Quedamos en el campanario
Muchas iglesias bonitas y un puente donde los amantes cuelgan candados para jurar su amor. Un d¨ªa en la capital de Lituania con arte barroco, chocolater¨ªas y el plato t¨ªpico del pa¨ªs, los 'cepelinai'
La capital de Lituania acaba de cumplir mil a?os. Se renov¨® y se embelleci¨® para mostrar al mundo su mejor cara el a?o pasado, cuando celebraba su capitalidad cultural europea. Ahora que ha vuelto a su tranquila intimidad es un buen momento para visitarla. El r¨ªo Neris divide la Vilna contempor¨¢nea -la de edificios modernos y los rascacielos- de la Vilna hist¨®rica, de antes de la Segunda Guerra Mundial. Su precioso casco viejo -declarado patrimonio mundial- es un cogollo entre colinas y bosques, sembrado de edificios monumentales, caf¨¦s, restaurantes, talleres de artesanos e iglesias g¨®ticas, neocl¨¢sicas, barrocas y hasta bizantinas. La verdad es que sorprende tal religiosidad cat¨®lica en un pa¨ªs que fue el ¨²ltimo en Europa en convertirse al cristianismo y que sufri¨® hasta 1991 medio siglo de ocupaci¨®n sovi¨¦tica.
10.00 Colina con perspectiva
Un buen punto de partida para el paseo es la catedral (1). Data del siglo XV, aunque sufri¨® numerosas modificaciones posteriores, incluido el gran p¨®rtico neocl¨¢sico del siglo XVIII, coronado por las estatuas de san Estanislao, santa Elena y san Casimiro, que representan Polonia, Rusia y Lituania. En el interior destaca la hiperbarroca capilla de este ¨²ltimo santo. El campanario exento -popular sitio para quedar- es un resto de la antigua muralla. Junto a ¨¦l se halla la stebuklas o piedra del milagro. El hito marca uno de los dos extremos de la cadena humana (el otro se halla en Tall¨ªn, capital de Estonia) que formaron en 1989 dos millones de manifestantes de las tres naciones b¨¢lticas en demanda de su independencia. Detr¨¢s de la catedral, un suave ascenso (se puede subir en funicular) nos lleva a la colina de Gediminas (2), coronada por la ¨²nica torre que se mantiene del castillo que fue el origen de la ciudad. Desde aqu¨ª se disfruta de unas magn¨ªficas vistas.
11.00 Poetas y secretos en ¨¢mbar
Enfilamos ahora la siempre animada calle Pilies (3). En el n¨²mero 8, la coqueta chocolater¨ªa A J Sokoladas nos ofrece riqu¨ªsimos chocolates y bombones artesanos, am¨¦n de caf¨¦s y reposter¨ªas. A nuestra izquierda, en el n¨²mero 8 de la calle Bernardinu, el hotel Shakespeare (4) (003 70 52 66 58 85; www.shakespeare.lt; la doble, 174 euros) es un antiguo palacete convertido en hotel, boutique literaria, estilo ingl¨¦s. Las habitaciones se llaman Dickens, Joyce o Tolst¨®i. A su vera hay un local de alquiler de bicicletas (cuatro horas cuestan siete euros) y, enfrente, en el n¨²mero 7, otra opci¨®n de alojamiento: el moderno B&B Litinterp (003 70 21 22 38 50; desde 41 euros la doble). En la calle Mykolo se halla el Museo del ?mbar (5) (Mykolo, 8; www.ambergallery.lt; 003 70 52 62 30 92; entrada gratuita), con interesantes muestras de este material y piezas en venta. Volviendo sobre nuestros pasos, desembocamos frente a la g¨®tica iglesia de Santa Ana (6), tan bonita que Napole¨®n quiso llev¨¢rsela a Par¨ªs. Y detr¨¢s de ella, la de los Bernardinos (7), con 14 altares barrocos en su interior.
