Lecci¨®n de hoy: c¨®mo evitar el abuso sexual

El abuso sexual infantil es en muchas ocasiones sometido al secreto por la v¨ªctima y por su familia. El problema social es as¨ª un gran iceberg, una realidad oculta por falta de referencias oficiales y por las escasas denuncias formalizadas sobre el n¨²mero de episodios reales. En este contexto casi herm¨¦tico o borroso, los educadores se plantean la necesidad de que los menores sepan detectar este tipo de agresiones a trav¨¦s de programas de prevenci¨®n. Estos ensayos, que ya funcionan en pa¨ªses como Estados Unidos, Francia o Alemania, suscitan, sin embargo, dudas en algunos expertos que se cuestionan los efectos de programas como esos en ni?os ajenos a este tipo de agresiones. Reparos relacionados fundamentalmente con la edad. ?A qu¨¦ a?os se debe hablar de sexualidad con los ni?os? ?Y de abusos?

Los programas de prevenci¨®n persiguen estimular las alertas

"Tengo mis dudas sobre generalizar estas campa?as", comenta un polic¨ªa

Los expertos se plantean cu¨¢ndo se debe hablar de sexo con los ni?os

"Trabajar la capacidad de decir 'no' es vital", dice una pedagoga

Una ni?a, Estela, plant¨® cara, dijo: "?No!". Grit¨® y alert¨® a su madre sobre el familiar que con su juego secreto le provocaba asco y miedo. Abusaba de ella, la desnudaba engatus¨¢ndola con juegos de magia. La menor y su historia son las protagonistas del cuento ?Estela, grita muy fuerte! de Isabel Olid, pilar de una experiencia pedag¨®gica de prevenci¨®n de abusos sexuales y malos tratos a ni?os que se desarrolla en las escuelas de Palma de Mallorca, entre alumnos de seis a?os a 10 a?os.

"Trabajar la capacidad de los ni?os de decir 'no' y 'basta' son aspectos fundamentales para el desarrollo de una infancia saludable. Se les invita a que expresen sus sentimientos", dice la pedagoga Elena Quintana Murci, coordinadora del ?rea de Educaci¨®n, Igualdad y Derechos C¨ªvicos del Ayuntamiento de Palma de Mallorca que ha propagado el ejemplo del grito de autodefensa infantil.

?Funcionar¨¢ una estrategia l¨²dica para activar las alarmas en mentes blancas? ?Con qu¨¦ sutileza se puede motivar a los ni?os ante algo tan cruel y crudo como las agresiones sexuales s¨®lo con una historieta? "Es una excusa", explica la autora del cuento Isabel Olid. "Se trata de suscitar un di¨¢logo necesario entre ni?os y adultos. Intent¨¦ escribir un relato emotivo, imaginativo y sugerente. Debe ser un motivo para sacar el tema con los ni?os, ver qu¨¦ ideas tienen al respeto, cu¨¢ndo creen que est¨¢ bien pedir ayuda, cu¨¢ndo tienen derecho a negarse a obedecer a un adulto".

La ni?a v¨ªctima en el cuento triunfa al conseguir parar los abusos, al actuar. Desde su experiencia Isabel Olid, tambi¨¦n profesora y madre, escribi¨® esa f¨¢bula de Estela que, con dibujos de Martina Vanda, ventila sin escabrosidad una cuesti¨®n grav¨ªsima, en buena parte a¨²n sumergida o que ha sido tab¨²: los abusos sexuales y agresiones a menores. La narraci¨®n en las aulas del cuento infantil, su versi¨®n participativa a trav¨¦s de cuentacuentos, se apoya con talleres y gu¨ªas pedag¨®gicas para profesores y padres. Se persigue estimular las alertas, reflexionan desde la Red de Ayuda a Ni?os Abusados (Rana), la entidad privada que preside Elizabeth Homberg, que implic¨® en esta campa?a a instituciones educativas oficiales. Hay m¨¢s de 450 personas implicadas en el proyecto.

Gema Izquierdo, madre de tres ni?os, periodista y portavoz de Rana, no tiene dudas sobre la eficacia de la divulgaci¨®n en las escuelas del caso de Estela. "Deber¨ªa alentar a muchos ni?os y ni?as que hoy viven sometidos bajo el martirio del miedo y el silencio. Es una obligaci¨®n legal y moral garantizar el derecho a un desarrollo pleno y el respeto a la dignidad infantil", se?ala Izquierdo.

Una opini¨®n que no todos comparten. "Tengo mis dudas profesionales y particulares sobre la oportunidad de generalizar esas campa?as de los cuentos para incitar las denuncias en todas las escuelas hasta los 10 a?os. No sabemos a¨²n cual es el impacto entre menores de ese tipo de acciones", rese?a B. un oficial de polic¨ªa local, padre de dos ni?as, especializado en colectivos en situaciones de riesgo adolescentes.

