El bar¨®n menguado
En menos de un a?o Camps ha pasado de delf¨ªn a problema de Rajoy
El 2 de junio del a?o pasado, en plena campa?a de las elecciones europeas, la plaza de toros de Valencia reventaba de emoci¨®n arropando al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, al que el fiscal, cuatro meses antes, hab¨ªa implicado en la trama G¨¹rtel. Todos los oradores compitieron por ser los campeones en el elogio hacia el compa?ero herido por lo que la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, defini¨® entonces como "una campa?a vil y porcina". La palma se la llev¨® el ex ministro del Interior y n¨²mero uno de la candidatura del PP al Parlamento Europeo. Jaime Mayor Oreja dijo: "Camps es el m¨¢s honorable de todos los valencianos y de todos los espa?oles". M¨¢s circunspecto, el l¨ªder nacional de los populares, Mariano Rajoy, afirm¨®: "Querido Paco, yo creo en ti, siempre estar¨¦ detr¨¢s de ti, delante o al lado, me da igual". Tres meses despu¨¦s, en septiembre, con el caso ya archivado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, pese a que los jueces hab¨ªan concluido que los regalos de los trajes hab¨ªan existido, Rajoy volvi¨® a volcarse con Camps en otro acto en la plaza de toros de Valencia.
Su partido trabaja con la hip¨®tesis de que se siente en el banquillo
El respaldo de Rajoy despierta escepticismo en el PP valenciano
Ha vetado cinco iniciativas de la oposici¨®n para tratar el 'caso G¨¹rtel'
Intent¨® reprobar al portavoz socialista por sus denuncias sobre corrupci¨®n
El presidente del PP, en esas fechas, apostaba por la teor¨ªa de la persecuci¨®n: "Los socialistas son los grandes derrotados, ni en pol¨ªtica ni en la vida vale todo, y la gente se ha dado cuenta. Si vuelven a las andadas, daremos la batalla y las ganaremos". El caso G¨¹rtel no era el resultado de las investigaciones de un juez, de la fiscal¨ªa ni de la polic¨ªa, era una "cacer¨ªa despreciable", en palabras de Rita Barber¨¢, siempre tan tremendista en sus manifestaciones de afecto hacia Camps.
Seis meses despu¨¦s, el cari?o pol¨ªtico de Rajoy se hab¨ªa reducido sensiblemente. En marzo de este a?o, en plena semana fallera, el PP eligi¨® Valencia para celebrar su convenci¨®n sobre el empleo. Camps y el presidente de los populares volvieron a coincidir, pero esta vez Rajoy no tuvo una palabra de elogio para el presidente valenciano. Un escueto "gracias, Paco, gracias" fue todo lo que se le escuch¨®. ?Qu¨¦ hab¨ªa pasado en ese lapso de tiempo? El TSJ valenciano hab¨ªa archivado el caso de los trajes; pero la trama G¨¹rtel lo inundaba todo. La direcci¨®n nacional del PP exig¨ªa que Ricardo Costa, secretario general en la Comunidad Valenciana, asumiera la responsabilidad pol¨ªtica; pero Camps defendi¨® hasta el final al que era su n¨²mero dos. Al final tuvo que ceder. Pero en el tira y afloja Rajoy se puso de perfil -ni al lado, ni detr¨¢s ni delante-, y las relaciones con la secretaria general, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, se enfriaron notablemente. El que fuera bar¨®n territorial rampante con notables posibilidades de dar el salto a la pol¨ªtica nacional se hab¨ªa quedado en bar¨®n menguado. La estrella de Camps declinaba mientras que en Galicia se alzaba la de N¨²?ez Feij¨®o.
El pr¨®ximo mi¨¦rcoles se decide buena parte del futuro pol¨ªtico del presidente valenciano. Ese d¨ªa el Tribunal Supremo decidir¨¢ si acepta los recursos de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y de los socialistas o si, siguiendo la tesis del Tribunal Superior de Valencia, exonera a Camps del delito de cohecho pasivo impropio. Los populares valencianos, oficialmente, apuestan por esta segunda posibilidad; pero el hecho es que desde hace tiempo vienen trabajando sobre la hip¨®tesis de que se produzca la primera y, al final, su l¨ªder tenga que sentarse en el banquillo de los acusados, solo o en compa?¨ªa de otros, frente a un jurado popular. El respaldo ilimitado que Rajoy ofreci¨® a Camps el pasado jueves -"Diga la justicia lo que quiera. La justicia no va a condenar al se?or Camps el d¨ªa 12. Va a ser el candidato en las pr¨®ximas elecciones en Valencia"- es visto con un cierto escepticismo en no pocos sectores del PP valenciano, que establecen un paralelismo con lo ocurrido con el ex tesorero Luis B¨¢rcenas: "Rajoy no es de los que echan a la gente, prefiere que se vayan", afirma una fuente del partido, que se pregunta si el l¨ªder nacional ser¨¢ capaz de aguantar durante semanas las im¨¢genes de un presidente de la Generalitat sentado en el banquillo acompa?ado, muy probablemente, por V¨ªctor Campos, ex vicepresidente del Consell.
