El ¨²ltimo conquistador mexicano
Arturo Mac¨ªas confirma su alternativa hoy en Las Ventas
Hubo un tiempo en que el intercambio de toreros entre M¨¦xico y Espa?a era tan com¨²n que hasta hubo convenios para evitar abusos. En M¨¦xico, seg¨²n su reglamento, tienen que torear al menos igual n¨²mero de diestros patrios que extranjeros. Por eso son tan normales las corridas de ocho toros, para que tengan cabida dos matadores mexicanos y otros tantos de fuera.
Proteccionismo al margen, desde las ¨²ltimas incursiones de Zotoluco con su entrega y los c¨¦lebres puyazos de Efr¨¦n Acosta a primeros de este siglo se echaban en falta toreros aztecas. En los setenta y ochenta se conoc¨ªa a Manolo Mart¨ªnez y Eloy Cavazos, ambos cotizad¨ªsimos al otro lado del Atl¨¢ntico, quedaron como una rareza en Europa.
Arturo Mac¨ªas, que confirma la alternativa esta tarde en Las Ventas, quiere reverdecer la ¨¦poca dorada del toreo mexicano. "Estoy cansando de que nos hablen de Arruza, Armillita y Rodolfo Gaona como algo lejano", explica. Su ambici¨®n no viene motivada por la necesidad. En su tierra es primera figura. En su esport¨®n cuenta con 16 orejas y un rabo en el coso de Insurgentes alternando con El Juli, C¨¦sar Rinc¨®n, Enrique Ponce o Jos¨¦ Tom¨¢s. La obsesi¨®n de conquistar Espa?a no viene de la noche a la ma?ana. De novillero, form¨® parte de ese sue?o de intercambio de j¨®venes talentos que dur¨® un suspiro, Tauromex. As¨ª hizo su aprendizaje en Espa?a, extenso y exitoso, con 40 festejos con picadores. De entonces le viene el apodo El Cejas, las suyas son casi como dos bigotes y las lleva con el mismo orgullo que su nacionalidad. "Soy inconformista. En mi pa¨ªs faltan h¨¦roes, quiero ser uno de ellos", insiste. "Desde que quiero ser torero, ser figura en Espa?a es mi obsesi¨®n".
Su primer maestro, Antonio Corbacho es ahora su apoderado. "?l me ense?¨® a pulsar capote y muleta, se fue con Jos¨¦ Tom¨¢s pero mantuvimos la amistad", expone el locuaz torero. El entrenamiento no es sencillo. Tampoco la adaptaci¨®n al ganado ib¨¦rico: "Los primeros d¨ªas pas¨¦ mucho miedo, ve¨ªa toro por todas partes. Me sent¨ªa como un enano en un circo".
De su valor no hay duda. En sus tres ¨²ltimas actuaciones ha terminado en el hule de la enfermer¨ªa. "Una mala racha", se disculpa, "pero cuando se quiere triunfar es normal. Si arriesgas, los toros te agarran". Dec¨ªan los antiguos que el dinero se va por los agujeros. Arturo Mac¨ªas ya ha sufrido 10 cornadas y cuatro fracturas sin cambiar su forma de torear.
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