40 vistas de la universidad
Los estudiantes extranjeros de Santiago alaban la cercan¨ªa de los profesores, pero echan de menos los debates en clase
"Nos vamos a EE UU por el ingl¨¦s, pero para nosotros la cultura es Europa. Europa para nosotros es algo grande". Liliana Hern¨¢ndez, mexicana de Chihuahua, explica as¨ª su decisi¨®n de venir a estudiar a Galicia, donde este a?o cursa la carrera de Derecho. Con ella son 1.300 los alumnos extranjeros que este a?o han elegido alg¨²n programa de intercambio internacional en la Universidade de Santiago. Vienen de 40 pa¨ªses diferentes, con sus respectivos sistemas universitarios, y las diferencias se notan. "En M¨¦xico las clases son muy interactivas, hay que hacer muchas exposiciones, el maestro te pregunta la lecci¨®n del d¨ªa anterior, si faltas m¨¢s de cuatro veces suspendes y hay cuatro ex¨¢menes por asignatura", resume Liliana, que estudia en el Tecnol¨®gico de Monterrey, uno de los centros privados m¨¢s prestigiosos de M¨¦xico.
"La lengua gallega tiene gran parecido con el bergamasco de mi tierra"
"En M¨¦xico, si faltas m¨¢s de cuatro veces a clase, suspendes"
Su compa?ero Vincenzo, estudiante calabr¨¦s en Roma, no piensa lo mismo. Est¨¢ acostumbrado a no ir a clase y a preparar las materias por su cuenta o con la bibliograf¨ªa de la asignatura. Le sorprende que un profesor pase lista o que la asistencia pueda ser decisiva para aprobar. "Estamos formando adultos, y tu formaci¨®n tienes que controlarla t¨². De otra manera nos hacen a todos iguales", argumenta. Estudia Periodismo, pero los programas de estudio de sus dos universidades, la italiana y la gallega, son muy diferentes. "Aqu¨ª nos dan una formaci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica, tratamos cuestiones t¨¦cnicas; all¨¢ tenemos mucha m¨¢s teor¨ªa, sobre todo sociolog¨ªa, filosof¨ªa y ling¨¹¨ªstica". Al alumno italiano, advierte Vincenzo, no le basta con estudiar los apuntes, porque el examen final se centra en las lecturas obligatorias que se hacen fuera de clase. Su compa?era Giada, alumna de la Universit¨¢ degli Studio di Bergamo, lo corrobora. "En Italia tengo m¨¢s volumen de apuntes y de textos que leer", dice. Giada alaba, sin embargo, la parte pr¨¢ctica de las asignaturas en Galicia. "Lo ¨²nico pr¨¢ctico que he hecho all¨¢ es una p¨¢gina web. Las cuestiones t¨¦cnicas son muy ¨²tiles, pero no suficientes", advierte Giada, que este a?o no compagina trabajo y estudios, como suele hacer en Italia, porque sabe que muchos profesores tienen muy en cuenta la asistencia a clase. Algunos alumnos no est¨¢n acostumbrados a jug¨¢rselo todo en un solo examen. "Me llam¨® la atenci¨®n que se realizase un solo examen por asignatura, en Chile son tres", cuenta Alejandra Rojas, estudiante de Administraci¨®n de Empresas.
Los alumnos del pa¨ªs trasalpino son los m¨¢s numerosos, pero en Galicia se forman universitarios de todos los continentes, desde latinoamericanos -sobre todo mexicanos, argentinos y chilenos- a orientales -de Jap¨®n y Corea del Sur, fundamentalmente- y estudiantes de las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas de Uzbekist¨¢n, Kirguizist¨¢n o Tayikist¨¢n. A muchos les choca la presencia del gallego en los centros de ense?anza. El coreano Hak Kwon, estudiante de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, confiesa haber tenido muchos problemas para entender el gallego, aunque reconoce que los profesores le ayudaron. Distinto es el caso de Giada, para quien la lengua vern¨¢cula no supone ning¨²n problema. "Tiene muchos parecidos con el bergamasco, el dialecto de mi ciudad", se justifica. Casi todos estudian ingl¨¦s al menos en un curso de la carrera y a otros, como a Liliana, se les exige tambi¨¦n una segunda lengua, algo que en Galicia s¨®lo ocurre con las Filolog¨ªas.
En lo que todos coinciden es en que el trato entre profesor y alumno es m¨¢s cercano en Espa?a. "Aqu¨ª no se dicta tanto", asegura Liliana. M¨®nica y Sof¨ªa, ambas estudiantes de Econ¨®micas, est¨¢n convencidas de que en Ruman¨ªa y Grecia, sus pa¨ªses de origen, los profesores son "mucho m¨¢s estrictos". Cada alumno tiene su historia, y cada historia revela diferentes maneras de entender la propia din¨¢mica de las clases y del grupo. "Lo que m¨¢s me choca de la universidad en Galicia es que no hablamos en clase, no hay comentarios", dice Nicholas, estudiante australiano de Ciencias Pol¨ªticas. "En M¨¦xico todos van hacia el nuevo, pero yo no conozco a casi nadie de aqu¨ª. Nadie me pregunta nada sobre mi pa¨ªs, ?no tienen curiosidad?", se interroga Liliana.
Pocos saben elegir qu¨¦ sistema les gusta m¨¢s, el suyo o el gallego. "Supongo que lo ideal es que haya un equilibrio entre teor¨ªa y pr¨¢ctica, porque algunas clases son muy esquem¨¢ticas", aventura Vincenzo. A Giada le gusta el sistema p¨²blico de residencias: "En Italia ni siquiera es una opci¨®n", lamenta. Liliana pide m¨¢s espacio para el debate. "Si te pasas la clase tomando apuntes no piensas, no razonas". Tambi¨¦n quieren que se les vea como algo m¨¢s que estudiantes asiduos a las fiestas nocturnas. "Quiero divertirme, pero tambi¨¦n quiero volver con algo aprendido", afirma Giada.
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