La ¨²ltima oportunidad de Andrade
El ex central portugu¨¦s del Deportivo regresa a A Coru?a para abrir un negocio e intenta prolongar una carrerra truncada por grav¨ªsimas lesiones
"De ni?o ten¨ªa la ilusi¨®n de llegar y hasta que vine al Deportivo todo hab¨ªa sido muy r¨¢pido. Luego fui a un Mundial, jugaba la Champions, estaba volando...". Hace poco m¨¢s de cuatro a?os Jorge Manuel Almeida Gomes de Andrade era uno de los centrales m¨¢s s¨®lidos del mundo, r¨¢pido en el desplazamiento, buen marcador, maduro y experto, con 28 a?os y mucho f¨²tbol por delante. Hoy lleva trece meses sin equipo y casi dos a?os sin pisar un terreno de juego. Las lesiones laminaron su progresi¨®n. Fue la rodilla izquierda. En marzo de 2006 se rompi¨® el tend¨®n rotuliano con el Deportivo en el Camp Nou. Dieciocho meses despu¨¦s, ya en el Juventus, le cruji¨® la r¨®tula. Lendoiro acababa de traspasarle por diez millones de euros.
La 'Juve' incumpli¨® todos los c¨®digos ¨¦ticos y le despidi¨® lesionado
Prob¨® en el M¨¢laga, en el Notts County, en el Estoril y hasta le tent¨® el Toronto
"Estoy ante la ¨²ltima oportunidad", confiesa Andrade, un tipo de mirada profunda y sonrisa perenne, un optimista que asegura que las desgracias deportivas le han servido para valorar lo que es y lo que ha sido. "Necesitaba algo m¨¢s como persona y este par¨®n me lo ha dado", conf¨ªa. A¨²n as¨ª se resiste a dejar el f¨²tbol. El verano pasado estuvo diez d¨ªas a prueba en el M¨¢laga, luego en el venerable Notts County ingl¨¦s, entren¨® con el Estoril, le ofrecieron una aventura en Toronto que no se concret¨®, incluso se filtr¨® su nombre para el River Plate. "Lo m¨¢s factible hubiera sido lo de M¨¢laga, pero fui sincero con el entrenador y le dije que si no me ve¨ªa para jugar que no me fichara. ?l me dijo que para esperar a que me pusiera en forma prefer¨ªa darle la oportunidad a un canterano y me pareci¨® correcto. De todos modos, s¨¦ que les pod¨ªa haber ayudado mucho", lamenta.
Quiz¨¢s lo peor sea el paro, tener que buscar equipo sin estar vinculado a otro, salir de la rueda y no disponer de la opci¨®n del trabajo grupal. A Andrade le fall¨® el Juventus. La vecchia signora no se comport¨® como una dama y obvi¨® todas las convenciones ¨¦ticas del respeto al contrato de un lesionado. Un a?o despu¨¦s de que su r¨®tula se partiera, el club turin¨¦s hizo p¨²blico un comunicado en el que dudaba de la recuperaci¨®n plena de su futbolista y anunciaba la solicitud de rescisi¨®n de contrato ante la Liga italiana. "Dejaron de pagarme y me llevaron a juicio", recuerda. En abril de 2009 ambas partes, ya tras denuncias mutuas, llegaron a un acuerdo. A¨²n restaba un a?o de contrato por cumplir. "Mejor irme porque no estaba a gusto, pero me perjudic¨® hacerlo sin tener otro equipo", asume.
Comenz¨® entonces una nueva vida. "Cuando era jugador del Depor pod¨ªa hacer esperar a los periodistas, pero ahora ya no", bromeaba el jueves pasado ante la cervecer¨ªa que ha abierto con su socia Sonia en O Temple (Cambre). All¨ª recibi¨® a media plantilla del Deportivo y se abraz¨® con Valer¨®n ante la vitrina del talento, una cristalera que encierra las camisetas del genio grancanario y de Del Piero. "He jugado con muchos cracks, pero ellos dos son los mejores dentro y fuera del campo", matiza Andrade, radicado en Lisboa, pero ahora con negocios a 600 kil¨®metros de distancia. "Tendr¨¦ que ir arriba y abajo por la autopista, pero no es una molestia. Coru?a es Coru?a, hay una y no m¨¢s. Es un entorno que me ayud¨® a moldearme como persona, donde tuve la tranquilidad precisa para tener ni?os y percib¨ª la cercan¨ªa de la gente". Los aficionados le veneran, le asaltan y brotan los recuerdos, la eliminatoria ante el Milan o aquella expulsi¨®n en O Drag?o de Oporto en un choque con Deco, su amigo del alma, al que dio una patadita cari?osa que el ¨¢rbitro entendi¨® como agresi¨®n. Aquella acci¨®n, dice, pudo haber cambiado el destino del Depor. "Si Mauro, sancionado por acumulaci¨®n de tarjetas, y yo hubi¨¦ramos jugado en el partido de vuelta, psicol¨®gicamente ¨ªbamos a estar m¨¢s fuertes". El sustituto del portugu¨¦s, C¨¦sar, cometi¨® el penalti que alej¨® al Deportivo de la final de la Liga de Campeones. "Mis compa?eros no merec¨ªan aquel error que tuve. Para muchos era el punto m¨¢s alto de nuestras carreras", lamenta.
Ahora, mientras linda con los terrenos que marcan el inicio de una nueva etapa, obtiene el t¨ªtulo de entrenador o hace el curso de director deportivo, siente que a¨²n quiere intentarlo y probarse. Por eso va a retomar el trabajo en solitario y pretende hacer la pretemporada con un club en el que la relaci¨®n vaya m¨¢s all¨¢ de un simple papel firmado. "S¨®lo voy a estar con gente en la que conf¨ªe, que me conceda tiempo para ponerme en forma y entrar en el grupo. Muchos equipos necesitan jugadores en mi posici¨®n y s¨¦ que si estoy bien f¨ªsicamente, con 32 a?os, puedo ayudar a cualquiera". Si no lo consigue, tambi¨¦n tiene las cosas claras: "Lo dejo con una sonrisa".
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