour. Mal momento para los chistes.
Casi dos semanas despu¨¦s del accidente -todav¨ªa sin aclarar- que caus¨® la explosi¨®n y posterior hundimiento de una plataforma petrol¨ªfera y la desaparici¨®n de 11 trabajadores -presumiblemente muertos-, se ha tenido acceso a documentos de BP que, en 2009, aseguraban que las posibilidades de un suceso que provocara un vertido masivo de crudo eran "poco probables" o "virtualmente imposibles".
En el an¨¢lisis de impacto medioambiental que cita la agencia Associated Press, la compa?¨ªa admite que un derrame de crudo podr¨ªa afectar a las playas, los pantanos y la flora y la fauna del lugar, pero argumenta que "debido a la distancia que est¨¢ de la costa (77 kil¨®metros) y la capacidad para responder que se tiene, no se esperar¨ªan impactos adversos significativos".
La realidad prueba lo contrario. Una marea negra de 200 kil¨®metros de largo por 112 de ancho (mayor que la isla de Puerto Rico) tiene en estado de emergencia a los Estados de Luisiana y Florida. El ¨²ltimo en sumarse a esta lista ha sido el gobernador de Alabama, Bob Riley, quien decretaba el estado de emergencia ante "la seria amenaza que supone el vertido para el medio ambiente y la econom¨ªa".
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ha sido claro y ha dicho que est¨¢ inquieto sobre la capacidad de BP para lidiar con el desastre. "Estoy preocupado por los actuales recursos de BP, que pueden no ser suficientes para responder a los tres principales desaf¨ªos del desastre: detener la filtraci¨®n de crudo desde el pozo submarino da?ado, proteger la costa; y realizar una r¨¢pida limpieza".
BP ya ha admitido que tiene problemas para controlar el flujo de crudo, que se encuentra a 1.525 metros bajo el mar, y ha pedido al Pent¨¢gono acceso a tecnolog¨ªas de im¨¢genes submarinas y robots.
Las previsiones m¨¢s optimistas sit¨²an en dos semanas el control del flujo de petr¨®leo. Las m¨¢s derrotistas hablan de dos o tres meses y requerir¨ªan una compleja operaci¨®n para taparlo y canalizarlo hacia un buque tanque, o realizar otra perforaci¨®n con la que crear un pozo de alivio. Ante semejante panorama, los esfuerzos de los Guardacostas desplegando desaforadamente barreras flotantes para contener la marea negra parecen est¨¦riles.
As¨ª lo considera el gobernador de Luisiana, que adem¨¢s cree que las medidas desplegadas no est¨¢n siendo "efectivas". Desde BP culpan a la meteorolog¨ªa de la lentitud de la contenci¨®n y de la limpieza. "El clima es uno de nuestros principales desaf¨ªos. El viento y las olas no paran de crecer", declar¨® Ayana Mcintosh-Lee, portavoz de BP. Con tantos elementos en contra, y de ser ciertos los pron¨®sticos m¨¢s alarmistas, la cat¨¢strofe del golfo superar¨ªa el desastre provocado por el petrolero Exxon Valdez, en 1989, en Alaska.
La cuant¨ªa econ¨®mica de la tragedia podr¨ªa medirse en miles de millones de d¨®lares. La industria pesquera de Luisiana llegar¨ªa a perder m¨¢s de 2.500 millones de d¨®lares [unos 1.880 millones de euros], mientras que el impacto sobre el turismo en la costa oeste de Florida que se asoma al golfo de M¨¦xico alcanzar¨ªa los 3.000 millones [unos 2.260 millones de euros].
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