Terrorismo financiero
Se forraron en los a?os de bonanza y siguen forr¨¢ndose en los a?os de la crisis. Mientras millones de trabajadores son expulsados del mercado de trabajo, unas docenas de especuladores ingresan cuantiosas sumas de dinero en sus bolsillos. Para ellos, la crisis es un gran negocio. El pesimismo da dividendos.
La idea se la he tomado prestada a Miguel Boyer. En un esclarecedor art¨ªculo publicado en estas p¨¢ginas, el ex ministro socialista de Econom¨ªa en el primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez concluye que los mismos que exageraron el optimismo econ¨®mico, "sobreponderando activos, empresas y solvencias", exageran ahora el pesimismo "sobre la solvencia de las deudas p¨²blicas". Para el presidente Jos¨¦ Gri?¨¢n, esos propagadores del pesimismo practican el "terrorismo financiero".
Boyer sabe de lo que habla: abandon¨® la pol¨ªtica para trabajar en una de las grandes compa?¨ªas multinacionales espa?olas y se mueve desde entonces con desparpajo por los salones de la alta clase social y financiera.
Un d¨ªa antes, el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres L¨®pez, denunciaba tambi¨¦n "los mensajes catastrofistas" que terminan haciendo mella en el ciudadano. El profesor Torres presentaba en Sevilla el libro ?Est¨¢n en peligro las pensiones p¨²blicas? (Attac Espa?a), del que es autor junto al tambi¨¦n catedr¨¢tico en las universidades Pompeu Fabra de Barcelona y John Hopkins de Baltimore (EE UU), Vicen? Navarro, y Alberto Garz¨®n Espinosa, impulsor de los grupos de j¨®venes economistas cr¨ªticos en Espa?a.
Estos tres expertos demuestran en su libro que el sistema p¨²blico de pensiones es el m¨¢s justo y solidario y que no hay raz¨®n alguna para sustituirlo por planes privados. Esos mensajes catastrofistas que anuncian la quiebra del sistema p¨²blico de pensiones no pretenden otra cosa que desviar el ahorro colectivo hacia la banca privada.
Torres sostiene que "el ahorro de los trabajadores se ha convertido en un verdadero bot¨ªn para los botines (los banqueros) por lo que amedrentan a los ciudadanos para que opten por fondos privados".
Por cierto: poco antes, conoc¨ªamos que el consejero delegado del Banco de Santander, Alfredo S¨¢enz, cobrar¨¢ una pensi¨®n de 85,7 millones de euros (por si se les ha olvidado: 14.260 millones de pesetas; si viviera hasta los 85 a?os, una edad por encima de la media nacional, S¨¢enz percibir¨ªa cada d¨ªa dos millones de pesetas). Algo menos cobrar¨¢ su patr¨®n, Emilio Bot¨ªn: 24,6 millones de euros. En la competencia, Francisco Gonz¨¢lez, viejo amigo de Aznar, que lo aup¨® a la presidencia de Argentaria, desde donde dio el salto al BBVA, se embolsar¨¢ 79,7 millones de euros.
Noticias como esas hacen da?o siempre, pero mucho m¨¢s en estos d¨ªas en los que se pide a los Gobiernos, precisamente desde las m¨¢s altas atalayas del poder financiero, que deben reducir el gasto p¨²blico, es decir, deben recortar el dinero que se destina a las pol¨ªticas sociales.
Lo vemos en Grecia: el brutal plan de ajuste que "los mercados", esos entes invisibles que nos devoran las entra?as, han impuesto a los griegos incluye bajada de salarios (p¨²blicos y privados); bajada de pensiones; subida de impuestos, la mayor¨ªa indirectos (los m¨¢s injustos: lo mismo pagar¨¢ por una cerveza Bot¨ªn o S¨¢enz que un obrero en paro); abaratamiento del despido, o alargamiento de la vida laboral. No es extra?o que ayer, en la tercera huelga general que paraliz¨® el pa¨ªs, murieran tres griegos.
Esta es la receta que quiere aplicar aqu¨ª la derecha pol¨ªtica y econ¨®mica. En el reino del pesimismo, bombardeados por mensajes catastrofistas, esperan cosechar los votos para regresar al poder. Es lo ¨²nico que les importa. Lo dej¨® bien claro ayer Rajoy, tras su rueda de prensa en La Moncloa. La alternativa para Espa?a es ¨¦l. Y Arenas, en Andaluc¨ªa.
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