El Gobierno intentar¨¢ lograr el apoyo de PP, CiU, PNV y CC
El objetivo es que las medidas no se aprueben con el margen m¨ªnimo de 7 votos
Una vez dado el paso arriesgado de girar radicalmente en su estrategia, convencido de que la situaci¨®n lo requiere inexcusablemente, el Gobierno considera que para llevar a la pr¨¢ctica las medidas anunciadas por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en el pleno del mi¨¦rcoles necesita el mayor apoyo pol¨ªtico posible. Adem¨¢s, cree que si los grupos de centro-derecha son coherentes no ser¨ªa dif¨ªcil encontrar una base amplia de apoyo. De entrada, mira hacia CiU, PNV y Coalici¨®n Canaria. Y, desde luego, hacia el PP.
Ahora bien, el Ejecutivo tambi¨¦n tiene en cuenta el an¨¢lisis que puede hacer cada partido del coste electoral que le supondr¨ªa apoyar estas medidas. Las negociaciones a¨²n no han empezado; s¨®lo hay conversaciones informales entre miembros del Gobierno y responsables del Grupo Socialista con portavoces de la oposici¨®n. Los primeros ya saben que no podr¨¢n contar con los grupos de la izquierda, ni tampoco con Rosa D¨ªez, de UPyD, que pidi¨® la convocatoria de elecciones anticipadas.
El PSOE considera que las medidas requieren el mayor respaldo posible
Lo cierto es que en esta legislatura hay un antes y un despu¨¦s del 12 de mayo, d¨ªa en el que el presidente del Gobierno anunci¨® unas medidas de tal envergadura "que no se pueden aprobar con un margen a favor de siete votos". Este comentario de un dirigente socialista se refiere a la aprobaci¨®n de leyes importantes, como los Presupuestos del Estado ahora vigentes, con los votos del PNV y de Coalici¨®n Canaria.
El PP podr¨ªa apoyar algunas de las medidas, teniendo en cuenta que el propio Mariano Rajoy presume de que muchas han sido propuestas por los populares. El l¨ªder de la oposici¨®n s¨®lo se opuso expresamente a modificaciones sobre las pensiones si no se abordaban otras medidas como la reducci¨®n de subvenciones o de gasto p¨²blico corriente. Y las pensiones, seg¨²n el Pacto de Toledo, exigen consensos amplios para ser modificadas a la baja.
Respecto a CiU, su portavoz, Josep Antoni Duran, hizo un discurso muy cr¨ªtico, pero Zapatero se esforz¨® por quedarse con lo positivo y destacar el buen tono. Los nacionalistas catalanes mantienen una posici¨®n favorable a los acuerdos y aseguran que, a la espera de la concreci¨®n, est¨¢n dispuestos a mantener su posici¨®n de centralidad en la aprobaci¨®n de medidas contra la crisis. Duran, adem¨¢s, mantiene una relaci¨®n fluida con el Gobierno, tanto con el presidente como con las dos vicepresidentas.
El PNV no se ha decantado, pero su portavoz parlamentario, Josu Erkoreka, hizo el mi¨¦rcoles un discurso cr¨ªtico con el Gobierno por la gesti¨®n de la crisis y el cambio de posici¨®n, pero no tanto por el fondo de lo planteado. No pas¨® desapercibida para el PP la intervenci¨®n de Erkoreka, en la que intuyen conversaciones con los socialistas sobre las Diputaciones vascas. Coalici¨®n Canaria y su portavoz, Ana Oramas, comprende la situaci¨®n de emergencia en la que se ha entrado, pero su partido tiene que calibrar su apoyo.
Pero ahora, el Gobierno en lo que est¨¢ enfrascado es en desentra?ar la enmara?ada trama legal por la que tiene que transitar para convertir en decretos las propuestas anunciadas.
De la bonanza al desequilibrio en dos a?os
- El primer super¨¢vit. Tras a?os de n¨²meros rojos, el entonces vicepresidente y ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, anunci¨® en 2005 el primer excedente de las cuentas p¨²blicas en democracia, un 1% del PIB. Los cuantiosos ingresos que proporcionaba el sector inmobiliario y el gasto moderado en desempleo e intereses de la deuda, dos partidas de gran peso en los Presupuestos, propiciaron esa bonanza, que creci¨® en 2006-7. - Giro en las arcas p¨²blicas. Los embates de la actual crisis deterioraron las cuentas p¨²blicas de las dos maneras posibles -ingresos y gastos-, y condujeron a un d¨¦ficit hist¨®rico del 11,2% en 2009. Por un lado, los pagos a Hacienda se desplomaron un 36% entre 2008 y 2009. El IVA, muy indicativo del vigor del consumo y el sector inmobiliario, encabez¨® los descensos. El impuesto de sociedades -el que pagan las empresas por sus beneficios- y el de la renta tambi¨¦n se vieron muy afectados. Parad¨®jicamente, a mediados de 2008, cuando la crisis ya acechaba, entr¨® en vigor la rebaja fiscal de los 400 euros que detrajo de las arcas p¨²blicas m¨¢s de 4.000 millones por a?o. Al tiempo que los ingresos disminu¨ªan, los pagos se disparaban en la misma proporci¨®n: un 36% en dos a?os. La factura del desempleo, que se ha duplicado con creces en ese periodo, y los intereses de la deuda, la tercera partida m¨¢s voluminosa de los Presupuestos, explican en gran parte el desequilibrio.
- Planes de austeridad. El Gobierno ha multiplicado los esfuerzos ahorradores en cuesti¨®n de pocos meses. Despu¨¦s de convalidar unos Presupuestos que ya inclu¨ªan recortes, en febrero aprob¨® un plan de estabilidad con la ambiciosa meta de ahorrar 50.000 millones hasta 2013 y dejar el d¨¦ficit en el 3%, tal y como exige Bruselas. Para ello se fijaba un recorte del 4% en la masa salarial de empleados p¨²blicos (fundamentalmente, dejando vacantes nueve de cada 10 bajas sobrevenidas), una subida de impuestos (IVA e IRPF), y una reducci¨®n del gasto corriente. Los analistas y los mercados financieros en general desconfiaron de la estrategia prevista a partir de 2011. Esas dudas se extendieron a la Uni¨®n Europea y EE UU, que presionaron para el recorte anunciado el mi¨¦rcoles: 15.000 millones adicionales en 2010 y 2011, que implicar¨¢n fuertes recortes en pol¨ªtica social.
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