La soluci¨®n posible
La oposici¨®n se empecina en atacar el plan de ajuste espa?ol mientras el Ecofin lo respalda
El Ecofin concedi¨® un visto bueno provisional al dr¨¢stico recorte del gasto p¨²blico espa?ol (pensiones, inversi¨®n p¨²blica y sueldo de los funcionarios), a la espera de un dictamen definitivo sobre los planes de ajuste de Espa?a y Portugal a primeros de junio; y acord¨® proponer controles armonizados en el ¨¢rea euro para regular los fondos de inversi¨®n libre (hedge funds) y de capital riesgo, acusados de desestabilizar los mercados financieros.
Los dolorosos ajustes de Espa?a y Portugal son la contribuci¨®n de ambos pa¨ªses a la estabilidad del euro y el peaje obligado para acceder, si fuera necesario, al mecanismo de rescate de los pa¨ªses en dificultades (por ejemplo, la compra de deuda nacional). A la vez, la regulaci¨®n de los fondos de riesgo es necesaria si se quiere evitar la volatilidad de los mercados. El euro debe depreciarse para favorecer la recuperaci¨®n europea, pero no son admisibles desplomes bruscos de su cotizaci¨®n causados por el p¨¢nico de los grandes fondos.
Ante el aluvi¨®n de lamentaciones (sobre todo de los sindicatos) o de propuestas irrisorias de ahorro p¨²blico (procedentes sobre todo del PP), hay que insistir en que el plan de ajuste del Gobierno es una condici¨®n m¨ªnima para eliminar riesgos de insolvencia (o default) y recuperar la confianza en los activos espa?oles. La evaluaci¨®n preliminar del Ecofin no ha hecho sino confirmar la evidencia. La obligaci¨®n pol¨ªtica del presidente del Gobierno es defender su plan. Cualquier retroceso o concesi¨®n significativa volver¨¢ a convocar el fantasma de la indecisi¨®n y la sombra de que este Gobierno no es capaz de gestionar una situaci¨®n tan delicada. La desagradable verdad es que en esta crisis financiera (vivita y coleando, como demuestra la pr¨®rroga de las medidas de excepcionalidad financiera, tales como la emisi¨®n de bonos bancarios con el aval del Estado) la econom¨ªa espa?ola ha perdido al menos entre un 10% y un 12% de su riqueza y que, por tanto, las rentas deben ajustarse en esa proporci¨®n.
En una situaci¨®n pr¨®xima a la emergencia los partidos pol¨ªticos y los Gobiernos auton¨®micos deber¨ªan apoyar la austeridad obligada (so pena de insolvencia) que propone el Gobierno. Pero de momento no parecen capaces de hacerlo, bien porque no entienden la situaci¨®n real de la econom¨ªa, bien porque esperan obtener r¨¦ditos de las dificultades del Gobierno. Sirva para describir esta incapacidad la rid¨ªcula acusaci¨®n de que "los especuladores han impuesto su ajuste a Zapatero", como si no fuesen las dificultades no resueltas de la econom¨ªa espa?ola las que la convierten en objeto de especulaci¨®n.
La incapacidad de la oposici¨®n para entender la naturaleza y el alcance de esta crisis constituye un grave obst¨¢culo para recuperar la solvencia de las finanzas p¨²blicas e iniciar la recuperaci¨®n. Si no apoya el recorte del gasto del Gobierno, incurre en culpa por su fracaso. No vale desmarcarse con salidas de pata de banco del tipo "este es el d¨¦ficit de Zapatero". La sociedad espa?ola no va a aceptar esta dejaci¨®n culpable de responsabilidades.
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