Segunda cumbre del G-2 en Pek¨ªn
La mayor delegaci¨®n que Estados Unidos haya desplazado nunca al exterior, con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, a la cabeza, se encuentra en China para participar desde ma?ana en la segunda ronda de conversaciones bilaterales de lo que sarc¨¢stica pero resignadamente se ha dado en denominar el G-2, es decir, el grupo de los dos pa¨ªses que rigen los destinos del mundo.
En esa cualidad, la agenda de la reuni¨®n de lo que formalmente se denomina Di¨¢logo Estrat¨¦gico y Econ¨®mico es extens¨ªsima, abarca desde la cotizaci¨®n del yuan a Ir¨¢n, pasando por la seguridad en el continente asi¨¢tico. Y tendr¨¢ efectos incluso en otras crisis, como la situaci¨®n econ¨®mica europea, que oficialmente no est¨¢n en la agenda pero que se encuentran de alguna forma relacionados.
Estados Unidos y China poseen, como nadie en la actualidad, el poder de enviar al mundo un mensaje de entendimiento y, por tanto, de seguridad y de estabilidad econ¨®mica, lo que, en cierto modo, acaba repercutiendo en la cotizaci¨®n de la Bolsa de cualquier pa¨ªs desarrollado.
La globalizaci¨®n alcanza su expresi¨®n m¨¢s clara y m¨¢s cruel en esta cumbre que se celebra en Pek¨ªn.
Como afirma Clinton en una entrevista en un medio de comunicaci¨®n chino, "pocos problemas pueden ser resueltos solo por Estados Unidos o China, pero pocos pueden ser resueltos sin Estados Unidos y China".
Descendiendo a los detalles, los problemas son m¨²ltiples. La delegaci¨®n norteamericana, de la que forma parte tambi¨¦n el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, seguir¨¢ presionando a las autoridades chinas para que orienten paulatinamente su econom¨ªa hacia el consumo interno y deval¨²en su moneda. Esto significa crear unas condiciones m¨¢s favorables para los productos de exportaci¨®n norteamericanos y europeos y una competencia menos insuperable de los productos chinos en todos los mercados del mundo.
A diferencia de lo ocurrido hace un a?o durante la primera sesi¨®n de este Di¨¢logo anual en Washington, los asuntos pol¨ªticos, que entonces estaban condicionados por Taiwan y T¨ªbet, est¨¢n esta vez sujetos a la tensi¨®n en la pen¨ªnsula de Corea por la comprobaci¨®n de la responsabilidad de Corea del Norte en el hundimiento de un barco surcoreano.
Estados Unidos quiere que China, que es el ¨²nico que puede hacerlo, presione al r¨¦gimen norcoreano para que renuncie a este tipo de comportamiento y vuelva a la mesa de negociaciones. No solo Corea del Sur, sino otro indispensable aliado norteamericano en la regi¨®n, Jap¨®n, est¨¢n alarmados por las consecuencias que puede tener en toda Asia la huida hacia adelante en la que parece embarcada Corea del Norte.
Sobre Ir¨¢n, aunque ya hay un acuerdo para aprobar sanciones en Naciones Unidas, es necesario todav¨ªa precisar los detalles de esas sanciones, lo que no es irrelevante si se quiere que estas sean eficaces. Sobre la situaci¨®n econ¨®mica global, los dos pa¨ªses intentar¨¢n hacer gala de la mejor¨ªa notable que ambas han experimentado desde la celebraci¨®n del ¨²ltimo G-2.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.