Hay interrogantes por resolver: ?Est¨¢ evaluado el efecto en los ni?os de una campa?a directa para destapar las agresiones, para pararlas? ?Y la eficacia de la pedagog¨ªa a la invitaci¨®n a contar de inmediato los casos? ?Suscitar¨¢ efectos secundarios en quienes son ajenos?

Est¨¢ analizado que "las v¨ªctimas que revelan sus experiencias m¨¢s tempranamente pueden recibir ayuda antes y los efectos psicol¨®gicos negativos asociados a mantener el secreto durante a?os son mucho menores", advierte Noem¨ª Pereda, profesora de la Universidad de Barcelona, del Grup de Recerca en Victimitzaci¨® Infantil i Adolescent (Grevia), un colectivo de investigaci¨®n que eval¨²a en adultos las secuelas de abusos no desvelados. "Muchas de las consecuencias negativas que aparecen en la infancia perduran hasta la edad adulta, especialmente si la relaci¨®n abusiva no ha cesado o si la v¨ªctima no ha roto el secreto", agrega Pereda. Los menores, creen los pedagogos, han de tener un adulto de confianza, un ancla, que les d¨¦ las referencias y les ayude a detectar "lo que est¨¢ bien o mal, a discriminar las situaciones injustas", subraya Elena Quintana Murci.

Una m¨¦dico pediatra y madre de un ni?o de seis a?os, que solicit¨® no ser identificada, mostr¨® sus dudas sobre el alcance de la campa?a de Estela: "Dir¨ªa que estoy a favor de la experiencia del cuento con alg¨²n pero. Es muy dif¨ªcil establecer la l¨ªnea muy delgada para marcar cu¨¢ndo y en qu¨¦ ¨¢mbito infantil se han de explicar casi todo para dar las voces de alarma. A los seis a?os, creo que no se ha de divulgar toda la educaci¨®n sexual. No se ha producido el efecto descubrimiento. Ense?ar qu¨¦ es el sexo, no deja de ser un tema complicado".

Desde Rana, que ha implicado a cerca de medio millar de colaboradores en esta operaci¨®n de apertura a las escuelas para ayudar a desvelar los abusos, se sostiene que "se protege a los ni?os de un peligro real. La prevenci¨®n en s¨ª del abuso, aunque incipiente, no es algo in¨¦dito". En EE UU los programas de prevenci¨®n y formaci¨®n est¨¢n integrados en el curr¨ªculo educacional desde hace una d¨¦cada y tambi¨¦n existen acciones espec¨ªficas para los adultos v¨ªctima de abusos. "Tambi¨¦n en Francia, Inglaterra y Alemania nos llevan ventaja", subraya Elizabeth Homberg, presidente de red Rana.

Los testimonios de los ni?os pueden ser en estos casos una fuente veraz, porque componen "una parte de la informaci¨®n sobre casos reales que salta al mundo de los adultos", resalta el educador social Enrique P¨¦rez Guerra, que estudi¨® pedagog¨ªa y psicolog¨ªa y trabaja en la Fiscal¨ªa de Menores.

"El abuso en las v¨ªctimas pesa como una losa y no se pide ayuda a agentes externos. La mayor parte de los abusos no se confidencia, cuando se hace es a?os m¨¢s tarde, cual fue mi caso", confiesa P¨¦rez Guerra, que desvel¨® que fue v¨ªctima en Las tardes escondidas. Memorias de la agresi¨®n sexual a un ni?o. Cuando su hijo se aproximaba a la edad en que ¨¦l fue v¨ªctima de abusos -12 a?os- quiso advertirle. "Quer¨ªa que conociera esa condici¨®n de mi persona. Me puse a escribir una carta. Fue abrir la caja de Pandora. Acab¨® siendo un libro".

El caso de Estela, la ni?a que destapa al agresor, nace de la experiencia y de la visi¨®n maternal de Olid. "Es un cuento escrito cuando mi hija mayor ten¨ªa poco m¨¢s de un a?o, estando embarazada ya del segundo hijo. Creo que me proyect¨¦ m¨¢s en la madre, que es la madre que me gustar¨ªa ser. La que escucha a sus hijos, la que les protege".

La incitaci¨®n a la protecci¨®n con el grito Estela sugiere el boca a oreja, crea otras referencias para que puedan levantar el velo del tab¨² y espantar el miedo a hablar de agresiones sexuales a menores. "No se trata el tema con ellos, con los ni?os", advierte Olid, "no se les alerta y no se les ayuda a protegerse. Todas las acciones de prevenci¨®n de los abusos sexuales se quedan en el ¨¢mbito de los adultos, es una gran contradicci¨®n. Intento una aportaci¨®n a la prevenci¨®n directa con los ni?os".

