La juez obtiene la prueba clave del espionaje a Prada y Cobo por agentes de Aguirre

La letra de los partes del espionaje pol¨ªtico realizado por agentes del Gobierno de Esperanza Aguirre contra Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid, y Alfredo Prada, ex vicepresidente regional, era del agente auton¨®mico Jos¨¦ Manuel Pinto. As¨ª al menos lo establece la prueba pericial caligr¨¢fica que la juez del caso encarg¨® hace semanas a la polic¨ªa, seg¨²n han confirmado a este peri¨®dico diversas fuentes de la investigaci¨®n. EL PA?S lleg¨® a la misma conclusi¨®n en un doble informe encargado a peritos de la Audiencia Nacional.

El agente auton¨®mico Jos¨¦ Manuel Pinto, a tenor de la pericial caligr¨¢fica encargada por la juez, anot¨® las matr¨ªculas de los coches relacionados con Prada, al que Aguirre ech¨® de su Gobierno tras ficharlo Rajoy para su direcci¨®n. Los esp¨ªas le siguieron a restaurantes o despachos e intentaron identificar a sus acompa?antes. Ejemplo de ello es la matr¨ªcula de un coche anotada en el parte de espionaje del 27 de mayo en el que luego se identifica a su propietaria: la diputada regional del PP Carmen Rodr¨ªguez Flores, una de las v¨ªctimas del supuesto espionaje que est¨¢ personada en la causa contra los agentes al servicio del consejero de Interior Francisco Granados.

Una de las matr¨ªculas anotadas es de una diputada del PP

La anotaci¨®n manuscrita de Pinto, seg¨²n el informe pericial, no s¨®lo acert¨® en la propietaria del veh¨ªculo sino tambi¨¦n en el d¨ªa en que dicha parlamentaria se encontr¨® con Prada.

La huella dejada por Pinto en los partes confirma no s¨®lo que los escritos que prueban el seguimiento pol¨ªtico pagado con dinero p¨²blico proceden de la Consejer¨ªa de Interior, sino que la labor prestada por los agentes era de puro espionaje, ya que en los informes se detalla un aut¨¦ntico marcaje al hombre, d¨ªa y noche, en lo p¨²blico y en lo privado, y no una mera descripci¨®n de control de alg¨²n acto pol¨ªtico, en contra de la tesis que han mantenido ante el juez los sospechosos de hacer los seguimientos.

Pinto neg¨® a la juez que hubiera escrito en los partes al menos en seis ocasiones. "No es mi letra, no he visto esos partes en mi vida", repiti¨®. Con el informe pericial deber¨¢ dar nuevas explicaciones sobre el origen de los escritos mecanografiados sobre los que ¨¦l escrib¨ªa.

Dos informes policiales basados en posicionamientos telef¨®nicos hab¨ªan acreditado que los agentes del consejero de Interior, Francisco Granados, singularmente sus tres asesores procedentes de la Guardia Civil, siempre se hallaban en los mismos puntos y horas que registraban los partes de seguimiento a Prada o Cobo. Como ¨²ltima coartada, tras haber negado primero los seguimientos a uno y otro dirigente popular, alegaban que se trataban de meras coincidencias con sus vigilancias a consejer¨ªas cercanas al Ayuntamiento de Madrid o que el control de Prada se enmarcaba en la normal vigilancia a que somet¨ªan a cualquier consejero, algo que desmiente la mera visualizaci¨®n de sus posicionamientos telef¨®nicos (el marcaje dur¨® dos meses y se produc¨ªa repetidamente en torno a actos ¨ªntimos o al domicilio), la normativa legal (las contravigilancias y escoltas son competencias ajenas a la Comunidad de Madrid) y el hecho de que nunca fueron alertados de tan pertinaces vigilantes ni Cobo ni Prada. La graf¨ªa de Pinto despeja las ¨²ltimas dudas: este empleado de Granados deja su marca en varios folios donde se relata una actividad de claro espionaje.

Pinto, el ¨²nico de los imputados que no fue fichado a dedo por el Gobierno del PP y que tiene plaza de empleado p¨²blico, es un testigo privilegiado para explicar qu¨¦ significaba "montado el dispositivo a la hora habitual" y "desmontamos el dispositivo ya que creemos que no va a haber movimientos", y c¨®mo supo que un C-4 aparcado el 14 de abril junto a un restaurante donde estaba Prada pertenec¨ªa a una Secretar¨ªa de Estado. La anotaci¨®n que hizo no se refer¨ªa a ning¨²n acto p¨²blico. Era un coche que fue identificado por los esp¨ªas cuando controlaban una cena de Prada en un restaurante de comandante Zorita con su mujer y "una chica muy joven" que result¨® ser su hija. Pinto tambi¨¦n puede ilustrar sobre la comida de Prada en la calle Fernando el Santo en la que los esp¨ªas anotan que dejan su labor para una reuni¨®n en la direcci¨®n general. Y ¨¦l anota tres matr¨ªculas de tres sospechosos de comer con Prada, quien comparti¨® mantel ese d¨ªa con dos altos cargos del Poder Judicial.

Las acusaciones tem¨ªan que llegada esta prueba caligr¨¢fica casi a?o y medio despu¨¦s de estallar el esc¨¢ndalo, Pinto pudiera modificar artificialmente su letra para desvincularse del rastro dejado en los documentos. El Gobierno de Aguirre, que lleg¨® a declarar que EL PA?S se invent¨® los partes del espionaje, ya conoce a uno de sus presuntos autores. Y es empleado suyo.

Declaraci¨®n de Sergio Gam¨®n, jefe de los presuntos esp¨ªas de Madrid (Parte 1 de 4)

Declaraci¨®n de Jos¨¦ Manuel Pinto, empleado p¨²blico de la consejer¨ªa de Granados (Parte 2 de 2)