Genio de estudio al descubierto
Discos eternos cruelmente ignorados y un toque m¨¢gico en casi todas las salsas ajenas, de The Beach Boys a Joanna Newsom, pasando por Randy Newman, Ry Cooder o Vic Chesnutt: "Siempre me ha tocado bailar cuando nadie miraba, ese es mi sino", admite Van Dyke Parks (Hattiesburg, 1943) desde su refugio en Los ?ngeles, en v¨ªsperas de su primera actuaci¨®n en Espa?a. Una rareza: "Hasta hace dos meses ni siquiera ten¨ªa agente. S¨ª he tocado varias veces en Holanda, quiz¨¢ porque por mi nombre piensan que soy de all¨ª. Ya no corro, pero camino r¨¢pido, y mientras pueda, quiero salir de mi burbuja y ver algo de mundo".
El compositor y cantante, pianista de formaci¨®n cl¨¢sica, productor y virtuoso de los arreglos siempre prefiri¨® el anonimato. "Desde que me asent¨¦ en California en los sesenta, ambicion¨¦ crecer como m¨²sico en el estudio -The Byrds, Judy Collins o Tim Buckley le disfrutaron como sesionero-, no los d¨®lares ni la fama. Nunca me atrajo tocar la guitarra el¨¦ctrica frente a un tropel de chicas que gritaban. Me gustan las que no chillan". Parks vive ajeno al faranduleo: "No me interesan los Grammy ni los Oscar ni mirarse tanto el ombligo. Por eso admiro a Paolo Conte, uno de los pocos al margen de eso, y para m¨ª el m¨¢s grande. El mundo discogr¨¢fico que conoc¨ª ya no existe por culpa de la codicia de las compa?¨ªas. Pero yo a¨²n pretendo fajarme con las canciones: estoy preparando un ¨¢lbum. Y acabo de terminar una banda sonora -ha trabajado para Robert Altman, Walter Hill o Jack Nicholson- y casi tambi¨¦n un proyecto de m¨²sica panamericana con sabor spanglish".
El inter¨¦s de Parks por otras culturas ("anoche mismo toqu¨¦ algo de Granados"), desde su rinc¨®n californiano y siempre en relaci¨®n con la estadounidense, no debe sorprender: hay en su obra incluso un par de acercamientos al mundo oriental, el score de la miniserie televisiva Broken trail (2007), sobre la inmigraci¨®n china en el Far West, y un arriesgado disco de canciones, Tokyo Rose (1989), a prop¨®sito de la emergencia de Jap¨®n. "Quer¨ªa comprender a los japoneses y la crisis psicol¨®gica que su auge produc¨ªa en mi pa¨ªs", asegura. Su ansia por redefinir lo americano le hab¨ªa llevado antes a mirar al Caribe: public¨® Discover America (1972), una zambullida en el calipso de Trinidad y Tobago, con letras de perspectiva yanqui. Obra maestra incomprendida, a la que quita hierro: "Era m¨¢s reflejo que creatividad, dado mi amor por esa m¨²sica, por su cadencia y la agudeza con la que habla de las necesidades". En el ¨¢lbum particip¨® Little Feat. "El l¨ªder, Lowell George, llamaba drive gauche a tomar la carretera menos transitada, algo que yo he hecho a menudo". Otro ejemplo: en su ¨¦poca de ejecutivo en Warner, su sello de siempre, fue pionero del v¨ªdeo promocional "para paliar tanta gira, una invitaci¨®n entonces a la sobredosis".
Brillante letrista, Parks ha ido abandonando la libre asociaci¨®n de Smile, su m¨ªtica entente con Brian Wilson, por un lenguaje m¨¢s accesible. "Nadie ha igualado en aquello a Bob Dylan, y yo no buscaba ser cr¨ªptico, sino confortar. Aun as¨ª, sigo creyendo que escribir canciones es un proceso inconsciente". La relaci¨®n con The Beach Boys dar¨ªa para un best seller, desde que conoci¨® a Wilson en 1966. "Sus hermanos resultaban amables, pero Mike Love, el vocalista, dec¨ªa cosas como '?por qu¨¦ un chelo? Nadie en el grupo lo toca'. Yo nunca discut¨ª, mi trabajo no era con ¨¦l. Mike representaba a muchos fans que no quer¨ªan que Brian creciera solo". Parks se baj¨® de un barco al que la psiquis alterada del genio de The Beach Boys hizo encallar. Aunque antes de que ¨¦ste por fin mostrara al mundo Smile en 2004 hubo un reencuentro, Orange crate art (1995), compuesto por Parks para Brian Wilson. "Fue como cruzar el Rubic¨®n. El disco pas¨® desapercibido, pero le sac¨® de su lecho de enfermo y le convenci¨® para continuar".
La versi¨®n definitiva de Smile y su poso agridulce: "S¨®lo me pidieron unas letras. No aspiraba a otro rol, sino a una amistad m¨¢s activa con Brian. No habl¨¦ con ¨¦l: todo a trav¨¦s de su mujer, como si fuera un prisionero. Por eso las nuevas amistades me refrescan tanto, j¨®venes a veces menores que mis nietos", confiesa Parks. Alude a sus arreglos o cameos para Rufus Wainwright, Inara George y Clare Muldaur, hijos de m¨²sicos amigos (con la ¨²ltima y su grupo, Clare and the Reasons, comparte esta gira).
Van Dyke Parks actuar¨¢ en el festival Primavera Sound de Barcelona el 29 de mayo.
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