El AVE: una productividad precaria
La pol¨ªtica de infraestructuras en Espa?a ha combinado r¨¦cords de inversi¨®n con serios problemas de eficiencia y de eficacia. Estos defectos se aprecian sobre todo en los ferrocarriles y los aeropuertos. En estos ¨²ltimos, hemos logrado que un monopolio centralizado defendido mediante ret¨®ricas de eficiencia y, sobre todo, solidaridad, sea el gestor aeroportuario que m¨¢s dinero pierde en el mundo (?un paradigma de eficiencia!), y las p¨¦rdidas se concentren desproporcionadamente en los aeropuertos de Barcelona y, sobre todo, Madrid. No son, desde luego, los aeropuertos m¨¢s peque?os ni est¨¢n situados en territorios pobres (?todo un paradigma de solidaridad!). Eso, mientras los aeropuertos de ese tama?o suelen tener beneficios en el resto de la Uni¨®n Europea.
Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs en el que la l¨ªnea de tren prioritaria est¨¢ lo m¨¢s lejos posible del puerto
Los errores cometidos con las infraestructuras ferroviarias quiz¨¢s han sido a¨²n m¨¢s perjudiciales. Tras la implantaci¨®n de la alta velocidad -AV- en Espa?a hace ya dos d¨¦cadas, su expansi¨®n se acelera a partir del 25 de abril de 2000, cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar declar¨® el prop¨®sito de dar prioridad a "una red ferroviaria de alta velocidad que, en 10 a?os, situar¨¢ a todas las capitales de provincia a menos de cuatro horas del centro de la Pen¨ªnsula". Esta pol¨ªtica, que copia en su literalidad geogr¨¢fica la Ley de Ferrocarriles de 1870, lograr¨¢ que seamos el segundo pa¨ªs con m¨¢s kil¨®metros de alta velocidad del mundo al acabar 2010, s¨®lo tras China. Pero la aportaci¨®n de la AV a la productividad es precaria, sobre todo con redes exclusivas para pasajeros. M¨¢s a¨²n, teniendo en cuenta nuestras caracter¨ªsticas territoriales y demogr¨¢ficas: nuestra red de AV soportar¨¢ durante 2010 menos del 20% de pasajeros de los servidos por la red francesa; aunque, eso s¨ª, la nuestra ser¨¢ m¨¢s larga en solo unos meses.
Mientras tanto, la evoluci¨®n del transporte de mercanc¨ªas por ferrocarril ha sido pat¨¦tica. En los 2000 la cuota de la mercanc¨ªa por ferrocarril ha retrocedido muy moderadamente en el conjunto de la UE: pero Espa?a -con el mayor esfuerzo inversor en ferrocarril- ha conseguido una ca¨ªda del 40% en la cuota de mercanc¨ªas, del 7% al 4%. Esto es grave, pues el ferrocarril ofrece su mayor aportaci¨®n a la productividad con el transporte de mercanc¨ªas. Su expansi¨®n servir¨ªa para reducir la dependencia de la carretera, con grandes beneficios econ¨®micos, de menor congesti¨®n viaria, medioambientales y de menor siniestralidad.
Es posible hacerlo mucho mejor: priorizando el ferrocarril de mercanc¨ªas, y solucionando de una vez su conexi¨®n con los principales puertos. Claro que esto obligar¨ªa a algunas rectificaciones. Por ejemplo, a alterar la prioridad fijada en 2003 por el Gobierno para la parte espa?ola de la red europea de ferrocarril de mercanc¨ªas. De forma incomprensible (bueno, s¨ª entendible, pero il¨®gica e irracional) se dio prioridad al eje Algeciras-Madrid-Zaragoza-Francia. ?Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs en el que la l¨ªnea prioritaria se halla lo m¨¢s lejos posible de los puertos! Aunque el volumen de mercanc¨ªas que soporta este eje es muy inferior al del corredor mediterr¨¢neo, el m¨¢s denso -por mucho- en mercanc¨ªas. Adem¨¢s, una l¨ªnea Algeciras-Murcia-Valencia-Barcelona-Francia permitir¨ªa unir ferrocarril y puertos de mayor volumen de tr¨¢fico. Los beneficios ser¨ªan impresionantes. S¨®lo necesitamos que la pol¨ªtica de infraestructuras priorice la productividad en lugar de la ordenaci¨®n del poder territorial.
Carece de sentido la apoteosis de una infraestructura tan improductiva como el AVE. Y, por cierto, es un desprop¨®sito alegar motivos de reequilibrio territorial en su defensa. Desde los setenta en Jap¨®n y los ochenta en Francia est¨¢ documentado que la AV provoca un efecto succi¨®n de la actividad econ¨®mica que beneficia al nodo principal de la relaci¨®n en perjuicio de los menores. Es conmovedor ver alcaldes y presidentes regionales que, al solicitar estaciones de AVE, invocan perjuicios econ¨®micos para sus ciudades medianas y peque?as. ?Solidaridad al rev¨¦s! En cambio, mejorar sus comunicaciones ferroviarias de mercanc¨ªas potenciar¨ªa sus oportunidades. Y beneficiar¨ªa al conjunto de Espa?a. ?Habr¨¢ que hacer de la necesidad virtud!
Germ¨¤ Bel es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Barcelona.
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