12.00 Uzupis, la rep¨²blica independiente
Por un puente sobre el Vilna -lleno de candados que las parejas dejan ah¨ª como s¨ªmbolo de su amor eterno- llegamos a Uzupis (8), un barrio de artistas bohemios, autoproclamado rep¨²blica independiente, con divertidos murales en sus fachadas. El s¨ªmbolo del enclave es un ¨¢ngel tocando su trompeta en la plaza y su constituci¨®n proclama: "El hombre es libre para ser vago". Nos abstenemos de la tentaci¨®n y seguimos camino. Al oeste de la calle Pilies se encuentra la universidad (9), fundada en 1579 y formada por una docena de edificios -de toda clase de estilos- en torno a otros tantos patios por los que merece la pena deambular. No se arrepentir¨¢ de subir la escalera de caracol del observatorio astron¨®mico. La vista panor¨¢mica de la ciudad compensa, sin duda, el esfuerzo. La calle Stikliu (10) y sus adyacentes albergan numerosos talleres de dise?adores y artesanos, entre ellos, el audaz joyero D'Arojaus Papuosalai (Dominokonu, 7) y las marchosas dise?adoras Julija Zileniene y Zoraza, en los n¨²meros 7 y 6 de la calle Stikliu, respectivamente.
13.30 A la hora de la comida
El hotel Stikliai (11) (Gaono, 7; la doble, desde 190 euros), lujo hist¨®rico, tiene las camas m¨¢s elegantes de la ciudad, as¨ª como la cocina m¨¢s reputada en su bello restaurante-patio (el men¨² degustaci¨®n sale por 53 euros). Claro que, al lado, en el Alude Tavern, con la misma cocina, se puede comer a la carta por unos 18 euros o disfrutar, por 7 euros, del men¨² de mediod¨ªa. Otra opci¨®n econ¨®mica es Poniu Laime (12), en el 14 de Stikliu. Y, en el n¨²mero 8, Lokys (13) es reputado por sus platos de caza.
16.00 Iconos y colores
Ya en la calle Didzioji, la imponente iglesia de San Casimiro (14) representa la turbulenta historia de Lituania. Construida por los jesuitas, incendiada un par de veces, ha sido ortodoxa, luterana, agustina, campamento de Napole¨®n, sovi¨¦tica y, de nuevo, cat¨®lica. Al final de la calle, Ausros Varty o Puerta del Amanecer (15) es la ¨²nica puerta que resta de las antiguas murallas. Sobre ella, la capilla de la Virgen, siglo XVII, contiene una milagrosa imagen que atrae peregrinos de toda Europa del Este. Hay numerosas iglesias en la vecindad. En la de la Trinidad y San Basilio destaca su bonita puerta rococ¨®. La de Santa Teresa (16) nos recibe con una elegante fachada del primer barroco y un fastuoso interior rococ¨®. Frente a ella, en el fondo de un patio florido, la iglesia del Santo Esp¨ªritu (17) es la ¨²nica rusa ortodoxa del pa¨ªs. Rococ¨® y neobizantina, su interior es una explosi¨®n de frescos, iconos y colores. En la cripta se conservan los cuerpos incorruptos de tres santos lituanos. Servicio ortodoxo todos los d¨ªas a las 17.00: popes de luengas barbas, c¨¢nticos de voces graves e incienso a mansalva.
19.00 Patatas con relleno de carne
Es hora de tomar un t¨¦ en el rom¨¢ntico Skonis ir Kvapas (Traku, 8) o unas tapas y vinos en el elegante In Vino (18) (Ausros Vartu, 7), junto a la imponente Filarm¨®nica, o en el popular Tappo d'Oro (S. Guceviciaus, 7). Para una cena m¨¢s contundente podemos probar en Zemaciai (19) (Vokieciu, 24) o en Gabi (Mykolo, 6) el plato t¨ªpico del pa¨ªs, los cepelinai, patatas ralladas, reconstituidas en su forma y rellenas con carne. Vilna es una ciudad muy musical y seguro que hay un buen concierto o representaci¨®n en la Filarm¨®nica, en la ?pera o en el Palacio de Congresos.
23.00 Noches bohemias
Merece la pena cruzar al otro lado del r¨ªo Neris hasta el Reval Hotel (20). Su Skybar, en la planta 22, ofrece excelentes c¨®cteles, gente guapa y vistas impresionantes de toda la ciudad. Ambiente totalmente diferente en el literario Suokalbis (21) (Syrvido, 6) y en el bohemio Stopk¨¦ (Uzupio, 2). Entre los club-discos, Pacha (22) , sucursal de la ibicenca, cuenta con ocho bares y admite hasta 1.200 personas. De acceso m¨¢s restringido es Pabo Latino (Traku, 3); incluye una buena mezcla de DJ y bandas siempre sobre el tema de la m¨²sica latina.
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