Las palabras de Rajoy actuaron como un b¨¢lsamo sobre el equipo m¨¢s cercano al presidente valenciano, pero no despejan la incertidumbre sobre el futuro. Desde que estall¨® el "caso G¨¹rtel", un vac¨ªo de poder se instal¨® en la Comunidad Valenciana. La propia portavoz del Consell, Paula S¨¢nchez de Le¨®n, lo reconoci¨® indirectamente al dar la referencia del pleno del gobierno auton¨®mico el pasado viernes: "Me gustar¨ªa retomar el pulso y centrarnos en las cuestiones que interesan a los ciudadanos". G¨¹rtel mantiene paralizado el Gobierno de una comunidad donde el paro alcanza el 23% de la poblaci¨®n activa. El presidente de la Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios (AVE), Francisco Pons, lo dijo alto y claro el pasado mi¨¦rcoles, al lamentarse del "desconcierto social y la ausencia de un liderazgo robusto".
La apariencia de normalidad que intentan presentar los portavoces del PP y de la Generalitat es pura ficci¨®n. La agenda del presidente este ¨²ltimo a?o ha sido tan larga en sus viajes al extranjero como corta su presencia p¨²blica en la Comunidad Valenciana, donde se niega a responder sistem¨¢ticamente a los periodistas. La tensi¨®n con la que el PP vive estos d¨ªas se comprueba en las decisiones que toma. En los ¨²ltimos d¨ªas ha vetado cinco iniciativas de la oposici¨®n para tratar cuestiones relacionadas con la G¨¹rtel, alegando que conten¨ªan "juicios de valor", y ha presentado una proposici¨®n no de ley para reprobar al portavoz parlamentario socialista, ?ngel Luna, por sus constantes denuncias sobre la corrupci¨®n.
Pero lo que desat¨® por completo los nervios del equipo presidencial fue un titular del peri¨®dico conservador Las Provincias en el que se afirmaba: "G¨¦nova pide a Rita Barber¨¢ que sea la sucesora de Camps si es imputado". Ese mismo d¨ªa se toc¨® a rebato desde el palacio de la Generalitat. Alcaldes, diputados, senadores, concejales salieron en tromba a reivindicar la figura del presidente. Las presiones llegaron hasta el mismo Mariano Rajoy, cuyas declaraciones sirvieron para serenar los ¨¢nimos.
La tensi¨®n no ha desaparecido. En el PP est¨¢n convencidos de que, con independencia de lo que ocurra el pr¨®ximo d¨ªa 12, sus problemas no habr¨¢n concluido. La instrucci¨®n que lleva adelante el magistrado de la Audiencia Nacional, Antonio Pedreira, abarca tres procesos que afectan de lleno a los populares y al Consell: presunta financiaci¨®n irregular del PP, las adjudicaciones a Orange Market de los pabellones de la Comunidad Valenciana en Fitur y las cuentas de la Fundaci¨®n que gestion¨® la visita del Papa a Valencia. De las tres causas, esta ¨²ltima es la que m¨¢s preocupa.
Pero esta ser¨¢ una historia que seguir¨¢ al d¨ªa 12. Ahora, el debate interno en el PP se centra en el posible sustituto de Camps si este, finalmente, resulta imputado por el Supremo. Descartada la alternativa de unas elecciones anticipadas, que s¨®lo beneficiar¨ªan a los socialistas, el recambio del actual presidente hay que buscarlo entre los actuales diputados auton¨®micos. Y ah¨ª aparecen tres nombres con fuerza: la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, quien, pese a negar sistem¨¢ticamente su condici¨®n de aspirante, es la que cuenta con m¨¢s probabilidades; el alcalde de Castell¨®n, Alberto Fabra, que cuenta con apoyos en alguna provincia, y el vicepresidente econ¨®mico, Gerardo Camps, que es persona muy valorada por Mariano Rajoy.
La sucesi¨®n, si es que llega a producirse, no ser¨¢ f¨¢cil ni c¨®moda para el presidente nacional del PP. Camps no tiene la menor intenci¨®n de dejar el cargo. Est¨¢ tan convencido de su inocencia que no presentar¨¢ f¨¢cilmente su dimisi¨®n. Rafael Blasco, consejero de Solidaridad y Ciudadan¨ªa y portavoz del grupo parlamentario, lo ha dicho muy claramente: "A Camps no lo quitan ni con agua caliente". No lo va a tener f¨¢cil Rajoy si el Supremo reabre el caso de los trajes.
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