Pol¨ªtica del temblor
C¨®mo pensar o qu¨¦ pensar despu¨¦s que la naturaleza, en su sentido m¨¢s material, manifest¨® su poder para recordarnos que tiene un poder incalculable. Activo o siempre latente. Un poder tan alucinante que su rigor concita a la muerte en su dimensi¨®n m¨¢s metaf¨ªsica. Un poder que se presenta para arrasar las t¨¦cnicas y desactivar las tecnolog¨ªas.
El extenso terremoto chileno que afect¨® a m¨¢s de la mitad del pa¨ªs, seguido por un impresionante tsunami, se llev¨® cientos de vidas, derrib¨® ciudades, pueblos y a parte importante de los bordes costeros. La naturaleza habl¨® de manera implacable tal como si un conjunto de dioses furibundos, habitantes de un universo arcaico, se hubiesen propuesto un castigo que derribara la confianza o la creencia en la modernidad y el progreso humano.
Pi?era tuvo que renunciar al deporte y al 'glamour'. Hoy usa un traje rojo de ferretero decorado con el escudo nacional
Un terremoto y un tsunami que acudieron junto con la exactitud de un tiempo pol¨ªtico agitado y parad¨®jico. S¨ª, porque en la lectura que provoca la aglomeraci¨®n de los signos se establece una conexi¨®n entre el fin de la era concertacionista chilena y esta dram¨¢tica cat¨¢strofe "natural" que lleg¨® con su escritura ininteligible, ya para cerrar un ciclo pol¨ªtico y social o bien para inaugurar otro. O quiz¨¢s para ambas posibilidades. Despedida y saludo simult¨¢neamente.
Despu¨¦s de la dictadura chilena marcada por cr¨ªmenes y abusos a la ciudadan¨ªa por agentes del Estado, y la depredaci¨®n oportunista de las empresas p¨²blicas, la Concertaci¨®n a lo largo de veinte a?os, en un proceso dif¨ªcil, impuro, marcado por la perpetua negociaci¨®n con la poderosa derecha nacional, intent¨® la reconstrucci¨®n ciudadana que hab¨ªa sido negada por las fuerzas militares. Se aboc¨® a modernizar, disminuir la pobreza y a convertir a Chile en un paradigma de eficiencia y estabilidad.
Sin embargo, esa estabilidad y esa eficiencia arrastran contracaras y fisuras. El neoliberalismo como eje supremo de bienestar se sostuvo en una desigualdad incontrolable. Los ricos cada vez m¨¢s ricos, encerrados en sus privilegiados barrios que les proveen de cada una de las necesidades: colegios, cl¨ªnicas, universidades, restaurantes, tiendas exclusivas. Y en la otra orilla millones de chilenos sostienen a sus familias mediante deudas pagadas con intereses que pueden ser considerados usureros. Millones de vidas a cr¨¦dito, despolitizadas por los pagos incesantes y el disciplinamiento multifocal de una televisi¨®n banal, esmerada en inocular sentimentalismos y convertir los chismes y las vidas privadas en instrumentos perfectos para una dominaci¨®n alienante.
La ausencia de debates, el terror a la reflexi¨®n, la insistencia en una cultura comercial fundada en la decoraci¨®n, la hegemon¨ªa de los lugares comunes, el centralismo de una intelectualidad funcional, fueron perforando la continuidad de la Concertaci¨®n. La exclusi¨®n de los j¨®venes, la marginaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas, marcaron un camino favorable a una derecha plagada de religiosidad, discursos nacionalistas y devoci¨®n empresarial.
Michelle Bachelet, la primera presidenta de Chile, carism¨¢tica, inteligente, sencilla, volcada a los problemas sociales, no consigui¨® la permanencia de la Concertaci¨®n. Aunque cont¨® con un nivel de aceptaci¨®n asombroso, las preferencias electorales se inclinaron (con una ventaja de s¨®lo tres puntos) al candidato de la derecha que era en realidad quien mejor representaba el "alma" neoliberal en que se ha basado el intensificado modelo econ¨®mico. La ciudadan¨ªa eligi¨® a un empresario multimillonario que pregon¨® con optimismo sus objetivos fundados en el futuro y el cambio.
Antes de la trasmisi¨®n del mando, el presidente electo, Sebasti¨¢n Pi?era, mostr¨® hasta el paroxismo su imagen m¨¢s deportista, cabalg¨®, pilote¨® su propio avi¨®n, buce¨®, nad¨®, jug¨® tenis o f¨²tbol, siempre luciendo tenidas exclusivas para inscribir as¨ª un mandato que se deseaba hiperpersonalista, lujoso, glamoroso, liberal pero con un discurso que citaba y agradec¨ªa constantemente a Dios. Design¨® como ministros a numerosos gerentes de empresas y anunci¨® un gabinete con los "mejores".
El terremoto y el tsunami del 27 de febrero hicieron trizas la esperanza.
A s¨®lo doce d¨ªas del inminente cambio de mando, la eficiencia, el progreso, el buen curso del pa¨ªs experiment¨® los tres minutos m¨¢s destructivos de su historia. En s¨®lo tres minutos miles de edificaciones estaban en el suelo o con da?os estructurales y en esos mismos tres minutos el mar, que ya no era Pac¨ªfico, iniciaba su estremecedor proceso de aniquilaci¨®n. La muerte, el p¨¢nico, los saqueos sembraron la anarqu¨ªa en la ciudad de Concepci¨®n que se transform¨® en el epicentro m¨¢s aleg¨®rico de la crisis. El estupor de la ca¨ªda, los errores t¨¦cnicos, multiplicaron la incomunicaci¨®n porque desapareci¨® la energ¨ªa el¨¦ctrica, el agua, las redes telef¨®nicas fijas y los celulares. La tecnolog¨ªa mostr¨® su fracaso frente al poder tel¨²rico.
El sue?o chileno del ¨¦xito estaba en el suelo.
El 11 de marzo la trasmisi¨®n del mando presidencial entre Michelle Bachelet y Sebasti¨¢n Pi?era volvi¨® a escenificar la fragilidad. Justo en medio de una ceremonia solemne, las impactantes r¨¦plicas (algunos hablan de un segundo terremoto) alertaron a la poblaci¨®n ya demasiado afectada y tambi¨¦n provocaron alarma entre los invitados internacionales que nunca hab¨ªan experimentado un sismo. Pol¨ªtica, naturaleza y destrucci¨®n parec¨ªan escribir un libro asombroso para los an¨¢lisis del porvenir.
Ahora hay que reconstruir parte de Chile. El presidente Pi?era tuvo que renunciar al deporte y al glamour. Hoy usa un traje rojo de ferretero decorado con el escudo nacional.
Es tr¨¢gico pensar en las v¨ªctimas y en los damnificados. Pero el libro todav¨ªa no se cierra. La verdad es que millones de nosotros conservamos un miedo at¨¢vico o literario o m¨ªtico ante las r¨¦plicas (pol¨ªticas y naturales) que se nos avecinan.
Diamela Eltit (Santiago de Chile, 1949) es novelista, cr¨ªtica y profesora de UTEM, Chile, y Universidad de Nueva York. Su ¨²ltimo libro es Jam¨¢s, el fuego nunca.
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