La juez al jefe de los supuestos esp¨ªas: "No s¨¦ qu¨¦ hacen usted y sus hombres"
La magistrada ve extra?o no hallar ¨®rdenes ni informes por escrito de su labor
La Consejer¨ªa de Interior de la Comunidad de Madrid, que dirige Francisco Granados, del PP asignaba en 2008 una labor a cada uno de sus 40 funcionarios, seg¨²n un estadillo mensual difundido por este diario. Todos ten¨ªan asignada la supervisi¨®n de la seguridad de una consejer¨ªa. En dicho listado no figuraba ninguno de los ocho agentes de Granados sospechosos del espionaje al vicealcalde Manuel Cobo y al ex vicepresidente regional, Alfredo Prada.
A su vez, cada consejer¨ªa dispon¨ªa de dos mallas de seguridad: la interna, ejercida por una firma privada; y la externa, a cargo de una unidad de la Guardia Civil. Los 40 agentes de Granados s¨®lo supervisaban la seguridad interna. Y si hallaban alguna incidencia, la reflejaban en un parte. Sin embargo, los tres asesores de Granados imputados por el espionaje a Cobo y a Alfredo Prada entre abril y mayo de 2008, han proclamado ante la juez que si los posicionamientos de sus tel¨¦fonos m¨®viles les sit¨²a alrededor del edificio donde Cobo tiene su despacho en los d¨ªas y horas que tambi¨¦n se?alan los partes del espionaje ser¨ªa porque estaban vigilando alguna consejer¨ªa cercana. Y para hacer ese trabajo, confesaron a la juez que no recib¨ªan ¨®rdenes por escrito, ni emitieron ning¨²n documento sobre su supuesta supervisi¨®n. Todo esto dej¨® perpleja a la juez, que les lanz¨® un duro reproche, especialmente al ex director general de Seguridad Sergio Gam¨®n, tambi¨¦n imputado.
Gam¨®n: "Yo en los actos hablaba much¨ªsimo con Esperanza Aguirre"
Juez. Se?or Gam¨®n, yo tengo un problema con este tema, es que no s¨¦ qu¨¦ hacen usted y sus hombres.
Gam¨®n. Mis hombres no son, son asesores del consejero.
J. Usted da las ¨®rdenes, y por lo tanto les llamo sus hombres. ?rdenes que no hay manera de controlar. Ni hay ¨®rdenes por escrito, ni hay reporte por escrito. Ni hay absolutamente nada. Entiendo que el puesto que ocupan en la Comunidad de Madrid es un puesto privilegiado, pero no hay manera de comprobar nada, pueden estar jugando al mus...
G. Yo si quiere le cuento lo que hac¨ªamos...
J. Ya, pero es su palabra, yo no es que sea Santo Tom¨¢s, pero no hay manera de saber lo que hac¨ªan ustedes.
La juez le pregunta si el centro de Madrid era una zona caliente.
G. Claro, tenemos todas las consejer¨ªas ah¨ª.
J. Ya, pero mire usted, a uno de sus hombres le he preguntado si sab¨ªa de las consejer¨ªas y me ha dicho que no, al otro le he preguntado que si en octubre tambi¨¦n estaban ah¨ª y me dice que no sabe. Erigirse en el ¨²nico enterado tiene sus problemas. Los dem¨¢s, no saben. Usted les dice que vayan por ah¨ª y van por ah¨ª, no saben ni los edificios. (...) ?Abril fue un mes normal?
G. Fue un mes normal. Hubo un tema.
J. ?En abril o mayo?
G. No s¨¦.
J. Pues ya se lo pod¨ªa haber mirado usted.
Luego se polemiza sobre qui¨¦n es el jefe de los supuestos esp¨ªas.
Fiscal. ?Y usted no lleva ning¨²n tipo de control de la actividad de sus asesores?
G. No son mis asesores, eran del consejero.
F. Usted era su superior y les daba las ¨®rdenes.
G. En este tema de la seguridad de los edificios, s¨ª.
F. Y no queda ninguna constancia de su actividad.
G. Ninguna.
En un momento dado, Gam¨®n jura que es pura coincidencia que sus hombres aparezcan en los mismos lugares, fechas y horas que marcan los partes del espionaje a Cobo. Y la juez le muestra una abierta duda.
G. Decir que mis hombres han estado en la zona centro es muy f¨¢cil, lo puede decir cualquiera.
J. Pues esto se ha guisado en su patio.
G. No, yo le garantizo que no.
Gam¨®n aporta varios elementos curiosos m¨¢s: por un lado, alega que si sus hombres aparecen en la plaza de la Independencia es porque est¨¢n vigilando la entrada o salida del consejero de alguna de las sedes cercanas; pero luego matiza que desde all¨ª no se puede ver nada porque hay mucho tr¨¢fico. Nada dice sobre el hecho de que sus asesores aparezcan repetidamente a espaldas del Ayuntamiento, junto a la calle Juan de Mena y Montalb¨¢n, desde donde a¨²n se ve menos cualquiera de las dos consejer¨ªas cercanas, situadas en Alcal¨¢ 63 (Familia) e Independencia 6 (Deportes). Gam¨®n neg¨® que se practicaran contravigilancias o seguimientos a Prada, al contrario de lo que viene diciendo en p¨²blico su jefe, el consejero Granados, que atribuy¨® a contravigilancias y escoltas el marcaje de sus hombres. Gam¨®n revel¨® que los otros asesores (los ex polic¨ªas Roberto Casielles, Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez y Bel¨¦n Esparteros) tambi¨¦n estar¨ªan en la zona donde fueron cazados, presuntamente espiando a Prada o Cobo, los tres ex guardias civiles. "Yo estoy convencido de que los otros tambi¨¦n estaban ah¨ª, lo que pasa es que no hicieron ninguna llamada". Gam¨®n tambi¨¦n cont¨® a la juez que durante los actos hablaba "much¨ªsimo" con la presidenta Esperanza Aguirre, aunque nunca por tel¨¦fono.
Los tres ex guardias civiles asesores de Granados (Jos¨¦ Oreja, Jos¨¦ Luis Caro y Antonio Coronado) siguieron id¨¦ntico gui¨®n ante la juez: sus posicionamientos telef¨®nicos y los partes del espionaje les ubicaban en el entorno de Cobo, aunque previamente hab¨ªan testificado que nunca lo hab¨ªan seguido. Los tres alegaron que si aparec¨ªan all¨ª, junto al Ayuntamiento, era porque estaban vigilando alguna consejer¨ªa. Pero nunca precisaban qu¨¦ consejer¨ªa, ni a qu¨¦ hora, ni por qu¨¦ motivo. Incluso intentaban presentar como coartada un encierro en una de ellas que, seg¨²n les record¨® la juez, se produjo un mes despu¨¦s. Ni siquiera sab¨ªan la ubicaci¨®n de las consejer¨ªas vigiladas. Su letrado quiso recordarles todas en su interrogatorio. Pero la juez le cort¨®: "No me dejan claro a qu¨¦ se dedican ustedes. La defensa les est¨¢ preguntando donde est¨¢n los edificios de la Comunidad de Madrid y ninguno de ustedes se ha molestado en saber d¨®nde est¨¢n, pues usted me dir¨¢...".
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