El impacto de la campa?a de Estela en las escuelas de Palma no ha sido evaluado porque est¨¢ en pleno desarrollo. Pero su alcance llega m¨¢s all¨¢ de las aulas ya que entidades sociales han solicitado tambi¨¦n organizar sesiones l¨²dico-pedag¨®gicas. Se trabaja en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n primaria, en actuaciones dirigidas a toda la poblaci¨®n infantil y no a ni?os v¨ªctimas de abusos.

Prevenir ense?ando "a detectar, discriminar y denunciar situaciones injustas" es el argumento que explican desde el departamento de Educaci¨®n, Igualdad y Derechos. "La denuncia, la alerta, es el ¨²nico medio que tiene la v¨ªctima para frenar una situaci¨®n injusta y desigual. No necesita excusas, s¨ª apoyo y protecci¨®n familiar, siempre que sea saludable, y de las instituciones", insiste Elena Quintana Murci.

En la escuela se re¨²nen la totalidad de las v¨ªctimas. Si s¨®lo un 10% de los casos de abuso sexual infantil sale a la luz, es evidente que existen sucesivos muros de silencio que bloquean el conocimiento de los hechos: el de la administraci¨®n que no act¨²a porque ignora lo qu¨¦ ocurre; el muro que bloquea a los menores abusados y el que imponen sus agresores.

La profesora Noem¨ª Pereda significa que "los casos m¨¢s frecuentes, a menudo intrafamiliares o llevados a cabo por conocidos del menor, que duran a?os y en los que la violencia utilizada no es tan visible, sino mucho m¨¢s psicol¨®gica y sibilina, imponen al menor un silencio que impide que puedan revelarse y que sean detectados". Pese a sus heridas y secuelas largas y penosas las agresiones en el entorno familiar parecen a¨²n m¨¢s blindadas.

?Por qu¨¦ existen tantos esc¨¢ndalos tapados? El debate cuestiona pilares tradicionales porque se ampara al agresor en detrimento de la propia v¨ªctima, menor. Isabel Olid observa que "con la familia, el sistema funciona perfectamente: si un ni?o cuenta que est¨¢ sufriendo abusos sexuales por parte de un familiar, la misma familia lo ve como un elemento disruptor que amenaza con destruirla y, por lo tanto, se silencia al ni?o y se ignora lo que ha pasado o, sigue pasando". Por ello Elizabeth Homberg, presidente de Rana, advierte que "la protecci¨®n y la seguridad del menor debe estar por encima de una estructura familiar cimentada en el abuso del indefenso".

Las voces abiertamente partidarias de las operaciones de apertura y transparencia desde la infancia destacan que el menor v¨ªctima y su familia pueden cultivar el miedo a quedar estigmatizados a sumar un plus de culpable y de sensaci¨®n de verg¨¹enza.

Los expertos del grupo de investigaci¨®n de las victimizaci¨®n infantil y adolescente (Grevia) de la Universidad de Barcelona afirman que "la verg¨¹enza, la culpa y la estigmatizaci¨®n son tres emociones negativas que presentan pr¨¢cticamente todas las v¨ªctimas de abuso sexual. Haber participado en actividades prohibidas y socialmente inaceptables, haber mantenido el secreto de esta relaci¨®n, incluso responsabilizarse de la destrucci¨®n de la familia o de lo que le suceda al abusador en caso que el abuso sea descubierto conllevan en la v¨ªctima este tipo de emociones, completamente destructivas y que son muy dif¨ªciles de eliminar".

Estela se convertir¨¢ en un s¨ªmbolo, en una marca ariete contra la ocultaci¨®n de los abusos y la violencia sexual a los ni?os. En el cuento se utiliza un c¨®digo de lenguaje propio del menor, es una f¨¢bula y procura crear una herramienta privada de protecci¨®n ante la agresi¨®n. Rana y los pedagogos aplican un programa "para afianzar en el ni?o el mensaje de que nadie, sea quien sea, puede someterles a chantaje", seg¨²n la psic¨®loga Beatriz Benavente.

El educador social y ex v¨ªctima infantil Enrique P¨¦rez, respalda la campa?a de Estela y resalta que se han de combatir "los procesos amn¨¦sicos, frecuentes" porque el menor v¨ªctima tiende "al silenciamiento a s¨ª mismo de una parte de la memoria autobiogr¨¢fica, prescinde de recuerdos inaceptables para s¨ª mismo". Con Estela se buscan "aspectos de gran importancia para el desarrollo de la autoestima y la empat¨ªa de los ni?os, sin traumas. No me planteo dudas ni riesgos, todo es positivo", resume la pedagoga impulsora de la acci¨®n Elena Quintana.